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El 47 (2024) se hizo con el galardón a mejor película en los pasados Premios Goya 2025, ex aequo con La infiltrada (2024). La cinta liderada por Eduard Fernández fue uno de los grandes éxitos del cine en España durante el año pasado, y está basada en una historia real protagonizada por un autobusero del barrio de Torre Baró, ubicado en el extrarradio de la ciudad de Barcelona.
La película se centra en Manolo Vital, un conductor de autobuses que no cesó en su empeño de llevar el transporte público a las calles de este barrio conformado por empinadas cuestas. Lo cierto es que la historia de Torre Baró está ligada a la inmigración intranacional, y los vecinos llevan décadas luchando para ser considerados parte de Barcelona; eso sí, gracias a la cinta la zona ha cobrado mucho protagonismo.
Torre Baró: una historia de lucha vecinal

El actual barrio de Torre Baró se sitúa en la misma ubicación en la que la rica familia Pinós construyó dos torres (siglos XVI y XVIII), aunque fue a principios del siglo XX cuando comenzó a ser un núcleo de población de relativa importancia. Fue en ese momento en el que erigieron las primeras casas, muchas de ellas por los propios vecinos, como se afirma en la web del Ayuntamiento de Barcelona. Además, al estar construidas en la colina de Roquetes, las calles tenían una pendiente impresionante.
En las décadas de los 50 y 60 el barrio de Torre Baró comenzó a ser un destino muy popular entre los inmigrantes procedentes de otras partes de España, lo que hizo crecer la población a pasos agigantados, pero su ubicación lejos del centro urbano de Barcelona y el entramado callejero tan empinado hizo que el transporte público no llegase a la zona, dejándola incomunicada con el resto de la Ciudad Condal.

La lucha vecinal de los habitantes de Torre Baró ha sido constante durante estos años, aunque en la película El 47 solo se retrata una de las problemáticas que sufrió el barrio. Su población no llega a los 3.000 habitantes y está enclavado en el distrito del Nou Barris, al noreste del casco histórico de Barcelona. Además, a lo largo de los últimos tiempos se han llevado a cabo numerosas obras para mejorar la calidad de vida.
A pesar del desarrollo de infraestructuras, la página del Ayuntamiento define el actual barrio de Torre Baró como un "espacio con fuertes pendientes, calles sinuosas que se adaptan al relieve y casas humildes autoconstruidas que sobreviven al paso del tiempo". Es uno de los puntos más especiales de toda la ciudad de Barcelona, y gracias a la película de Eduard Fernández vuelve a estar 'en el mapa'. Además, cuenta con un precioso 'castillo', un proyecto hotelero del siglo XX que fue abandonado y posteriormente rehabilitado como mirador.
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