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Perú es un país maravilloso que casi todo el mundo conoce por la famosa ciudad inca de Machu Picchu. Este destino es el hogar de impresionantes paisajes que parecen sacados de una película de ciencia ficción. El territorio peruano abarca una sección del Amazonas, pero también grandes desiertos e imponentes montañas.
El país es uno de los más altos sobre el nivel del mar, y muchas personas que lo visitan sufren mal de altura, pero gracias a ello es posible descubrir parajes naturales únicos en el mundo y por los que vale la pena pasar por ese gran cambio de altitud. Dejando atrás grandes ciudades como Lima o Arequipa, en Perú existe una localidad increíble que bien merece una visita.
Un oasis en mitad del desierto
Cuenta con las dunas más grandes del continente.Hablamos de Huacachina, considerado el único oasis natural del territorio sudamericano y donde es posible encontrar las dunas de arena más grandes de todo el continente. Ubicado a 300 kilómetros de la capital peruana y a 15 minutos de Ica, este enclave es un lugar perfecto para los amantes del desierto, las palmeras y los paraísos inimaginables.
La historia de este maravilloso destino se remonta a cientos de años atrás, cuando una corriente de agua subterránea comenzó a fluir hacia el exterior y permitió el nacimiento y crecimiento de árboles y otro tipo de plantas en mitad del desierto. Desde ese momento se trabaja en mantener vivo este entorno natural formado principalmente por palmeras y eucaliptos.
Al llegar hasta allí tienes el sentimiento de estar viviendo en una película en la que vas caminando por el desierto casi deshidratado y encuentras un oasis con agua y sombra, pero en este caso no es un sueño, es muy real y cada año lo visitan cientos de personas. De hecho, en 1960 se convirtió en un gran balneario con hoteles, edificios de restauración, spa y mucho más.
En los últimos años ha saltado a la fama como destino para los amantes del sandboarding, un deporte que se practica como el snowboard, con una tabla, pero desplazándose y recorriendo grandes dunas de arena. Además, Huacachina cuenta con una gran oferta cultural y mucho ocio nocturno, que sumados a su increíble naturaleza lo convierten en todo un paraíso.
La leyenda de Huacachina
Como todo destino de ensueño, Huacachina también cuenta con su propia leyenda. Explican los ancianos que este oasis se creó debido a las lágrimas de una joven del pueblo de Tacara tras la muerte de su amado. Días después se formó una laguna y un día, mientras la mujer seguía llorando, llegó un guerrero.
Al ver al hombre, la doncella se lanzó al agua para ocultarse, y tras horas allí, esperando a que se marchara, se dio cuenta de que se había convertido en una sirena. Esta joven se llamaba Huacachina, y como cuenta la leyenda, las noches de luna llena sale a seguir llorando la pérdida de su difunto amado.
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