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Desde el 5 hasta el 18 de mayo se celebra en Córdoba uno de los concursos más bonitos del mundo. La iniciativa comenzó en 1921 y cada año no solo gana en popularidad, también en belleza gracias al nivel que ha alcanzado y lo mucho que se esfuerzan los participantes. Durante el Concurso de Patios, en el que los propietarios engalanan sus viviendas con una multitud de flores plantadas y abren sus puertas al público, la agenda de la ciudad también parece florecer, en este caso para llenarse de actuaciones y eventos que completan unos días de fiesta.
Durante el Festival de los Patios de Córdoba los propietarios engalanan sus viviendas y abren sus puertas al público

Más que flores

Esta explosión de color es un aliciente más para conocer esta histórica ciudad andaluza y conocer algunas de las joyas que esconde. La primera, cómo no, su admirada Mezquita-Catedral. No solo es el monumento más famoso de la ciudad, también uno de los más impresionantes del mundo, no solo por su arquitectura sino también por su historia. Construida inicialmente en el siglo VIII como mezquita omeya, fue ampliada varias veces hasta convertirse en una de las más grandes de su época. Tras la Reconquista, se construyó en su interior una catedral cristiana, creando una fusión arquitectónica única que también es Patrimonio de la Humanidad.
Sus más de 850 columnas de mármol y jaspe y sus arcos bicolores crean un “bosque” único y sobrecogedor. El acceso incluye también la entrada al Patio de los Naranjos y a la torre campanario (antiguo alminar), desde la que se obtienen unas vistas espectaculares de la ciudad.
Más historia

Menos conocido que la Mezquita, pero igual de espectacular en primavera, El Alcázar es otro de los imprescindibles en cualquier visita a la ciudad. Este palacio fortificado fue residencia de reyes y lugar clave para los Reyes Católicos antes de la conquista de Granada. Además de sus salas históricas, destaca por sus cuidados jardines, fuentes que en día de calor suenan a música celestial y caminos escondidos en los que sentarse a descansar y disfrutar con calma de toda la belleza del lugar.
Grandes emblemas

La suerte de Córdoba es que no es ciudad de un único momento. A su visitada mezquita y sus, ahora, coloridas calles hay que sumar otros muchos puntos imprescindibles como lo es el Puente Romano o el Palacio de Viana. Y, por supuesto, no debe faltar un buen homenaje gastronómico con el que disfrutar de todas las delicias locales.
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