El local ofrece comida desde 1945 en el barrio de la Barceloneta y ya es un referente de los bares de tapas de la ciudad
En los primeros años el bar sólo ofrecía cafés y vermuts fríos, como anchoas o escupiñas. Solé recuerda que "no se comía tanto fuera de casa". Llegó un momento, sin embargo, que su padre tuvo la idea de ofrecer tapas calientes. Una decisión que coincidió con un cambio de hábitos de sus clientes, que cada vez dinaban más fuera de casa.
La bomba, una tapa estrella
Y sobre el año 55 comenzaron a ofrecer su tapa estrella hasta la actualidad: la bomba. Se trata de una patata rellena de carne con una salsa allioli y picante por encima. Pero no fue siempre así: "La vendían como una patata rebozada, pero mi padre dijo que estaba seca y le pusieron la salsa". Y un cliente habitual, cuando la probó exclamó: "¡Esto es una bomba!". El nuevo plato ya tenía nombre.
Woody Allen, un cliente más
Durante todos estos años en la Barceloneta, el local ha pasado a ser un habitual en las guías de la ciudad. Y son muchos los famosos que han dinamás. Pero Solé recuerda sobre todo el día que lo llamaron de parte de Woody Allen para reservar todo el local. Y él no dudó: "No, no, aquí tiene que compartir como todo el mundo". Y añade: "No sé si se empeñó o no, pero... es lo que hay".
Patrimonio de la ciudad
El nombre de La Cueva Fumada viene de cuando se fumaba en el interior del local. Un espacio sin extracción de humo, que era pequeño y oscuro. "Claro, siempre estaba lleno de humo", explica Magí Solé. De aquello ya hace muchos años y por Solé, La Cova Fumada ha pasado a ser patrimonio de la ciudad. "Seguro, porque hay muchos lugares donde nos piden la opinión, hablan de nosotros en libros, etc... Y si sales tanto y viene tanto la gente, por algo será".
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