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Las casas de este pequeño pueblo han llamado la atención de la gente desde siempre por su origen y su forma, y en 1996 fue la UNESCO quién puso el ojo en ellas para declararlas Patrimonio de la Humanidad.
Siempre es un placer ir a Italia. Una bella tierra con costumbres muy parecidas a las nuestras— también se echan la siesta todos los días— que no deja de sorprendernos con sus pequeños pueblos rodeados de un halo de inmensa belleza. Sus costas, su gastronomía, su gente... no hay nada de Italia que no nos atraiga para hacer un viaje rápido y económico.
Nuestro protagonista de hoy tiene todo esto y mucho más: con apenas 10.000 habitantes es Patrimonio de la Humanidad y destaca por ser uno de los municipios italianos más visitados todos los años. Acompáñame a conocer como se formó este pequeño pueblo situado en ese "tacón" de la bota de Italia que maravilla a todo aquel que lo visita.
Siempre es un placer ir a Italia. Una bella tierra con costumbres muy parecidas a las nuestras— también se echan la siesta todos los días— que no deja de sorprendernos con sus pequeños pueblos rodeados de un halo de inmensa belleza. Sus costas, su gastronomía, su gente... no hay nada de Italia que no nos atraiga para hacer un viaje rápido y económico.
Nuestro protagonista de hoy tiene todo esto y mucho más: con apenas 10.000 habitantes es Patrimonio de la Humanidad y destaca por ser uno de los municipios italianos más visitados todos los años. Acompáñame a conocer como se formó este pequeño pueblo situado en ese "tacón" de la bota de Italia que maravilla a todo aquel que lo visita.
Un tema de impuestos
Cuando he dicho que las costumbres de los italianos son muy parecidas a las nuestras no estaba exagerando. La siesta no es la única forma que tienen de parecerse a nosotros... Y es que en España se nos conoce por ser muy "cuidadosos" con el tema del dinero, sobre todo con los impuestos. Y el origen de este pueblo italiano tiene algo que ver con esto. Nos remontamos a principios del siglo XVI y viajamos hasta un pequeño feudo de la provincia de Bari, en Apulia, que estaba bajo el dominio de los condes de Conversano. Esta tierra a la que llamaban "selva fértil" comenzó a ver como miles de campesinos de otras partes de Italia acudían para crear sus cultivos y se acababan quedando a vivir por la belleza de sus parajes.
No es oro todo lo que reluce, puesto que en el año en el que estaban existía una norma en el Reino de Nápoles por la cual una gran masa urbana exigía a los dueños de la tierra el pago de un tributo. En resumidas cuentas: los condes de Conversano tenían que pagar por el pequeño poblado de campesinos que se le había asentado en sus tierras. ¿Cuál fue la solución? Pues la construcción de pequeñas casas a las que llamaron "Trullo" edificadas a base de piedra seca, es decir, sin cemento, y con el techo abovedado con piedras. Esto suponía que si pasaba por allí algún emisario del reino, los habitantes daban el aviso y se demolía la casa sin muchas complicaciones.
Esta solución no duró mucho, al final se tuvo que pagar el impuesto porque se fundó oficialmente el municipio de Alberobello, que es como se conoce actualmente a este curioso pueblo. Lo que sí que duró fue la característica forma de construir las casas, que pasó de generación en generación, y a medida que fue creciendo el pueblo fue creciendo esa estampa tan curiosa de tejados negros de piedra en forma de pináculo que no se ve en ningún otro lugar.
Cuando he dicho que las costumbres de los italianos son muy parecidas a las nuestras no estaba exagerando. La siesta no es la única forma que tienen de parecerse a nosotros... Y es que en España se nos conoce por ser muy "cuidadosos" con el tema del dinero, sobre todo con los impuestos. Y el origen de este pueblo italiano tiene algo que ver con esto. Nos remontamos a principios del siglo XVI y viajamos hasta un pequeño feudo de la provincia de Bari, en Apulia, que estaba bajo el dominio de los condes de Conversano. Esta tierra a la que llamaban "selva fértil" comenzó a ver como miles de campesinos de otras partes de Italia acudían para crear sus cultivos y se acababan quedando a vivir por la belleza de sus parajes.
No es oro todo lo que reluce, puesto que en el año en el que estaban existía una norma en el Reino de Nápoles por la cual una gran masa urbana exigía a los dueños de la tierra el pago de un tributo. En resumidas cuentas: los condes de Conversano tenían que pagar por el pequeño poblado de campesinos que se le había asentado en sus tierras. ¿Cuál fue la solución? Pues la construcción de pequeñas casas a las que llamaron "Trullo" edificadas a base de piedra seca, es decir, sin cemento, y con el techo abovedado con piedras. Esto suponía que si pasaba por allí algún emisario del reino, los habitantes daban el aviso y se demolía la casa sin muchas complicaciones.
Esta solución no duró mucho, al final se tuvo que pagar el impuesto porque se fundó oficialmente el municipio de Alberobello, que es como se conoce actualmente a este curioso pueblo. Lo que sí que duró fue la característica forma de construir las casas, que pasó de generación en generación, y a medida que fue creciendo el pueblo fue creciendo esa estampa tan curiosa de tejados negros de piedra en forma de pináculo que no se ve en ningún otro lugar.
Disfruta de un día único en Alberobello
La mejor forma de llegar a este pintoresco pueblo italiano es coger un autobús desde Roma. Hay una estación por excelencia de Italia que es Termini, puedes coger un bus que te llevará hasta la ciudad portuaria de Bari, y allí coger en dirección a Alberobello. Una vez aquí, te recomiendo que te pierdas entre los Trullis, porque cada rincón de este pequeño pueblo te sorprenderá a medida que caminas por sus calles. Encontrarás tiendas de recuerdos y artesanía local que te maravillarán, pero hay algunos puntos de interés que no puedes perderte en esta viaje: el Trullo Soberano, es el único "trulli" de dos pisos que está amueblado con las piezas originales del siglo XX y que se ha convertido en museo.
Luego puedes darte una vuelta hasta llegar a los dos barrios más conocidos de Alberobello: el Distrito Monti que es el barrio más grande del municipio y para cambiar de tercio, puedes ir al Rione Aia Piccola, el más pequeño, pero que constituye el centro histórico de Alberobello. Ten en cuenta de que la mayoría de Trullis pueden visitarse por dentro: son tiendas artesanales, restaurantes, museos... No te va a quedar con las ganas de ver uno por dentro, eso desde luego.
Y si lo que quieres es comer en uno, ¡esta es tu oportunidad! Hay un restaurante muy típico situado en el centro de Alberobello que encarna la cocina italiana a la perfección. El Ristorante L'Aratro tiene uno de sus comedores en un Trulli, y además cuenta con unas vistas impresionantes del resto del pueblo. Ofrece todo tipo de platos de la gastronomía italiana que hace que se nos haga la boca agua. Pero si vas a este restaurante tienes que probar sí o sí la tradicional pasta orecchiette de Apulia: una pasta con un tipo de brócoli italiano y anchoas saladas, una auténtica delicia para el paladar.
La mejor forma de llegar a este pintoresco pueblo italiano es coger un autobús desde Roma. Hay una estación por excelencia de Italia que es Termini, puedes coger un bus que te llevará hasta la ciudad portuaria de Bari, y allí coger en dirección a Alberobello. Una vez aquí, te recomiendo que te pierdas entre los Trullis, porque cada rincón de este pequeño pueblo te sorprenderá a medida que caminas por sus calles. Encontrarás tiendas de recuerdos y artesanía local que te maravillarán, pero hay algunos puntos de interés que no puedes perderte en esta viaje: el Trullo Soberano, es el único "trulli" de dos pisos que está amueblado con las piezas originales del siglo XX y que se ha convertido en museo.
Luego puedes darte una vuelta hasta llegar a los dos barrios más conocidos de Alberobello: el Distrito Monti que es el barrio más grande del municipio y para cambiar de tercio, puedes ir al Rione Aia Piccola, el más pequeño, pero que constituye el centro histórico de Alberobello. Ten en cuenta de que la mayoría de Trullis pueden visitarse por dentro: son tiendas artesanales, restaurantes, museos... No te va a quedar con las ganas de ver uno por dentro, eso desde luego.
Y si lo que quieres es comer en uno, ¡esta es tu oportunidad! Hay un restaurante muy típico situado en el centro de Alberobello que encarna la cocina italiana a la perfección. El Ristorante L'Aratro tiene uno de sus comedores en un Trulli, y además cuenta con unas vistas impresionantes del resto del pueblo. Ofrece todo tipo de platos de la gastronomía italiana que hace que se nos haga la boca agua. Pero si vas a este restaurante tienes que probar sí o sí la tradicional pasta orecchiette de Apulia: una pasta con un tipo de brócoli italiano y anchoas saladas, una auténtica delicia para el paladar.
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Te estoy poniendo la guinda en la boca... Aprovecha que ahora conoces Alberobello para hacer una escapada y visitar uno de los pueblos más bellos de Italia. La historia de sus edificios te envuelve una vez que pisas el pueblo, y el don de sus gentes te hace querer quedarte hasta que se cuela en el horizonte el último rayo de sol.
Te estoy poniendo la guinda en la boca... Aprovecha que ahora conoces Alberobello para hacer una escapada y visitar uno de los pueblos más bellos de Italia. La historia de sus edificios te envuelve una vez que pisas el pueblo, y el don de sus gentes te hace querer quedarte hasta que se cuela en el horizonte el último rayo de sol.
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