Continuamos con la conquista romana de Britania, parte 2. Te recomiendo leer la primera parte si es que aún no le has dado un vistazo. A manera de resumen nos quedamos en que las legiones entraron en Albión en el año 43 d.C. No olvides que así le denominaban a la mayor de las islas británicas. En las batallas de Medway y en la del Támesis derrotaron a la coalición de tribus liderada por los cautuvellaunos. La ciudad principal, Camuloduno cayó en su poder. El emperador Claudio hizo acto de presencia por un par de semanas y después se retiró a Roma. El Senado le otorgó el nombre de Británico a su hijo en honor a su victoria.
Una vez que Roma ocupó la ciudad principal de Britania se nombró a Tito Flavio Vespasiano como comandante de una pequeña fuerza. Con ella marchó al oeste de la isla y sometió a las tribus que habitaban esa zona. En su camino ocupó una serie de oppida. Tu pregunta en este momento será, ¿qué es oppida? Pues bien, te explico, es una colina fortificada, así de fácil. Esta expedición, se dice que alcanzó a la actual Exeter e incluso Bodmin.
Por su parte, la Legio IX Hispana avanzó al norte y en cuatro años de lucha sometió a la región alrededor del estuario Humber y el río Severn. En la actualidad algunos historiadores debaten si esta fue la primera frontera de la ocupación. Se dice que abarcaba la calzada romana denominada Fosse Way, la cual unía Exeter con Lincoln. Es decir, desde el suroeste de la isla hasta la parte central, se trazaba una especie de diagonal.
En el año 47 llegó un nuevo gobernador llamado Publio Ostorio Escápula. Éste inició una campaña para someter a las tribus que habitaban los actuales Gales y Cheshire Gap. Esa zona estaba ocupada por la belicosa tribu de los silorus los cuales lucharon con fiereza. En uno de los encuentros fueron derrotados en el año 51. En la batalla luchó Carataco, que si recordamos había sido uno de los líderes que encabezo la primera resistencia de la isla y al ser derrotado huyó a Gales. El nuevo revés lo obligó a huir al norte, al territorio dominado por los brigantes.
Brigantia estaba gobernada por la reina Cartimandua. Esta tribu se había sometido a los romanos desde el inicio de la invasión. En el año 47 una facción anti romana había iniciado una revuelta, pero fue sofocada de inmediato y el reino recibió un mayor control de Roma. Al llegar Carataco a su corte en el año 51, la reina lo entregó a Roma para evitar la animadversión de su poderoso vecino.
En el 52 murió Ostorio y su lugar fue ocupado por Aulo Didio Galo. Este emprendió de nuevo la tarea de someter a los silorus en Gales dado el fracaso de su predecesor. No obstante, se encontró con la misma resistencia y no ocupó más que territorios fronterizos. Al parecer el emperador Claudio no quería desgastar sus energías en esas tierras y deseaba expandirse a lugares más accesibles. Es por esto que se construyeron fortalezas en el sur de Brigantia.
En el año 54 Nerón subió al trono y nombró a Quinto Veranio como gobernador de Britania. Éste tenía experiencia luchando contra las tribus guerreras del Asia Menor. El emperador deseaba el sometimiento de Gales y le encomendó la tarea a Veranio y a su sucesor Cayo Suetonio Paulino. La acción de estos fue exitosa y llegaron a destruir la capital de la resistencia de los druidas, Mona, actual Anglesey, en el año 60. La total ocupación del territorio se vio interrumpida por la rebelión de la reina Boudica. Esto obligó a los romanos a replegarse al suroeste.
Entre tanto, los icenos fueron un pueblo en la parte costera del centro de Inglaterra. Este pueblo era celoso de su libertad y tenía el estatus de aliado de Roma, sin embargo, la hostilidad de este pueblo fue creciendo con el paso de los años. Durante el gobierno de Prasutago se conservaron relaciones más o menos acéptales, incluso Roma le hizo prestamos que el soberano no pagó.
El rey de los icenos no tenía hijos varones por lo que su hija Boudica heredaría la corona. En Roma esto era inaudito por lo que pidieron al rey nombrar al emperador su coheredero. Así obtendrían el dominio del territorio. Cuando el rey murió los romanos ocuparon el territorio de forma violenta como si fueran los legítimos herederos. Las deudas del rey se cobraron despojando a la población de sus tierras y a Boudica de su título, además violaron a sus hijas.
Para el 60 la reina hizo una alianza con los trinovantes y aprovechó que los romanos combatían en Gales para iniciar una violenta rebelión. En un inicio tuvieron éxito y derrotaron a las legiones en escaramuzas. Tras la conquista de Camulodunum, Loninium y Verolamium, las huestes britanas se enfrentaron con Roma en la batalla de Watling Street ese año. El resultado fue un desastre para los celtas que perdieron 40,000 personas incluyendo a mujeres, niños y ancianos. La magnitud de la derrota provocó que los britanos dejaran de resistir la dominación romana y no se volvieron a sublevar durante los siguientes cuatro siglos.
Tras su victoria, los sucesivos gobernadores romanos de Britania continuaron su expansión al norte. Brigantia había entrado en una guerra civil entre la reina Cartimandua y su exesposo Venutius. La reina llamó a los romanos en su apoyo y estos mandaron a la IX Legión encabezada por Cesio Nasica. La reina triunfó sobre Venutius cuando este fue derrotado en el año 70. El resultado fue que Brigantia cayó en la esfera de influencia romana.
En el año 74 Sexto Julio Frontino sustituyó al gobernador Quinto Petilio. Este feroz gobernante subyugó a los siluros y a los pueblos hostiles a Roma en Gales. En el territorio estableció numerosas fortalezas para asegurar su control. La Legio II Augusta se estableció en la región.
En el año 78 Cneo Julio Agrícola sucedió a Sexto Julio. Éste derroto a Ordovico en Gales y reforzó su posición defensiva en la región construyendo fortalezas y calzadas. Para el año 80 Agrícola había llegado hasta el río Tay, en Escocia, en donde construyó una fortaleza. En el año 83 se libró la batalla del monte Graupio entre los romanos y la confederación de tribus de Caledonia, actual Escocia. De ahí se envió una flota para rendir las islas Orcadas y en tierra se construyeron más fortalezas.
En el 84 Agrícola fue llamado por Domiciano a Roma y le sucedieron una serie de gobernadores ineficaces para culminar la conquista de Escocia. Los britanos optaron por alejarse a las montañas dado los costos de la guerra. Eso significó abandonar a los caledonios en el norte.
Por su parte, los romanos se fueron retirando de manera paulatina del norte de Inglaterra hasta el centro en lo que se conoce como muralla de Adriano. En el 142 los romanos intentaron avanzar y se establecieron más al norte cerca de lo que hoy es la frontera escocesa. Ahí construyeron la muralla de Antonino, pero, tras dos décadas en la lucha debieron regresar ante la dificultad de la misión.
Los romanos volvieron a intentar varias veces la conquista de Escocia sin éxito. Hoy en día es la parte de Europa con más densidad de campamentos romanos de Europa. Hacia los inicios del siglo III la tribu escocesa de los Maeatae hizo incursiones violentas al norte de Britania. El emperador Septimio Severo decidió castigarlos y armó un ejército numeroso para combatir a la confederación de Caledonia. Tomó a las tres legiones que resguardaban Inglaterra más nueve mil soldados traídos del imperio y una cantidad fuerte de caballería y auxiliares. La guerra fue intensa, sin embargo, los romanos hubieron de retirarse tras el muro de Adriano debido a la resistencia del enemigo. El saldo fueron cincuenta mil romanos muertos y una cantidad alta de decesos caledonios.
En el 211 Septimio Severo preparaba una nueva campaña al norte, pero murió. Su sucesor, Caracalla, no continuó con la ofensiva. A partir de entonces los romanos desistieron de sus planes de conquista.
Las siguientes misiones romanas fueron para explorar, hacer tratados comerciales, mantener la paz y el apoyo a la expansión del cristianismo. La herencia romana permanece hasta hoy en día con la muralla de Adriano la cual está cerca de los límites entre Escocia e Inglaterra.
Autor : Adrián Silva
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