viajar.elperiodico
Este apasionante recorrido por el corazón de Centroamérica nos llevará hasta la exuberante naturaleza del país de la "Pura Vida".
Volcanes dormidos, bosques tropicales, frondosas selvas, playas de arenas vírgenes y ríos caudalosos… A pesar de su tamaño, Costa Rica es uno de los países con mayor biodiversidad del planeta, algo que se ve reflejado en la gran cantidad de parques naturales que posee. Sus carreteras sumergen al viajero en toda esa naturaleza intacta que lo arropa. Para recorrerlas es posible alquilar un coche, contar con los servicios de un vehículo con conductor o contratar un tour organizado, opciones que satisfacen a todo tipo de viajeros.
El Parque Nacional de Tortuguero, al este del país, es la mejor incursión selvática por la densidad de verdes costarricenses. Un área protegida donde anidan tortugas marinas. A bordo de una lancha, navegaremos durante una hora por los ríos y canales que descienden, entre la asalvajada vegetación al encuentro con el Mar Caribe. Realizar una excursión, en kayak o barca, por los canales, desvelará la abrumadora fauna autóctona del parque: perezosos, tucanes, caimanes…
Una calle de tierra marca el ritmo del diminuto poblado de Tortuguero, con casas de colores, coquetas tiendecitas y bares reposando sobre el agua dulce del canal. Al otro lado, una kilométrica playa de arenas negras atrae cada año a diversas especies de tortugas marinas que entierran en ellas sus huevos. Uno de los principales reclamos de la zona que puede contemplarse en excursiones nocturnas acompañadas por un guía acreditado.
A unos 200 kilómetros de Tortuguero, los 1.670 metros del imponente volcán Arenal custodian otro de los fascinantes parques nacionales, conocido por sus relajantes aguas termales. Aunque la última erupción fuerte tuvo lugar en 1968, aún sorprende con espectaculares imágenes de los gases y coladas de lava que emanan de su interior. Además de transitar por los tres senderos que se abren paso por sus faldas, el Parque Nacional Volcán Arenal ofrece numerosas actividades para disfrutar de su entorno. Desde tirolinas que sobrevuelan árboles y cataratas como la del río Fortuna, hasta paseos a caballo. ¡La aventura está servida!
Bordeando el lago artificial Arenal y la cordillera de Tilarán, llegamos a Monteverde, un bosque nuboso de extraordinaria belleza donde los verdes se hacen más intensos debido a la humedad que desprende la espesa neblina del lugar. Atravesar sus vertiginosos puentes colgantes brindará la oportunidad de avistar quetzales y monos aulladores desde las alturas.
Relax frente a una cascada
Tras unos días de aventura y senderismo, el Valle de Orosi, en la provincia de Cartago, propone el descanso perfecto gracias a paseos históricos, a través de su arquitectura colonial o de las Ruinas de Ujarrás, y, especialmente, en las aguas termales que llenan las siete piscinas de la Hacienda Orosi. Ante ellas se levantan majestuosos los volcanes Irazú y Turrialba y el Cerro Barba de Viejo. No faltan cafetales que, debido a las condiciones climáticas de la región, proporcionan uno de los cafés más populares de Costa Rica. Y es que nos encontramos a las puertas del Parque Nacional Tapantí, uno de los puntos más lluviosos del mundo.
Para terminar de relajarnos, nada como dormir con el murmullo de la seductora cascada de Santa Ana. El apacible salto de agua se ubica en el hotel Quelitales, un maravilloso refugio ecológico de cabañas que se funden con el bosque y alrededor de las cuales revolotean más de 400 aves.
No hay comentarios:
Publicar un comentario