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La estación termal más antigua de Cantabria, con más de 200 años de historia, se encuentra en uno de los pueblos más espectaculares de la región; es perfecto para una escapada.

A los pies de los montes gemelos conocidos como Las Tetas de Liérganes (sí, así como lo oyes) se esconde uno de los pueblos más espectaculares de Cantabria. Un lugar digno de novela de fantasía; calles empedradas, balcones de madera y una historia que te da esa chispa que buscamos al mezclar leyendas, patrimonio y bienestar. Suena bien, ¿verdad? Pues todavía hay más, pues en este rincón del norte también se encuentra la estación termal más antigua de toda Cantabria.
Bienvenido a Liérganes, el lugar que lo tiene todo; naturaleza, gastronomía y un balneario con más de 200 años de tradición. Uno de esos destinos que te atrapa y te sorprende a partes iguales, capaz de conseguir que llegues a pensar: “no estaría mal vivir por aquí”.

Esencia cántabra
Liérganes se encuentra a apenas 25 kilómetros de Santander, en pleno Valle del Miera. Fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1978, y basta con dar un paseo por sus calles para entender por qué. Palabra de amante del turismo rural.

En sus calles estrechas se suceden casas montañesas del siglo XVII y XVIII, con piedra vista y escudos nobiliarios. La Plaza del Marqués de Valdecilla, la calle Mercadillo, la iglesia de San Pedro Ad Víncula, el puente romano sobre el río Miera o la Casa de los Cañones son algunos de los puntos que conviene incluir en la visita.

Pero más allá del patrimonio, hay algo en Liérganes que no se ve, pero se siente. Quizás sea el sonido del agua, el ritmo pausado, o la forma en la que todo parece encajar a la perfección sin caer en las estridencias. Sea lo que sea, te aseguro que funciona.
¿Buscas bienestar?
Liérganes no es solo bonito. También es saludable. Su balneario, inaugurado en 1862, es el más antiguo de Cantabria en funcionamiento. Y no es cualquier spa moderno, sino una auténtica estación termal con historia, tradición y clientela fiel.
El Balneario de Liérganes aprovecha las propiedades de las aguas sulfurosas y bicarbonatadas que brotan en la zona a una temperatura constante de entre 25 y 30 grados. Estas aguas han sido recomendadas durante generaciones para problemas respiratorios, dérmicos, circulatorios y reumatológicos. Por lo que, Liérganes no solo te enamora y te entra por los ojos, sino que también te cuida. Vamos, que no solo te quiere mucho, también te quiere bien.
Además del clásico circuito termal, el centro ofrece tratamientos de hidromasaje, duchas vichy, masajes y programas de bienestar en un edificio elegante, rodeado de árboles centenarios. Una combinación perfecta entre descanso, salud y belleza. Y lo mejor de todo es que el balneario está ubicado dentro de un gran parque natural, por lo que tras un baño caliente puedes salir a pasear por senderos que cruzan bosques y prados.
La leyenda del hombre-pez
Si por algo es también conocido Liérganes es por su peculiar leyenda del hombre-pez. Según la historia, en el siglo XVII un joven local llamado Francisco de la Vega desapareció nadando en el río. Años después, unos pescadores de Cádiz capturaron a un ser extraño con apariencia humana y escamas que solo repetía una palabra: “Liérganes”.
Desde entonces, la leyenda ha sido parte inseparable de la identidad del pueblo. Incluso hay una estatua de bronce del hombre-pez en la ribera del río Miera, donde muchos turistas se acercan a hacerse una foto con el protagonista del mito. Fantasía o no, es un símbolo que añade aún más misterio al lugar.
Gastronomía, senderismo y mucho verde
Liérganes no solo es agua, también es tierra y sabor. La zona es famosa por sus sobaos y quesadas, por los embutidos tradicionales y por sus carnes guisadas. Además, hay varios restaurantes y mesones con encanto donde disfrutar de cocina casera a muy buen precio. Ejemplo de ello son los restaurantes Cervezas Dougall's o El Ojo Del Ábrego.
¿Y si después de comer quieres moverte un poco? Perfecto. Porque Liérganes está rodeado de rutas para hacer senderismo, especialmente hacia los Montes de Busampiro o los Picos de Rucandio. También puedes recorrer la Vía Verde del Pas, alquilar una bici o simplemente perderte en un paseo entre castaños y robles centenarios. Personalmente, lo considero un planazo.
¿Cómo y cuándo ir?

Cualquier época es buena para visitarlo, pero si quieres disfrutar del entorno sin aglomeraciones, la primavera y el otoño son ideales. En verano, el ambiente es más animado y hay actividades culturales y ferias. Así que, si tu idea es este año bañarte en el Cantábrico sí o sí, desvíate un poco y visita Liérganes, no te arrepentirás.
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