domingo, 29 de enero de 2023

Canal Historia : DE LA PERRA GORDA A LA RUBIA. HISTORIA DE LA PESETA.




 La peseta nos ha acompañado toda nuestra vida hasta su cambio por el euro. Ha tenido muchos sobrenombres: rubia, pelona, chica, pela… se ha fasbricado en plata, bronce, hierro, aluminio, incluso en cartón. Ya no tiene ningún valor, ya no se cambia ni en el Banco de España, solo pervive como moneda no oficial en la República Saharahui… ESTA ES SU HISTORIA

En su origen era una moneda de plata barcelonesa acuñada durante la Guerra de Sucesión para financiar el bando del Archiduque Carlos. 1706. Equivalía a 2 reales de plata, era una pieza pequeña, en catalán se llamaba “peseta”. Otros opinan que el vocablo viene del diminutivo de peso. Durante la guerra de la independencia, en 1808 José I Bonaparte acuñó en la Seca de Barcelona, por primera vez moneda provincial con el nombre oficial de peseta. En esos años aparecieron en Girona los primeros duros, equivalentes a 5 pesetas. (1807-1814). En 1844 se planteó apostar por el real de plata como moneda oficial pero la reforma no se hizo efectiva debido a un cambio de gobierno. En 1864 se impuso el escudo de plata frente a los reales. Un año después (1865) se creó la Unión Monetaria Latina liderada por Francia con la intención de implantar una moneda común europea y adoptar el Sistema Métrico Decimal. Dicha unión se mantuvo hasta 1927 cuando las fluctuaciones de las economías nacionales, la oscilación del valor de los metales y el abandono del patrón oro hicieron difícil su continuidad pero en 1979 nuevamente se abordó un intento de disponer de una única moneda para Europa, el ECU. Hasta 1868 la peseta era una moneda más de curso legal entre más de veinte: los reales, reales de plata, reales de vellón, reales de a 2, de a 8, los medios reales, pesos, pesos de duro, doblones, medios doblones, doblones de a 4… o los Luises, que trajeron los franceses durante la Guerra de Independencia. Durante el reinado de Isabel II, se acuñaron pesetas para pagar a la soldadesca que combatía contra los carlistas (1ª guerra carlista), a ellos se les empezó a llamar “peseteros”, expresión que sigue usándose hoy en día. Tras el relevo de Isabel II (1868), durante el gobierno provisional de Francisco Serrano se quería evitar la circulación de monedas con la efigie de Isabel II. Por otra parte, el país deseaba integrarse en La Unión Monetaria Latina Se eligió la peseta porque, como el franco y la lira, contenía cinco gramos de plata. Con la peseta como moneda nacional, desapareció el escudo… pero no el real que equivalía a 50 céntimos de pesetas. Laureano Figuerola, ministro de hacienda de ese gobierno y su subsecretario de hacienda, el barcelonés Joaquim María Sanromà i Creus, implantaron la peseta como moneda oficial en tan solo 11 días. Figuerola (1816 -1903) era un catalán de Calaf establecido en Barcelona desde 1823. Estaba casado con Teresa Barrau, hija de una familia propietaria de la primera fábrica del gas de Girona y viuda a su vez de uno de los miembros de la familia Bosch, dueña de una fábrica de indianas. Su finca familiar, Can Figuerola, estaba en el entonces pueblo de Horta, al tocar de Barcelona. Con el nuevo cambio monetario y unas medidas librecambistas como la supresión de aduanas interiores, la liberalización del comercio exterior y una reforma del sistema tributario, se esperaba reflotar la economía del país aunque el sector industrial catalán y los cerealistas se les tiraron encima ya que no querían competir con las empresas extranjeras. Figuerola escribió en sus Memorias que "unos cuantos fabricantes catalanes y otros tantos ferreteros vizcaínos tenían metido el país en un puño". Su segundo de abordo, Joaquim María Sanromá se quejaba de la actitud de la burguesía industrial que presionaba al gobierno en base a sus intereses privados.. Al final, Figuerola dejó el ministerio para ser, primero senador (1870) y después, presidente del senado (1872) hasta dejar la política (1881) para ser el primer presidente de la Institución Libre de Enseñanza. Primero se acuñaron monedas de 5 pesetas de plata. Cada moneda pesaba 25 gramos, 40 monedas de 5 pesetas pesaban 1 kilo de plata. La que más circulaba era la de 10 céntimos de bronce. En una de sus caras figuraba un león rampante, para el pueblo, un simple perro, de ahí nació su primer mote: “la perra gorda”. La moneda de cinco céntimos, más pequeña, era la “perra chica” (1870). En estos años se empezó a imprimir papel moneda. Hasta la restauración no volvieron a acuñar monedas de 1 peseta. Amadeo de Saboya (1871-73) estampó su efigie en las monedas.


https://youtu.be/ECENYsmKxko

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