Bienvenido a un nuevo artículo de Guerras y Reinos. En esta ocasión trataremos del sitio de Barcelona acontecido de 1713 a 1714. Este se dio en el contexto de la Guerra de Sucesión Española y concluyó con la anulación de los fueros catalanes. ¡Vayamos a tema!
Felipe de Borbón, rey de España
En noviembre de 1700 murió Carlos II de España. El difunto soberano dejó como su heredero a su sobrino nieto, Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV. La condición fue que el príncipe francés renunciara a la corona de Francia. Sin embargo, un mes después, el rey francés declaró que los derechos de su nieto se mantenían. Esa afirmación provocó el disgusto de las cortes europeas.
En febrero de 1701 Felipe fue coronado como rey de España y hasta entonces todo parecía en calma dentro del reino. En 1702 el soberano de origen francés juró los fueros de Cataluña y a cambio recibió el reconocimiento de las cortes. Hasta entonces el apoyo al rey parecía firme.
Luis XIV cometió la imprudencia de disponer de los negocios españoles a su voluntad. Envió guarniciones a los territorios españoles en Italia y los Países Bajos. Una flota gala se estacionó en Cádiz y otra flota se desplazó a las Américas.
Ruptura de las hostilidades
El emperador no aceptó el testamento y comenzó las hostilidades en Italia. En julio de 1701 sus tropas invadieron Lombardía, lo que dio inicio a la guerra. Este ataque dio pie a Gran Bretaña y las Provincias Unidas para ponerse de su lado, pues no veían con buenos ojos el engrandecimiento francés.
En septiembre de 1701 el Sacro Imperio, Gran Bretaña y las Provincias Unidas firmaron el Tratado de la Haya. Su objetivo era impedir la unión de España y Francia mediante el apoyo al archiduque Carlos.
Dentro de las Españas, en Cataluña, se formó un partido que apoyaba las aspiraciones del archiduque Carlos en contra de Felipe V. En enero de 1704 se nombró Virrey a Francisco de Velasco, el cual fue autoritario y reprimió a los austrasistas. El 27 de marzo de ese año una flota anglo-neerlandesa intentó desembarcar en Barcelona con el apoyo de los austrasistas. El intentó fracasó debido a la falta de resolución de las instituciones catalanas.
Cataluña se pierde para Felipe V
Lo que siguió fue una represión más severa por parte del virrey Velasco, lo que generó mayor oposición dentro de Cataluña. En febrero de 1705 Felipe V regresó a España de su expedición militar a Italia. Los catalanes aprovecharon su retorno para enviar a Pablo Dalmases a la corte para denunciar la actuación del virrey. Este, sin embargo, fue apresado y esto provocó la rebelión de Cataluña en mayo.
El 20 de junio los rebeldes catalanes firmaron el Pacto de Génova con el Reino Unido. Mediante el tratado se firmó una alianza militar y el reconocimiento al archiduque Carlos como soberano.
El 9 de octubre de 1705 Carlos de Austria tomó Barcelona, con apoyo militar de Inglaterra, los neerlandeses y austriacos. El 7 de noviembre juró las cortes catalanas y fue proclamado rey. El día 16 de diciembre Valencia se proclamó también por el archiduque.
Carlos de Habsburgo se proclama rey de España
En abril de 1706 Felipe V armó un ejército de 18 000 soldados y puso rumbo a Barcelona para tomar la ciudad. Aquello provoco disturbios dentro de la urbe, que fueron controlados. El 8 de mayo llegó la flota británica y obligó a levantar el asedio. Carlos de Austria avanzó a Madrid en la cual entró el 27 de junio y el 2 de julio fue proclamado rey como Carlos III. Felipe V se había retirado a Francia a la espera de refuerzos.
La batalla de Almansa
En octubre de 1706 regresó Felipe V a Madrid. Carlos III se había retirado a Valencia a finales de julio, ante la falta de suministros y de apoyo de la población. El 25 de abril de 1707 se libró la batalla de Almansa, lo que dejó libre la vía para la ocupación de Valencia y Aragón. El 29 de junio de 1707 los fueros de esos reinos fueron anulados. Entre el resto del 1708 y parte de 1709 las tropas borbónicas ocuparon las ciudades rebeldes.
Intentos de negociación
En 1709 comenzó en Francia una crisis económica, que obligó al rey a abrir negociaciones a espaldas de Felipe V. Las exigencias de los aliados fueron duras y el rey las rechazó. Tuvo que retirar la mayor parte de sus tropas de España, para defender sus fronteras.
Felipe V, molesto con la actitud de su abuelo, rompió con él y se encargó del gobierno. También hizo jurar a su heredero, a finales de ese año. A principios de 1710 se llevaron a cabo las conversaciones de Geertruidenberg. Francia intentó negociar la paz tratando de conseguir los estados italianos para Felipe, pero los aliados fueron inflexibles. De nuevo se volvió a la guerra.
En la primavera de 1710 Carlos III inició una nueva ofensiva sobre Madrid. El 20 de agosto derrotó a las tropas de Felipe en Zaragoza y los fueros de Aragón fueron restablecidos. El 28 de septiembre Carlos entró de nuevo en Madrid y fue recibido de manera fría. Un mes después se retiraba.
Castilla apoya a Felipe V
Por toda Castilla se volvieron a alzar tropas de voluntarios en apoyo de Felipe V, el cual volvió a entrar en Madrid el 3 de diciembre. Esta vez Luis XIV envió tropas en su apoyo y el monarca fue recibido de forma cálida. El 10 de diciembre las tropas de Carlos III eran derrotadas de manera completa en Villaviciosa. El 4 de enero Felipe V volvía a tomar Zaragoza. A la vez, un ejército francés de 15 000 soldados cruzó hacia Cataluña para recuperarla.
El clamor popular de los castellanos hacia Felipe desanimó a los aliados, los cuales vieron con desesperanza la posibilidad de recobrar España para Carlos III. Luis XIV estaba exultante de alegría. En Gran Bretaña, el nuevo gobierno deseaba poner fin a la larga contienda.
1711 fue un año clave para la guerra. El 17 de abril de 1711 murió el emperador José I, con tan solo 6 años de reinado. Esto dejó libre el trono imperial para el archiduque Carlos. Gran Bretaña y las Provincias Unidas no vieron con buenos ojos la unión de España y el Sacro Imperio.
La paz de Utrecht
En enero de 1712 El Reino Unido y Francia iniciaron conversaciones secretas en Utrecht sin invitar a España. Los ingleses reconocerían a Felipe V en el trono a cambio de Gibraltar y Menorca y privilegios comerciales en las Américas. También exigieron que Felipe V renunciara a sus derechos a la corona de Francia. El 9 de noviembre de 1712 Felipe renunció a sus pretensiones al trono francés. Luis de Anjou, el heredero de Francia, hizo lo propio hacia España.
Entre tanto, la emperatriz Isabel Cristina permaneció en Barcelona para defender los derechos de su esposo, el ahora emperador Carlos VI. El 24 de julio el general imperial Eugenio de Saboya fue derrotado en Denain, en los Países Bajos. Para entonces los ingleses ya se habían retirado del conflicto.
El 11 de abril de 1713 se firmó el primer Tratado de Utrecht entre Gran Bretaña, las Provincias Unidas y Francia. Ocurrió lo que Carlos II había querido evitar, la partición de la Monarquía Hispánica. Los Países Bajos Españoles y las posesiones españolas en Italia pasarían a Carlos VI. Sicilia fue dada a Saboya como compensación.
El 10 de julio se firmó un segundo tratado en Utrecht entre España y Gran Bretaña. La primera les cedía a los ingleses Gibraltar y Menorca. Además, le otorgó algunos privilegios comerciales en la América española. El rey Felipe V se comprometía a dar amnistía a los catalanes y concederles los mismos derechos y privilegios que a Castilla.
Cataluña se niega a reconocer a Felipe V
El Sacro Imperio no participó de las negociaciones, pues Carlos seguía reclamando el trono español. En marzo de 1713 los ingleses retiraron sus tropas de Cataluña, Mallorca e Ibiza. El día 19 la emperatriz dejó Barcelona y puso al mando a Giudo von Starhember. El 1 de julio de 1713 se fijó el alto al fuego y las tropas de Felipe V debían ocupar Cataluña.
El 30 de junio de 1713 los catalanes convocaron una junta de los estamentos para decidir qué hacer. Tras muchas deliberaciones, optaron por continuar la guerra y su decisión la hicieron publica el 9 de julio de 1713. Felipe V se lamentó por esta decisión. Los aragoneses optaron por apoyar su libertad y se unieron a Cataluña. El 16 de junio, las representantes australitas de Valencia hicieron lo mismo. De esta suerte, la Corona de Aragón se había alzado. El reino de Mallorca e Incluso Nápoles apoyaron la causa de Barcelona, enviándoles provisiones y armas.
El sitio de Barcelona
Los estamentos catalanes nombraron a Antonio de Villarroel y Peláez como el comandante general de Barcelona. Se reunieron unos 10 000 soldados de todos las partes españolas sublevadas y 258 piezas de artillería para la defensa de la plaza. Se creo una junta secreta para informar de las situaciones y se abrió un canal de comunicación con Viena.
El 25 de julio de 1713 llegaron las tropas borbónicas de 40 000 soldados mandadas por el duque de Pópoli. Como encontró una respuesta negativa a su solicitud de rendición, inició el bloqueo de la ciudad.
La estrategia consistía en el bloqueo de la ciudad para asfixiarla y en la conquista del Castillo de Montjuic. Su caída representaba la rendición de la ciudad. Se pretendía así cortar los suministros a Barcelona para rendirla por hambre. Esto representaba un asedio a largo plazo.
División en Cataluña
Dentro de Barcelona las opiniones eran divergentes entre quienes deseaban la paz y quienes querían continuar con la guerra. El 30 de noviembre de 1713 se procedió a elegir a los nuevos concejeros de Barcelona. Rafael Casanova fue elegido como el Conceller en cap.
Hasta entonces el comandante Villarroel tenía libertad de acción. Su estrategia era defensiva y esperaba ayuda externa. El conceller Casanova cambió los planes y optó por hacer salidas nocturnas de las tropas y atacar a los enemigos para debilitarlos.
A los pocos días el gobernado de Montjuic se negó a seguir las órdenes de Casanova y fue arrestado por desobediencia. Esto desató la división entre el comándate general y el conceller, cuyos desacuerdos fueron aumentando. El Concejo de los Cien se reunió y falló a favor de Casanova.
La situación se complica a las tropas borbónicas
A finales de diciembre Casanova ordenó al coronel Antonio Desvalls que saliera para sublevar a las plazas externas. De e esta manera las tropas borbónicas tendrían que dividirse y se planeaba la interrupción de sus suministros. La operación resultó un éxito gracias a que el intendente borbónico José Patiño quiso recaudar impuestos en Cataluña. Esto provocó el descontento de las ciudades y se sublevaron.
La situación política en Barcelona continuaba efervescente. En febrero el inspector del ejército Ramón de Rodolat intentó derrocar a Casanova, pero fue descubierto y apresado. La situación continuó deteriorándose y el 26 de febrero la Generalidad de Cataluña cedió sus competencias militares a los consellers. De esta manera Casanova fue nombrado como una especie de comandante supremo y todos los comandantes que operaban le reportarían a él.
En el exterior la situación se complicaba. La corte de Felipe V no comprendía porque Barcelona aún no se rendía. En Gran Bretaña peligraba un cambio de gobierno favorable a la guerra y el emperador enviaba suministros desde Cerdeña y Nápoles. Eso porque los cuatro navíos castellanos que debían bloquear Barcelona no lo habían hecho. Mallorca también enviaba suministros con regularidad.
Berwick se hace cargo de las operaciones militares
Pópoli, el general borbónico, fue presionado para culminar el sitio de Barcelona. En mayo de 1714 dejó las operaciones para la conquista de Montjuic y ordenó el bombardeo de Barcelona, día y noche, durante todo el mes. En julio, tras 11 meses de bloqueo infructuoso, Pópoli fue destituido y reemplazado por el francés mariscal duque de Berwick.
Berwick llegó a Barcelona con otros 20 000 soldados. Entre el 12 y 13 de agosto la artillería bombardeó la muralla norte entre Portal Nou y de Santa Clara. Abrieron dos brechas e iniciaron el asalto, pero fueron rechazados con 900 muertos. El 4 de septiembre Berwick propuso capitular a la ciudad. La respuesta fue que lo harían si conservaban sus fueros. El mariscal se negó e intensificó su bombardeo el 10 de septiembre.
Se hizo una nueva propuesta de rendición, pero fue rechazada. El bombardeo continuó hasta que en la madrugada del 10 de septiembre se abrieron siete grandes brechas en la muralla norte. Las tropas borbónicas entraron y se desató una fiera lucha. Casanova enarboló el estandarte de Santa Eulalia. Otros concellers enarbolaron las banderas de San Jorge. Los magistrados fueron a animar a las tropas que resistían.
Caída de Barcelona
A las 6:00 a.m. Berwick les dio un ultimátum para aceptar la paz, de lo contrario, se pasaría a toda la población a cuchillo. A las 15:00 horas la ciudad seguía resistiendo y los Tres Comunes ordenaron a la población salir a las plazas para defender la ciudad. Si no había gente suficiente en una hora, se pediría la rendición. El apoyo no sucedió y los magistrados decidieron negociar. El general Villarroel fue el encargado de las conversaciones y Berwick estableció un alto al fuego.
Consecuencias
El 12 de septiembre los Tres Comunes de Barcelona se rindieron y el 13 de septiembre de 1914 fue ocupada por completo. El 16 de septiembre Berwick comunicaba a los Tres Comunes de Cataluña la disolución de las cortes catalanas y de todas sus instituciones. Así mismo el cargo de virrey, gobernador, los vegueres y cualquier forma de organización propia. En los municipios se permitió la ocupación de los cargos magistrales para probados felipistas. A finales de 1715 la organización borbónica se había impuesto en Cataluña.
El 7 de septiembre de 1714 se firmó el tratado de Baden. Francia reconoció la sesión de las posesiones italianas españolas para Carlos VI, pese a que este no renunció al trono español. No fue hasta 1725 en que Carlos VI renunció a sus derechos al trono español mediante el tratado de Viena. Felipe V por su parte, reconoció la soberanía de los Habsburgo sobre los territorios italianos, que les fueron transferidos en Utrecht.
Autor : Adrián Silva
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