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Ni Madrid, ni Sevilla: el mejor jamón de España se compra en un pequeño pueblo de 2.000 habitantes lleno de tiendas familiares.

Si hay un tesoro gastronómico que destaca entre toda la oferta culinaria española, es el buen jamón. Su sabor, que los entendidos categorizan de "umami", alcanza una complejidad especial en ciertas regiones. Es a una de ellas –no a Madrid ni a Sevilla– a donde debemos dirigirnos a comprar el mejor jamón.

En un pequeño municipio de la Sierra de Aracena, una carretera que antes pasaba desapercibida se ha transformado en un templo para los amantes del ibérico. Aquí, en plena naturaleza, se alinean bodegas legendarias y tiendas familiares que convierten este rincón de Huelva en la verdadera meca del jamón de bellota.
Ni siquiera es una avenida principal. Se trata de la carretera de San Juan del Puerto a Cáceres, una vía que atraviesa el lateral de Jabugo, el pueblo que da nombre a la Denominación de Origen Protegida más prestigiosa de España. A lo largo de este tramo se suceden casi una decena de tiendas, bodegas y establecimientos dedicados al ibérico.
Dónde comprar en la carretera de San Juan del Puerto a Cáceres
A lo largo de la vía se encuentra la mítica Bodega Cinco Jotas, considerada por muchos la mejor del mundo, y su tienda gourmet. Si avanzamos por la calle, nos cruzaremos con establecimeintos como el Supermercado Sánchez de Jabugo, con un expositor que parece un museo; Casa Miguel: Jamones y Embutidos; La Bodega de Manuel, Corteibero o La Cañada de Jabugo, todos ellos locales donde los jamones se exponen como joyas. No hay otro lugar en España con una concentración semejante de productores de calidad suprema

Por qué el jamón de Jabugo es tan popular
Jabugo se encuentra inscrito dentro del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, un ecosistema único de Sierra Morena donde los cerdos ibéricos viven en total libertad. El microclima de este entorno y la alimentación de sus cochinos, a base de pasto natural y bellotas, es responsable del sabor singular que ha hecho mundialmente famoso al producto de la zona.
La historia de Jabugo
Aunque hoy es sinónimo de jamón, Jabugo tiene raíces mucho más antiguas. Se han encontrado asentamientos desde el Paleolítico, y en la cercana Cueva de la Mora apareció un hueso tallado con un ciervo y un rinoceronte extinto que proviene del Neolítico.
Tras la Reconquista de Sevilla, el pueblo fue repoblado por gentes de Galicia, Asturias y León, lo que explica por qué algunas tradiciones, palabras del habla local e incluso recetas de pastelería recuerdan al norte. Empezando por el nombre del pueblo, ya que se cree que "Jabugo" es la castellanización de la palabra leonesa "sabugu", que significa saúco.

Jabugo siempre fue tierra de emprendedores. Desde hace siglos vive de la industria: fabricación de tabaco, molinos de aceite, materiales de construcción… Pero su joya más preciada —la industria cárnica— aparece documentada ya en tiempos de Cristóbal Colón, y Lope de Vega en el siglo XVI relató cómo se producían los jamones del municipio.
El gran salto llegó en el siglo XX con el desarrollo de bodegas modernas, secaderos y técnicas de curación que, sin perder el método tradicional, lo elevaron a la excelencia..

Además de las delicias gastronómicas, Jabugo bien merece una visita por su encanto. Casas blancas, fachadas ornamentadas y una plaza central —la Plaza del Jamón— presidida por la Iglesia de San Miguel Arcángel, un templo barroco-neoclásico digno de mención.
El otro gran atractivo del pueblo es su entorno. Jabugo está rodeado de senderos que recorren bosques, arroyos y praderas donde pastan los cerdos ibéricos: el arroyo Jabugo, el río Múrtigas y las dehesas que conforman uno de los paisajes más valiosos de Sierra Morena. Desde el pueblo salen numerosas rutas de senderismo que recorren el campo, y muchas dehesas ecológicas ofrecen hoy estancias completas que permiten al visitante profundizar en el conocimiento del animal.
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