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En otoño la naturaleza se viste de colores dorados y rojizos, así que es una época ideal para hacer senderismo y disfrutar de su belleza.
Noviembre es un momento perfecto para hacer senderismo en España: la temperatura empieza a bajar considerablemente, pero el frío aún no imposibilita disfrutar del recorrido, y los colores otoñales envuelven el paisaje mientras la tranquilidad del fin de temporada permite recorrer los senderos populares sin aglomeraciones. Para que puedas disfrutar de paisajes de película, te recomendamos tres senderos para vistar este mes.
Selva de Irati, Navarra
La Selva de Irati es el segundo bosque de hayas y abetos más extenso y mejor conservado de Europa, tan solo superado por la Selva Negra, y en noviembre se convierte en un espectáculo de colores otoñales.
Una de las rutas más recomendadas en otoño es la que conecta la localidad de Ochagavía con el Embalse de Irabia, un recorrido de unos 10 kilómetros de dificultad media. Este sendero te permite conocer paisajes de cuento de hadas en tan solo tres horas.
Ruta del Cares, Asturias y León
La Ruta del Cares, una de las rutas más famosas de los Picos de Europa, se vuelve aún más espectacular en otoño, así que no te la puedes perder este noviembre. Esta ruta circular de 24 kilómetros entre Poncebos, en Asturias, y Caín, en León, permite a los senderistas disfrutar de un paisaje majestuoso en un recorrido de ida y vuelta que atraviesa la impresionante "Garganta Divina".
El sendero discurre entre estrechos desfiladeros y ofrece vistas inigualables al río Cares, que serpentea al fondo del cañón. La ruta tiene algunas zonas estrechas y elevadas, por lo que se recomienda precaución, pero no presenta grandes dificultades técnicas. A lo largo del recorrido, los senderistas cruzan túneles tallados en la roca, puentes y pasos que ofrecen una experiencia inmersiva en la naturaleza pura de los Picos de Europa.
Este recorrido requiere una buena condición física, pues abarca una distancia de casi 24 kilómetros que se puede recorrer en cinco horas.
Situada en el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa (una zona poco conocida, pero con mucho encanto), la Fageda d’en Jordà es uno de los hayedos más singulares de España. Este bosque se encuentra sobre un terreno de coladas de lava del volcán Croscat, lo que le da una topografía irregular y única.
Además de la belleza de La Fageda, la ruta ofrece la oportunidad de visitar los volcanes Santa Margarida y Croscat, que están muy cerca y añaden un atractivo geológico a la experiencia (ya que a veces olvidamos los volcanes que podemos visitar en España). El volcán de Santa Margarida, por ejemplo, es conocido por su cráter, donde se encuentra una pequeña ermita, lo que lo convierte en un lugar ideal para descansar y disfrutar del paisaje. La ruta es de dificultad media, y el recorrido total de 12 kilómetros se puede realizar en tres horas.
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