viernes, 13 de diciembre de 2024

El pueblo entre montañas que ofrece una espectacular escapada fluvial


Castilla y León es una de las regiones más extensas de Europa y cuenta con una riqueza medio ambiental espectacular y variada que atrae cada año decenas de miles de turistas que buscan desconectar del mundanal ruido y disfrutar de la tranquilidad y la paz que ofrecen estos enclaves naturales.

Y uno de estos parajes que hay que visitar al menos una vez en la vida se encuentra situado al noreste de la provincia de León, en un espacio natural de gran belleza y singularidad debido al circo de montañas que la rodean.

Un municipio que fue protagonista hace casi 40 años, cuando en 1987 se construyó en su territorio un embalse que lleva su nombre y que engulló a nueve pueblos que quedaron bajo sus aguas. Nos estamos refiriendo a la villa leonesa de Riaño, un lugar paradisiaco que aúna montaña, agua, patrimonio y gran número de atractivos, incluido la ascensión al Pico Gilbo, que se puede realizar a través de un sendero circular sencillo de 7,5 kilómetros que lleva al caminante por parajes asombrosos por bosque de hayas. Todo se compensa al alcanzar la cima, a 1.679 metros de altitud, donde se puede observar la presa en todo su conjunto y la Montaña Leonesa en su plenitud.

Un lugar por el que campan a sus anchas el oso pardo, el urogallo, la cabra, el rebeco, el jabalí, el lobo e incluso el zorro, y que ofrece unos atardeceres y amaneceres espectaculares con el reflejo de los Picos de Europa en sus aguas.

Quien visite Riaño no puede dejar de perderse por sus calles y descubrir un hórreo típico leonés o el “Monumento al silencio”, escultura que recuerda la tragedia medioambiental y humana vivida en 1987.

Sobresale también la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, de estilo románico, que fue trasladada piedra a piedra desde La Puerta, con unas interesantes pinturas medievales en su interior. Pero hay más atractivos como El Corro de los Aluches, chozos, hórreos típicos, la iglesia de Santa Águeda o el Museo Etnográfico de la Montaña de Riaño, donde se pueden completar las reproducciones de escenas costumbristas de la zona. Y numerosos miradores, como los de Alto Valcayo y el de Las Hazas, donde además, uno puede disfrutar de los parajes existentes mientras se balancea sobre un columpio gigantesco.

Pero, además, en Riaño se puede también viajar en barco turístico recorriendo durante varios kilómetros desfiladeros de rocas calizas de espectacular belleza.

Toda una travesía por los conocidos como Fiordos Leoneses, llamados así porque ofrece una estampa más típica de Finlandia o de Noruega. De hecho, se dice que Riaño, situado entre las cabeceras del río Esla y el río Yuso, se parece mucho a las noruegas Islas Lofoten.

Junto al embalse se forma un extenso conjunto montañoso muy accidentado, de elevada altitud media y cubierto por un tapiz vegetal en el que alternan pastizales, brezales y piornales con magníficos restos de bosques de hayas y robles.

Todo ello le valió el reconocimiento como área natural protegida bajo la denominación de Parque regional Montaña de Riaño y Mampodre.

En las aguas del embalse se pueden practicar un sinfín de deportes, además de pescar, como canoa, kayak, rafting o descenso en bote. Pero, como decíamos al principio, se puede navegar por él.

Pero el viaje en barco ofrece unas vistas a las que no se pueden acceder de otra manera, donde el turista puede disfrutar de sus preciosos paisajes de caliza, hayedo y robledal.

También se puede observar el vuelo de rapaces como buitres y águilas en su hábitat natural y descubrir la variedad de paisajes que ofrecen las distintas estaciones del año. Porque a Riaño se puede ir cualquier día del año y no dejará indiferente a nadie.

El barco realiza diferentes rutas durante todo el año, dado que está dotado con una cubierta transparente que permite disfrutar del trayecto en cualquier estación, haga frío, calor, llueva o se ponga a nevar.

La duración de las rutas es de una hora aproximadamente y los pasajeros que realicen estos recorridos tendrán la posibilidad de desembarcar en lugares concretos de las orilla del pantano por si les apetece realizar una de las muchas rutas de senderismo existentes.

 

Hay dos rutas para viajar en este barco:

  • Ruta de los Fiordos Leoneses. La travesía comienza en el puerto deportivo de Riaño en un barco de 14,16 metros de eslora y sesenta plazas. Y se navega bajo el gran viaducto y sobre los restos del viejo Riaño, sumergido a unos 65 metros de profundidad tras la construcción del embalse. Durante el recorrido se visitará el Valle de Anciles, un pueblo también desaparecido situado en un enclave de gran belleza natural. Una vez que se pasa el viaducto surge ante el visitante la espectacular cadena montañosa que rodea y envuelve el pueblo de Riaño, con el Pico de Yordas, a casi 2.000 metros de altura, como protagonista de excepción. Después el viaje prosigue hacia el precioso Valle de Redondo y se deja llevar hasta el frondoso Bosque de Tendeña.
  • Ruta Pico Yordas. Es la cumbre más elevada y fotografiada de Riaño y es la imagen que representa la comarca. El paseo en barco ofrece una visión única de su grandeza.

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