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Japón es un país con infinitos encantos cuyo territorio visitan miles de personas al año. Pasear por sus bulliciosas a la par que enigmáticas y preciosas ciudades y descubrir sus templos religiosos es la mejor forma de enamorarse del lugar. Pero hay mucho más allá que Tokio y Kioto, existe un destino que pocos conocen y es una auténtica maravilla.
Hablamos de la región de Tohoku, donde encontramos la prefectura de Akita, un lugar en el que sumergirse en las culturas y tradiciones japonesas. Los cerezos en flor contrastan con las residencias samuráis negras de Kukunodate y los paisajes del desfiladero de Dakigaeri. Además, cuenta con un festival muy especial conocido como Yokote Kamakura que merece la pena descubrir.
Origen y celebración
El origen de esta celebración se remonta 450 años atrás y se celebra anualmente el 15 y 16 de febrero en la ciudad de Yokote, en el sureste de Akita. La belleza de este festival radica en las infinitas casas de nieve en forma de iglú, que reciben el nombre de kamakura y que decoran las calles y el territorio completamente nevado.
El Yokote Kamakura tiene lugar al este de la estación de Yokote y las kamakuras se extienden hasta el castillo de Yokote, aproximadamente a dos kilómetros del río homónimo. La visita comienza en la estación y desde allí es posible pasear por la ciudad descubriendo las maravillas que esconde y conociendo estas casas de nieve tan especiales. Además, los más afortunados pueden construir su propio kamakura en el parque Komyoki.
La orilla del río está repleta de cientos de estos iglús, pero de un tamaño menor, como un farol, que se iluminan con velas a partir de las seis de la tarde, cuando comienza a anochecer. Esta preciosa imagen crea un mar de luces que nadie quiere perderse. Además, en la escuela es posible visitar mini kamakuras y otras esculturas de nieve, un lugar perfecto para que los más pequeños se diviertan mientras descubren esta bonita tradición.
En los kamakuras más grandes se incluye un altar que honra a la diosa del agua. Cada año, la gente acude allí a rezar para recibir agua abundante durante los meses venideros. En el interior hay un pequeño brasero de carbón que utilizan para entrar en calor y para cocinar pasteles de arroz típicos de Japón. Cuando cae la tarde, los niños regalan pasteles a los visitantes junto con un vino dulce y tibio conocido como amazake. Como respuesta, los viajeros deben hacer una ofrenda en el altar.
Otras visitas y actividades del festival
Durante el festival de invierno de las luces de Yokote Kamakura también es posible visitar el Castillo de Yokote, construido en los años 60 con hormigón. Se trata de una fortaleza con una imponente torre de cuatro plantas sobre la cual se encuentra un centro de observación para disfrutar de las mejores vistas de la ciudad. Visitar este enclave durante la celebración te permitirá apreciar una panorámica de los iglús iluminados.
Allí también se encuentra la sala Kamakurakan, una especie de museo en el que se pueden visitar los kamakura en cualquier época del año. Esto se debe a que el lugar está continuamente a una temperatura de -10 ºC, por lo que las construcciones se mantienen intactas incluso en verano.