viernes, 4 de julio de 2025

Viena Capellanes: el sabor más castizo de Madrid

 CanalViajar


En una ciudad donde las tradiciones se mezclan con el ritmo moderno de la ciudad, encontrar espacios que conserven el alma del Madrid más auténtico es un lujo. Entre ellos, Viena Capellanes destaca como un rincón que ha endulzado a generaciones y que acoge a cualquier viajero que quiera saborear el alma gastronómica de la capital.

¡Para chuparse los dedos!

Fundada en 1873, esta histórica casa no solo fue pionera en introducir el pan de Viena en España, sino que también se ha consolidado como una de las cadenas de restauración más antiguas de Madrid. Con 152 años de historia a sus espaldas y 26 locales en la capital, Viena Capellanes sigue reinventándose sin perder la esencia que la hizo célebre: productos artesanales, recetas tradicionales y ese inconfundible ambiente que se respira nada más cruzar las puertas de cualquiera de sus locales.

La vitrina, siempre impecable, es un desfile de tentaciones que son un reflejo de las reliquias culinarias de Madrid: bartolillos de fina masa frita, rellenos con una crema que equilibra dulzura y suavidad, las tradicionales rosquillas de Alcalá de crujiente hojaldre bañado en yema confitada, o las famosas Bambas rellenas de deliciosa nata completamente natural.

Foto histórica de la ciudad de Madrid.

Pero el repertorio no termina ahí. Viena Capellanes es también célebre por sus palmeras de chocolate, de crujiente hojaldre y cobertura generosa, que se han convertido en una auténtica institución para los madrileños. Y para los más golosos, su tarta Sacher, elaborada siguiendo la receta vienesa original, es un capricho que no defrauda… de hecho, los viajeros podrán presumir de haber probado la única tarta Sacher española que ha viajado a su país de origen.

Visitar Viena Capellanes es una forma de comprender Madrid desde sus sabores. De hecho, probar un bartolillo o tomar un delicioso chocolate artesano acompañado de cualquiera de sus especialidades es tan madrileño como dar un paseo por el Retiro o la Gran Vía.

Algunos de los productos de Viena Capellanes.

Y lo mejor es que esta experiencia puede vivirse con un toque especial en cada momento del año. En la época navideña, sus roscones de Reyes se disputan el título de los mejores de la ciudad. Marzo y abril traen consigo las torrijas, que son un verdadero imprescindible de Semana Santa. En mayo, San Isidro, el patrón de la ciudad, nos regala las maravillosas rosquillas: tontas, listas, francesas y de Santa Clara. El verano es la época perfecta para disfrutar del sabor refrescante de los caramelos de violeta. Octubre se prepara para la llegada del frío con los imprescindibles buñuelos de viento, que dan paso ya en noviembre, a la Corona de la Almudena con la que se honra a la patrona de Madrid, y que empieza a cerrar el circulo de los dulces tradicionales madrileños.

Tienda de Viena Capellanes en Fuencarral.

Para quienes visitan Madrid, dejarse llevar por su arquitectura, sus museos o su ritmo es una experiencia inolvidable, pero completarla con una visita a Viena Capellanes es ir un paso más allá: es llevarse en el paladar un pedazo de historia viva.

Actualmente, Viena Capellanes cuenta con 26 establecimientos repartidos por Madrid que, en gran medida, son un reflejo de la evolución de la ciudad. Desde los locales más clásicos en calles emblemáticas como Fuencarral, Génova o Alcalá, hasta espacios con decoración y arquitectura protegida como la tienda de la calle Goya. También ha sabido adaptarse al presente con tiendas modernas en las que la cafetería tradicional convive con propuestas de restauración más actuales.

Tienda de Viena Capellanes.

Mención aparte merece el Café Viena, un local que, desde 1928, ha sido una referencia de la vida cultural de Madrid, siendo testigo de grandes tertulias literarias y encuentros sociales. Hoy, el Café Viena sigue siendo un lugar especial, donde se puede disfrutar durante todo el día desde sus deliciosos desayunos, y almuerzos, hasta un auténtico cocido madrileño, servido en tres vuelcos, o un apetecible menú del día o una deliciosa merienda, siempre con ingredientes de primera calidad y el sabor que exigen las recetas más castizas.

Pero, más allá del tipo del local, la filosofía de Viena Capellanes se mantiene intacta: una atención cercana, una pastelería elaborada con mimo y ese sabor inconfundible que solo da el respeto por la tradición. Por ello, y como sinónimo del compromiso con la excelencia, la firma posee diversos sellos de calidad, como el prestigioso distintivo Madrid Excelente, que reconoce a las empresas que representan lo mejor de la comunidad en términos de innovación, tradición y responsabilidad.

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