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De norte a sur, el país luso guarda bellos rincones aún por descubrir.
Portugal se está convirtiendo en uno de los destinos turísticos favoritos de los viajeros. Su riqueza patrimonial y el clima mediterráneo son algunos de sus mayores encantos. Pero el país vecino está cargado de matices históricos y rincones naturales que no suelen salir en las rutas turísticas convencionales. Más allá de Oporto, Lisboa y el Algarve, queda mucho por descubrir. Te invitamos a recorres 6 rincones mágicos de Portugal:
Piódão
A los pies de la Sierra de Açor, entre una panorámica de pastos y manantiales, se alza una curiosa aldea sobre un paisaje de cultivos en terrazas. La arquitectura de Piódão es unitaria: todas sus casas, de construcción rústica, están hechas de láminas de pizarra, distribuyéndose en forma de anfiteatro. Este monocromatismo, que se extiende tanto a los edificios como al empedrado de las calles, sólo se ve interrumpido por las notas de azul de algunas puertas y ventanas. Este pintoresco municipio, ubicado en el distrito de Coimbra, siempre se ha distinguido por su difícil acceso, pues hasta 1970 sólo se podía llegar al pueblo a pie o a caballo. Su perfecto estado de conservación le ha valido para formar parte de las Aldeas Históricas del país.
Braga
Algunos se refieren a ella como la “Roma portuguesa”. Es el tercer núcleo urbano más importante del país luso, después de Lisboa y Oporto. A lo largo de la Historia, recibió el apelativo de ciudad de los arzobispos. Abriendo la ciudad vieja, el Arco de Porta Nova, era el escenario de recepción de los obispos de la ciudad. Su red de calles peatonales y diversas iglesias barrocas son la esencia de su magnetismo. Destaca la riqueza de su arte sacro, con una amplísima colección de imágenes, retablos y capillas. Entre estos grandes santuarios, destacan Bom Jesús do Monte, Sameiro y a iglesia de Falperra dedicada a Santa María Magdalena.
Centro de Recuperación del Lobo Ibérico, Malveira
A tan sólo 10 kilómetros de la localidad de Mafra, se ubica un centro de recuperación para el lobo ibérico. Inserto en un valle cubierto por bosques, el centro alberga una treintena de ejemplares del lobo ibérico que viven en semilibertad. Se estima que en Portugal sólo quedan 300 individuos de este gran cánido y, gracias a la labor del centro, los lobos encuentran un refugio donde sobrevivir y desarrollarse, en un hábitat amplio y en unas condiciones controladas. Durante la visita al centro, para la que se recomienda reservar previamente, es posible avistar a algunos de estos bellos mamíferos.
Islas Berlengas
Desde el Cavo Carboeiro se avista un archipiélago formado por tres islas. A una distancia de 5,7 millas aparecen Berlenga Grande, Islas Estelas y Farilhoes-Forcadas. El Atlántico rodea este grupo de islotes con sus aguas cristalinas, convirtiendo sus costas en un lujo para el submarinismo.
Con 800 m², Berlenga Grande (también conocida como Isla de Sueño o Isla de Saturno) ostenta la mayor extensión y, actualmente, es la única habitada, aunque sea simplemente para garantizar los servicios de atención y vigilancia de su faro y su parque. En esta isla rocosa también se alzan las ruinas del Monasterio de la Misericordia, levantado en el siglo XVI por los monjes de la Orden de San Jerónimo.
El conjunto del archipiélago está catalogado como Reserva Natural desde 1981 y como Reserva de la Biosfera por la UNESCO desde 2011. El número de visitas al día es limitado para ayudar a su preservación.
Valle del Côa
La localidad de Vila Nova de Foz es un vínculo directo con la prehistoria. A lo largo de 17 kilómetros en el Valle del Côa se recoge el mayor conjunto de Arte Rupestre Paleolítico a cielo abierto de la actualidad. Descubierto en 1991, cientos de grabados se disponen sobre la superficie rocosa del valle. Representaciones de uros, caballos, cabras, ciervos y otras figuras antropomorfas se establecen como una conexión directa con el origen de nuestra especie, que representa de igual manera el desarrollo humano del Neolítico a la Edad de Hierro.
Tomar
En el corazón de Portugal, junto a la zona boscosa de la Mata Nacional dos Sete Montes, aparece Tomar. Esta ciudad posee uno de los cascos históricos más atractivos de todo el país. Su principal monumento es el Convento de Cristo, fundado en 1162 por el Gran Maestre del Temple en Portugal. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, su imponente arquitectura mezcla la influencia gótica, manuelina y renacentista. El otro enclave imprescindible de Tomar es la Iglesia de São João Baptista, originaria del siglo XV.
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