El 14 de abril de 1572 estalla la guerra entre el Virreinato del Perú (Reino de la Corona de Castilla) y el Reino de Vilcabamba, tras el ataque y ejecución de los embajadores "Tilano de Anaya, el padre Diego Ortiz y a tres o cuatro más que Toledo les mandara para que dieran la paz" por parte de los capitanes del soberano Túpac Amaru.
“Su Majestad comprenda la conveniencia de acabar con este asunto de una vez por todas, de manera que se garantice una paz duradera, o de lo contrario debería zanjarse por medio de la guerra. Sea como fuere, estableceremos una ciudad española en el Reyno de Vilcabamba, con fuerzas en las fronteras para garantizar la paz a partir de ahora […] Su Majestad tendría que decidir si se debería declarar la guerra o no, pues si no quiere salir, la causa de la guerra quedara justificada”. (Virrey Álvarez de Toledo, 1571)
A pesar de que el virrey Francisco Álvarez de Toledo había pensado llegar a un acuerdo con Tûpac Amaru, tras la muerte de Titu Cusi Yupanqui, buscando persuadir al nuevo soberano de dejar Vilcabamba y que fuese a la Ciudad del Cuzco, no lo consigue. Por ende y en vista del contexto de tensión diplomática el virrey optó por someter a los Incas de Vilcabamba por la fuerza, haciéndoles la guerra total. Pero antes debía recibir la orden del rey Felipe II, señalando que “haré lo que Vuestra Majestad manda”, lo que eventualmente consigue junto con la orden de ejecución de Tûpac Amaru.
El virrey Francisco Álvarez de Toledo decidió someter al Reino de Vilcabamba por haber roto “La inviolable ley de todas las Naciones del mundo” y para ello decidió enviar a Martín Hurtado de Arbieto como líder de la campaña. Se envió a un aproximado de 250 soldados españoles y a un aproximado de 2500 indios guerreros bajo el mando de sus respectivos curacas.
"Peleóse con gran porfía de una parte y otra, Martín García de Loyola se vio en un evidentísimo peligro de la muerte porque estando peleando salió un indio enemigo de tan gran disposición de cuerpo y fuerza [...] y así, mediante este indio (Curillo), se libró de la muerte el capitán Martín García de Loyola, que cierto fue hazaña digna de poner en historia el ánimo y presteza con que Currillo quitó la vida al medio gigante de dos cuchilladas, y salvó a su capitán". (Martín de Murua, XVII)
El soberano Túpac Amaru lidera la resistencia del Reino de Vilcabamba con un aproximado de 2000 soldados. Tras varios combates las tropas de Túpac Amaru se retiran y a finales de junio de 1572 el alférez general Pedro Sarmiento de Gamboa entra victorioso a la capital del reino incaico.
“Yo, el capitán Pedro Sarmiento de Gamboa, alférez general de este campo, por mandado del ilustre señor Martín Hurtado de Arbieto, general de él, tomo posesión de este pueblo de Vilcabamba”. (Sarmiento, 1572)
El soberano Túpac Amaru que había escapado a la selva fue apresado días después por Martín Óñez de Loyola y llevado al Cuzco el 30 de junio de 1572, junto con los mallquis (momias) de Titu Cusi Yupanqui, la estatuilla petrea de Manco Capác y una estatuilla de oro de la huaca Inti Punchao con los restos de los corazones de los Reyes Incas fallecidos en su interior. Un derrotado Tûpac Amaru hizo su ingreso al Cuzco encadenado y conducido por el maestre Juan Maldonado.Tiempo después Tûpac Amaru sería juzgado y ejecutado.
“Hemos descubierto en esta guerra de los Ingas nos ha hecho Dios de la que antes se pensaba porque así en las ocasiones se permitió para la justificación de ella como en la presteza de ejecución que nos hizo para ejecutarla […] Ansi los metieron todos presos en collera y a los ingas muertos embalsamados y ídolos y después de haber hecho catequizar y enseñar a los Ingas y sus capitanes y que fueron bautizados y perdonados algunos las vidas se ejecutó en otros la justicia y se cortó la cabeza al Inga Topa Amaro […] hacían en ella ni para clamores y aullidos de doce a quince mil caciques indios que se hallaron en la plaza al córtale la cabeza y oír su confesión contra los de la trama de la rebelión de la ciudad”. (Virrey Álvarez de Toledo, 1572)
Vilcabamba cae en 1572 y es anexada finalmente al Virreinato del Perú. Los incas, rinriyocs, allirunas y hatunrunas que no aceptaron la autoridad española y la fe católica, -tanto niños, hombres y mujeres- fueron desterrados por cientos hacia la Ciudad de Los Reyes (Lima), obligados a caminar descalzos más de 1 200 Km, muriendo muchos de ellos en el trayecto. En Lima estos fueron sometidos a juicio y condenados, muriendo algunos de ellos en prisión y otros destinados a trabajar perpetuamente y de manera forzada en distintos lugares del Perú, donde también murieron. De esta manera quedaba sellada y concluida la conquista de los Incas, tras casi 40 años de resistencia.
Referencias:
.- El Imperio de Vilcabamba: el reinado de los cuatro últimos incas, Luis A. Pardo (1972).
.- Beheadings and massacres: Andean and Mesoamerican representations of the Spanish conquest. Federico Navarrete (2008).
.- Historia inédita del Colegio del Cusco, Antonio De Vega (1600).
.- Los últimos días de los incas, Kim MacQuarrie (2016).
.- Ilustraciónes de Frank Abarca y Giuseppe Rava.
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