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A partir del siglo XIII la Corona de Aragón protagoniza una gran expansión por el Mediterráneo. En buena parte, se debe a que no puede seguir creciendo por el oeste o atrayéndose a los pequeños señores del sur de Francia donde se han impuesto Castilla y la monarquía francesa. También debido al florecimiento del comercio marítimo catalán, que impone como objetivos el control de las rutas comerciales y puertos del Mediterráneo occidental, así como no de los menos lucrativos centros de producción de trigo como son Baleares, Sicília, Granada o el Norte de África y sus respectivos mercados.
La gran compañía catalana
Uno de los episodios más interesantes de la expansión aragonesa por el Mediterráneo es la aventura de la conocida como “Gran Compañía Catalana”. Fue un grupo de mercenarios de la Corona de Aragón enviado a defender las fronteras del Imperio Bizantino contra los turcos. Al final acabaron conquistando un señorío en la Península Balcánica, los Ducados de Atenas y Neopatria. Conviene aclarar que estos territorios nunca formarían parte de la Corona de Aragón.
Por otro lado, tanto el nombre de “Compañía Catalana” como su vinculación estricta a Cataluña surgen de la interpretación romántica del siglo XIX. Los integrantes de dicha compañía son los conocidos como almogávares o adalides. Se trata de una infantería ligera que surge en el contexto de la frontera con el Islam y que frecuentemente se reunían en compañías a imitación de las sociedades comerciales para vivir del botín o vendiendo su fuerza como mercenarios. Las guerras emprendidas por los reyes de Aragón a finales del siglo XIII les suponen una gran oportunidad, dilatando su presencia en Sicília contratados por Federico III.
Con la Paz de Caltabellota (1302) suponían un problema, pues sin una fuente de ingresos vivían del terreno. En colaboración con los emperadores bizantinos, se resuelve que guiados por un líder carismático -el antiguo templario siciliano Roger von Blume (Roger de Flor)- sean enviados a defender las fronteras meridionales del imperio unidos en una Gran Compañía catalana. Se trata de un grupo heterogéneo donde el elemento catalán es solo una reducida parte al lado de navarros, aragoneses, gascones, provenzales, etc.
La Gran Compañía Catalana: la gran venganza catalana
A pesar de ello, los éxitos militares de la Gran compañía catalana y la popularidad de sus lideres supondrán un peligro para el emperador de Bizancio, Miguel VII. Es por ello que ordena al ejecución de Roger de Flor en 1305. Esto desencadena lo que se ha conocido como Venganza Catalana o alzamiento de esta compañía en realidad. Al verse privados de ingresos estables, y aprovechando la debilidad de los emperadores bizantinos y de los pequeños señores latinos del sur de Grecia, conquistan los territorios de Atenas (1311) y Neopatria (1319), donde constituyen sendos principados autónomos.
Estos territorios de la Gran Compañía catalana no tardarían en verse amenazados por una serie de poderes que compiten por los territorios. Ejemplos serían otros señores latinos, algunas repúblicas italianas, los emperadores bizantinos o los turcos. Por ello intentaron obtener ayuda de los reyes aragoneses de Sicília, cediendo el control de los ducados. Sin embargo este dominio no llegó nunca a consolidarse. En 1387, estos territorios de la Gran Compañía catalana fueron conquistados por la Gran Compañía Navarra, otro grupo de mercenarios italianos bajo ordenes de la Orden del Hospital. Finalmente fueron entregados a la República de Venecia, aunque los reyes de Aragón los incorporarían a su titulatura formalmente desde 1381.
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