sábado, 15 de marzo de 2025

Un gran desconocido y con pocos turistas: así es el pueblo más bonito de España para un fin de semana

 CanalViajar

Recorre uno de los pueblos más bonitos de España donde encontrarás un lugar de descanso y tranquilidad para una escapada perfecta.

Un pueblo perfecto para pasar un fin de semana diferente.

Un pueblo bonito y desconocido, con escasos turistas y alejado del bullicio de las grandes ciudades es todo lo que una persona necesita para desconectar de la rutina, aunque sea solo un fin de semana. Si nos ponemos a pensar en pueblos con estas características, se nos suelen venir a la cabeza aquellos más populares y, por tanto, concurridos, como Albarracín en Teruel o Trujillo en Cáceres.

Pero también existen algunos oasis de calma, donde la tranquilidad encuentra el equilibrio perfecto con la actividad, las visitas, la cultura, la gastronomía y el entorno. El centro de la península esconde uno de esos lugares privilegiados, a 92 kilómetros de Madrid y a 45 de su capital provincial, Guadalajara. Se trata de Pastrana, uno de los pueblos con más encanto de la Alcarria.

Reserva ya tu fin de semana en este maravilloso pueblo alcarreño

A pesar de su gran relevancia histórica y cultural, Pastrana ha quedado en un segundo plano. Algo que, por un lado, es positivo para aquellos viajeros que busquen sosiego. Para conocer sus orígenes hay que remontarse al siglo II a.C., cuando los romanos fundaron una población bajo el nombre de Paternina. Poco después quedó totalmente destruida y reconstruida.

Encanto para los visitantes y cautividad para la Princesa de Éboli

Su auge llegó entre los siglos XVI y XVIII, aunque anteriormente el rey Alfonso VIII de Castilla había concedido el territorio a la Orden de Calatrava, obteniendo unos privilegios sin precedentes. En 1541 entra en juego doña Ana de la Cerda, abuela de la princesa de Éboli, que adquiere la villa que unos años después vería a su nieta morir lentamente encerrada en una torre y acusada de loca.

La puerta de entrada al Palacio Ducal de Pastrana

En el Palacio Ducal de estilo renacentista es donde encierran a Ana de Mendoza de la Cerda y allí pasa sus últimos años de vida hasta su muerte en 1592. Aquellos últimos momentos de cautividad, a la princesa tan solo se le permitía asomarse al balcón de su celda durante una hora al día. Tras aquellos barrotes contemplaba una plazoleta que hoy recibe el nombre de Plaza de la Hora en su honor.

El Palacio Ducal de Pastrana

Esa misma plaza la pisó siglos más tarde Camilo José Cela en sus andaduras por las tierras alcarreñas para sus dos libros titulados Viaje a la Alcarria y Nuevo Viaje a la Alcarria. El escritor de origen gallego quedó absolutamente cautivado por Pastrana, al igual que hace cualquier visitante que pone un pie en sus calles empedradas para conocer toda su historia.

Monumentos, fiestas y gastronomía

Si bien el palacio y su historia ligada a la Princesa de Éboli es uno de los grandes atractivos de Pastrana, también lo es su Museo Parroquial en la iglesia de La Colegiata del siglo XIV -con reformas posteriores de los siglos XV y XVII-. Su interior alberga una impresionante colección de tapices góticos que pertenecieron a Alfonso V de Portugal y que el pueblo recuperó recientemente.

La fachada de la Colegiata de Pastrana
Tapiz del siglo XV sobre la Ocupación de Tánger del Museo Parroquial de Tapices de Pastrana

Un buen fin de semana en Pastrana no puede culminarse decentemente si no se hace un recorrido gastronómico digno del destino. El Restaurante Mesón Castilla, el Convento San Francisco, Restaurante César o Abrasador Laurea son algunos de los mejores locales donde degustar los platos más típicos: desde migas hasta gachas, pasando por carnes y dulces elaborados con miel de la zona.

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