CanalRViajar
Esta ciudad tiene 19.000 habitantes y 72.000 toneladas de diamantes en partículas tan pequeñas que son casi imperceptibles. ¿Sabes de dónde hablamos?

Hay lugares en el mundo que no parecen reales, y este es uno de ellos. ¿Una ciudad construida con toneladas de diamantes? Pues sí, nada más lejos de la realidad. En el corazón de Baviera se encuentra Nördlingen, una ciudad alemana que ha quedado literalmente marcada por el universo. Su singularidad radica en algo que no se percibe a simple vista y que es lo que más valor le ha proporcionado a lo largo de los años. ¡Quédate hasta el final para descubrirlo!
Dicen que Nördlingen se descubre primero a pie. Sus murallas medievales, intactas y accesibles para pasear, permiten contemplar la ciudad desde las alturas, mientras las casas con entramado de madera dibujan un horizonte de cuento, como un verdadero museo al aire libre. Y es que su encanto radica sobre las cicatrices de un cataclismo cósmico: hace 15 millones de años, un asteroide de un kilómetro de ancho impactó en este lugar a 25 kilómetros por segundo.

La ciudad de los diamantes
La colisión abrió un cráter de 26 kilómetros de diámetro y generó tal presión que el carbono del subsuelo se transformó en millones de microscópicos diamantes, invisibles a simple vista... Imperceptibles. Con el tiempo, los habitantes levantaron sus casas, iglesias y murallas con aquella piedra resplandeciente, sin sospechar su origen. A día de hoy es una ciudad construida sobre un tesoro cuyo origen llama la atención de los turistas más curiosos.

De hecho, durante siglos se creyó que la ciudad se asentaba en un cráter volcánico, pero no fue hasta la década de 1960 cuando los geólogos estadounidenses Eugene Shoemaker y Edward Chao confirmaron que la hondonada había sido esculpida desde el cielo. En el muro de la iglesia descubrieron, incrustados, los diamantes que demostraban el impacto. Tanto que, los cálculos posteriores estimaron que las construcciones del pueblo contenían unas 72.000 toneladas de estas gemas microscópicas. ¿No parece un sueño?
Qué visitar en Nördlingen
La iglesia de San Jorge, con su torre Daniel que se eleva, invita a subir y contemplar desde allí los tejados rojos que contrastan con el verde circundante del Ries, el cráter que la rodea. El Museo RiesKrater, instalado en un antiguo establo, ayuda a comprender la magnitud del suceso: vitrinas con fragmentos de meteorito, piezas de suevita y hasta una roca lunar traída por los astronautas del programa Apollo, que entrenaron en el cráter antes de viajar a la Luna para aprender a reconocer minerales de impacto.

¡Pero eso no es todo! Más allá de sus murallas hay bosques espesos de coníferas que cubren el borde del cráter, alimentados por el suelo fértil de la zona. Allí, sus canteras y minas recuerdan el origen de la piedra con la que se levantó el pueblo en su totalidad. Mientras tanto, los vecinos caminan por sus calles con naturalidad, acostumbrados a vivir en una parte extraordinaria del mundo que atrapa la atención de viajeros y expertos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario