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
Los Pirineos ocultan auténticas maravillas, y es que en este imponente y extraordinario sistema montañoso entre España y Francia se pueden encontrar tanto encantadores pueblos como fantásticas y largas rutas de senderismo que discurren por parajes sobrecogedores. Pero lo que muy pocos se imaginan es que en territorio galo, en lo alto de los altos picos pirenaicos, se encuentra una auténtica mina abandonada.
Este enclave lleva cerrado más de un siglo, pero aun así crea una estampa tan espectacular que le han hecho ganarse el sobrenombre del 'Machu Picchu europeo'. El impresionante yacimiento de la mina Mail de Bulard se encuentra ubicado en un lugar tan espléndido como la cima de la montaña homónima, ubicada en el Parque Natural de los Pirineos de Ariège. Quienes se atreven a escalar este imponente pico se topan con esta excavación situada en un lugar un tanto inusual.
Las minas ubicadas en lo alto de los Pirineos

Fue a finales del siglo XIX cuando se estableció esta mina a más de 2.000 metros de altitud para extraer diversos minerales, como hierro o plomo. Para poder hacerlo, se excavaron galerías y se abrieron pasos peligrosos al filo de despeñaderos para así llevar el material necesario; por otra parte, también se erigieron varios edificios para acoger a algunos trabajadores y que hoy en día están en ruinas.
Las dificultades logísticas para realizar los trabajos debido a la ubicación de la mina hicieron que en el año 1926 se produjese el cese de todas las actividades. Desde entonces, hace prácticamente un siglo, la mina del Mail de Bulard ha sufrido los estragos de la climatología tan extrema, pero se ha convertido casi en un lugar de peregrinación para los amantes de la escalada y los apasionados del trekking. Eso sí, a pesar de la espectacularidad de este enclave, llegar a él no es nada fácil.
Quienes se adentran en una ruta de 15 kilómetros que discurre por el corazón de esta parte de los Pirineos tienen el objetivo de contemplar con sus propios ojos este curioso lugar que está justo en la frontera entre España y Francia. Por lo tanto, es una magnífica opción para aquellos que adoran la naturaleza más imponente y quieren tener una experiencia inolvidable (y un poco adrenalínica). Eso sí, hay que estar bastante preparado físicamente para soportar la dura subida hacia la mina.
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