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Vigo y otros parajes albergan puertos de aguas mansas que resultan idóneos para la práctica del buceo y los deportes náuticos.
Encuadrado en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas, en Vigo encontramos el primer parque marítimo-terrestre de España, con ensenadas, playas, acantilados y el archipiélago de las islas Cíes, un puñado de joyas conocidas también como islas de los dioses y que alberga rincones de extraordinaria belleza como la playa de Rodas.
Pero Galicia esconde muchos más tesoros en sus aguas. En la ría de Pontevedra encontraremos los puertos de Aguete en Marín, Sanxenxo y O’Grove, mientras que en la ría de Arousa, la mayor de España con una longitud de 25 kilómetros, podremos perdernos por calas y playas de arena blanca y fina que constituyen un regalo para los amantes de las actividades náuticas.
Allí se halla el puerto de Villagarcía o la isla de A Toxa, con su muy famoso balneario, así como los puertos de Cambados, Rianxo, a Pobra do Caramiñal y Ribeira.
Las rías gallegas: belleza y biodiversidad
No podemos dejar de mencionar las rías de Muros y Noia o la del Ferrol, con su espectacular entrada formada por un estrecho canal flanqueado por laderas empinadas que nos deposita suavemente en una extensión de aguas tranquilas junto a las que reposan sus dos puertos deportivos. En la zona del Cantábrico, trazando la frontera con Asturias, se halla la ría de Ribadeo, en una zona de gran biodiversidad en la que habitan más de doscientas especies de aves.
Con este entorno que ofrece tantas posibilidades podemos practicar cualquiera de los deportes náuticos, desde el buceo, la navegación a vela con posibilidad de alquilar embarcaciones o de realizar cursos para aprender a pilotarlas, la práctica del surf o del wind-surf. Para los viajeros que prefieren descansar al tiempo que gozan del paisaje y conocen los puntos emblemáticos de las rías, existen cruceros con escalas en Vilagarcía de Arousa, Vigo y A Coruña.
Marinero por un día
Otra de las actividades que se ha convertido en una forma innovadora de turismo es la de compartir una jornada de marisqueo en las costas gallegas con los propios mariscadores, lo que es posible gracias a la predisposición de las distintas cofradías y agrupaciones de pescadores que se encuentran por todo el litoral gallego. Para los más intrépidos y que no teman al mareo, existe también la posibilidad de pasar una jornada faenando como un componente más de la tripulación de algún barco pesquero de bajura.
Las posibilidades de turismo marinero en Galicia son tan numerosas como los incontables rincones maravillosos que se descubren durante su realización. Nada como terminar una jornada cerca del mar degustando mejillones acompañados de un buen vino gallego junto a las bateas de cría de este magnífico producto del mar o disfrutar de los bares en que se reúnen los pescadores tras su día de trabajo.
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