jueves, 20 de abril de 2023

Canal Historia Forum Romano : La vida en la Edad Media II parte

 Ya conocemos el panorama político de la Edad Media, pero ¿cómo vivían los europeos en la Edad Media?

El tiempo y el entorno:
El tiempo y la comprensión del espacio influyen en esta respuesta. El Tiempo porque el ritmo de vida dependía de las horas de luz, el tiempo era medido, al menos hasta el siglo XIII, por las campanadas de la iglesia que tocaban cada tres horas, cuando los clérigos debían acudir a uno de sus rezos. La salida del sol daba inicio a la jornada laboral que concluía con la puesta del astro, siendo más larga en verano, más reducida en invierno.
Como habíamos señalado en publicaciones anteriores, la sociedad estaba entrelazada con la naturaleza, es que el 90% de la población de los grandes reinos europeos vivía en la ruralidad. La naturaleza era el entorno, por lo que saber qué cosechar, dónde aserrar madera, de qué animales depredadores debe uno guardarse y en qué horarios salir a trabajar es vital. La naturaleza da todas las señales al trabajador para saber a qué hora debe comer, trabajar, despertarse y orar.
La relación con el clima:
En cuestión climatológica, el clima era temido no sólo cuando mostraba su cara más dura sino que, hechos que hoy en día no suponen un problema, para ellos podía llegar a ser una cuestión de relevancia. El invierno era la estación más dura, el frío era muy temido. Las chimeneas no conseguían calentar todas las estancias del hogar debido a los materiales utilizados, no siempre se conseguía quemar madera suficiente o conseguir carbón vegetal. Por ello, quienes disponían de animales de granja, convivían con ellos para aprovechar el calor que emanaban de estas bestias.
Debido a que las estaciones del año marcaban la producción agrícola de Europa, el granjero debía preparar la siega del cereal o preparar las uvas para el vino, ya que en reinos como Castilla o Portugal, el pan y el vino eran alimentos invernales.
Era en los meses de finales del otoño y primeros del invierno, cuando las tareas agrícolas cesan, el momento en que el aldeano podía y debía aprovechar para realizar trabajos complementarios, como arreglar desperfectos de su vivienda, proveerse de leña, reparar o producir herramientas de trabajo, asegurar la conservación de alimentos, etc. En este sentido nunca se insistirá lo suficiente en los esfuerzos del hombre antiguo y medieval por buscar técnicas, productos y especias capaces de conservar las verduras, la leche, las carnes y pescados que había conseguido obtener con su trabajo. Muchos de los alimentos que hoy consumimos como los embutidos son producto de técnicas halladas en la Edad Media de conservación de alimentos.
3. La vivienda
La casa, como en cualquier otro aspecto de la vida cotidiana, dependía del nivel socio-económico de sus habitantes pero también del siglo del que hablemos. La región de la que hablemos es también muy importante, porque las condiciones de la región determinan de qué estarán hechas las viviendas. Las viviendas de la península ibérica estaban hechas en su mayoría de Piedra, mientras que las hechas en los Cárpatos escandinavos están hechos de barro y otros materiales muy distintos.
Las viviendas de los campesinos contaban con una sola estancia que hacía al mismo tiempo de cocina, salón y habitación. En este habitáculo también se trabajaba, se almacenaba la cosecha y los útiles de arar. Si por el contrario eran artesanos, éstos compartían su casa con el taller y en muchos de los casos incluso con la tienda, abierta ésta al público. Con el paso del las casas tiempo se dividirán en varias dependencias estableciendo en cada una de ellas una actividad concreta.
La habitación no era privada y usualmente dormían todos juntos en una misma habitación. Muchas veces la cama era un nido de paja, el matrimonio no debía dormir junto necesariamente y no existían comodidades como tal para dormir.
El mobiliario o ajuar presente en los hogares era escaso. En las casas más humildes estaba compuesto por aquellos muebles imprescindibles como la mesa, las banquetas, un arca para guardar la comida, que llegará a convertirse en elemento diferenciador. El material habitual para los colchones era la paja aunque las clases acomodadas podían disfrutar de uno hecho de plumas que recubrían con sábanas o calientes mantas de pieles. El soporte de las camas podía ser bien un tablón de madera, bien varias sillas puestas en fila, este último el común en las zonas rurales donde la cama era compartida por toda la familia. En las casas donde el dormitorio estaba separado, era ésta la estancia más privada, donde se guardaban los pocos objetos de valor que pudiesen tener.
La cocina suponía el espacio más importante de cualquier hogar principalmente por la presencia de la chimenea que además de aportar calor iluminaba la casa. Las casas con más recursos económicos contaban con todo tipo de cacharros como recipientes de barro, de estaño, cobre o hierro además de manteles y paños.
4. El ocio en la Edad Media y la comida
Los alimentos básicos que se consumían eran el pan y el vino o cerveza. El primero de ellos comenzó como una masa de cereales cocidos hasta que llega un derivado de la levadura y mejora la receta. El resto de alimentos que ingerían solían ser aquellos que se vendían en las ferias o mercados locales- carne, pescado, frutas y legumbres-, siendo en el campo menos variada la alimentación que en la ciudad donde podemos encontrar por ejemplo especias, producto sólo consumido por la nobleza, de un precio elevadísimo.
La comida más importante del día en la Edad Media era la cena cuando por ejemplo los privilegiados hacían mayor ostentación de sus bienes con grandes comilonas en las que, como indica un estudio reciente, podían llegar a ingerirse hasta 3000 calorías.
Si la cena es la comida más importante, los domingos son los días de la semana a la que se concede mayor relieve. Era el domingo cuando toda la familia o el grupo iba a Misa, donde lucían sus mejores ropajes y cocinaban sus más destacadas comidas.
Existían diversas formas de ocio: jugaban a los naipes, dados, o alquerque los adultos, los niños a la pelota u otros objetos sencillos. Pero en diversión eran los juglares el centro de atención, siendo la poesía el mejor placer para el pueblo.
Hay que destacar que durante el calendario de la sociedad medieval existían numerosas festividades religiosas o de otra índole -diurnas y nocturnas- donde participaban todos los habitantes con comilonas, romerías, juegos de disfraces, etc.
Puede ser una imagen de una o varias personas y multitud
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