sábado, 20 de mayo de 2023

Canal FSemana Viajar ; 72 horas en Biarritz, la costa que nos transporta a la Belle Époque

 viajar.elperiodico


Esta ciudad pertenece al País Vasco francés, en el suroeste del país, y ofrece planes para todos los gustos.

Biarritz, Francia

Biarritz es una ciudad costera situada al suroeste de Francia, en la región de Nueva Aquitania. Se encuentra en la costa del Golfo de Vizcaya, cerca de la frontera con España. Biarritz es conocida por ser un popular destino turístico, especialmente entre los amantes del surf, debido a sus hermosas playas y sus olas consistentes. Además de ser un lugar para disfrutar del mar y el sol, Biarritz tiene una rica historia y arquitectura, con elegantes edificios de la época de la Belle Époque. La ciudad combina un ambiente relajado de playa con una actividad surfera y una escena gastronómica destacada, lo que la convierte en un lugar atractivo para visitar. Por ello, hoy te ofrecemos una guía con los mejores planes, alojamientos y restaurantes de Biarritz.

Tablas de surf en la playa de Biarritz

Visitar la Grand Plague es prácticamente una obligación. Es la playa principal de la ciudad y destaca por las tiendas de colores que hay en algunas zonas de la arena. Con casi medio kilómetro de longitud, esta playa es perfecta para disfrutar de ella desde su Paseo Marítimo, darse un baño o practicar surf. Biarritz es una ciudad que atrae a muchísimos surfistas y hay varias escuelas que te enseñan lo básico de este deporte. Hay una amplia zona reservada para este deporte, por lo que si nunca has surfeado, no habrá peligro de que choques con algún bañista.

Tiendas-sombrilla en la playa de Biarritz

Si el tiempo no acompaña y optas por admirar la costa desde el Paseo Marítimo, también puedes acercarte a la Rocher de la Vierge, una roca virgen a la que llegas cruzando un puente construido en 1887 por Gustave Eiffel. Desde esta roca podrás ver cómo rompen las olas contra ella, admirar la bahía de Biarritz a un lado y la costa vasca a otro. Otro buen plan es acercarte al faro de la ciudad, en el cabo de Saint Martin. Para acceder a él tendrás que salvar unas escaleras de 248 escalones, pero las vistas panorámicas que encontrarás valen la pena el esfuerzo.

Faro de Biarritz

Otra actividad más atrevida es lanzarse al mar desde el acantilado de Port Vieux, siempre y cuando haya marea alta, porque de lo contrario podrías hacerte mucho daño. Su altura es de unos pocos metros solamente, pero te aseguras unos segundos de adrenalina. Y después de refrescarte puedes optar por comprar algo de comida y disfrutarla desde los bancos de Rocher du Basta. Se trata de un pequeño islote conectado con la costa gracias a un pequeño puente de piedra. Al final del día, el mejor lugar para contemplar el atardecer es el Boulevard du Prince de Galles. Desde aquí podrás contemplar cómo el sol se oculta tras el mar desde unos bancos, un plan perfecto para terminar cerrar la jornada.

Puente de piedra de Biarritz

Pero no todo va a ser estar en la playa o surfeando. Biarritz ofrece otros atractivos, como la iglesia de Sainte-Eugénie. Con un estilo similar a Notre-Dame, la podrás encontrar en el Puerto Viejo. Y del templo en el centro de la ciudad volvemos a la costa para descubrir la Villa Belza, que está considerada patrimonio cultural de Francia. Fue un restaurante de lujo y cabaret en 1923, unos apartamentos en 1940 y se restauró en 1997. Está situada en el Boulevard du Prince de Galles, y además de ser muy fotogénico, tiene una de las mejores vistas del mar y la ciudad. Por último, si la ciudad se te queda pequeña, te puedes acercar al Lago Mouriscot, ideal para hacer un picnic y disfrutar de la naturaleza.

Iglesia Sainte-Eugènie de Biarritz

Dónde comer

El turismo puede ser agotador y por ello hemos de recargar energías comiendo. Como todos sabemos, el desayuno es la comida más importante del día, pero si te lo tomas frente al mar, la experiencia es mucho mejor. Tomar unas tostadas, un zumo, un café o un croissant a pie de playa es posible en la cafetería Dodin, un lugar ideal para empezar el día con energía. Y a mediodía, el mercado de Les Halles es perfecto para descubrir la gastronomía local, desde el pan y el queso hasta las ostras, todo ello acompañado de un buen vino.

Si en cambio eres más carnívoro, las hamburguesas de Le Cab te encantarán, y además tienen unas chips especiales que serán tu acompañamiento perfecto. Si por contra optas por la cocina italiana, las pizzas de Chez Coco son perfectas, tanto para comer en el restaurante como para llevarlas a la playa y disfrutarlas mientras ves el atardecer. Pero si quieres un restaurante junto al mar, entonces has de probar Le Surfing, con unas maravillosas vistas.

Vistas al mar desde el restaurante

Y ninguna comida concluye hasta que le pones un toque dulce con el postre. Las carrot cake de Milwaukee están increíbles, pero su chocolate banana bread también es para chuparse los dedos. Además, el restaurante tiene una decoración que es lo más. Si por contra quieres algo más ligero, como un crêpe, en Le Manneken encontrarás los mejores de la ciudad.

Dónde dormir

Otro aspecto importante cuando planificamos un viajes es buscar el alojamiento perfecto. El Hotel de La Plague es uno de los mejores de la ciudad si lo que buscas es estar junto al mar. Está muy cerca tanto del puerto como del centro de la ciudad y tiene terraza con vistas al océano. Otra buena opción es el Hotel Saint Julien, más céntrico y de corte familiar. Tiene vistas tanto a la costa como a los Pirineos, y está a tan solo 200 metros de la playa. Pero si dispones de un mayor presupuesto, no dudes en probar el Hotel du Palais, un exclusivo alojamiento de cinco estrellas junto al mar y con piscina incluida. Si no puedes permitirte alojarte en él, al menos visítalo para poder disfrutar de sus encantos.

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