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Este templo de Las Fraguas guarda un inmenso parecido con mundialmente conocido Partenón de Atenas.
El Partenón de Atenas es posiblemente el más famoso del mundo, ¿pero sabías que Cantabria tiene el suyo propio? La Iglesia de San Jorge es un edificio religioso ubicado en el cántabro municipio de Las Fraguas. Es una pequeña iglesia de estilo románico cuya construcción de inició en 1890 por orden de los duques de Santo Mauro. Su construcción se llevó a cabo sobre una antigua ermita, y los trabajos no concluyeron hasta el 12 de octubre de 1917, momento en que se dio por inaugurada.
La Iglesia de San Jorge es un ejemplo prácticamente único de arquitectura románica en la región de Cantabria. Tiene una estructura sencilla y muy sólida, con muros de piedra y una única nave interior. Su fachada cuenta con un portal de arco de medio punto decorado con tallas y relieves que representan escenas bíblicas y símbolos cristianos. En el exterior, sosteniendo la estructura, encontramos un total de 40 columnas de orden corintio, situándose seis de ellas en la parte frontal. Se trata de uno de los pocos ejemplos de arquitectura neoclásica que podemos encontrar en esta Comunidad Autónoma, motivo por el cual tiene un alto valor histórico.
En el interior podemos encontrar elementos arquitectónicos y artísticos de la época románica, como capiteles decorados con motivos vegetales y animales. También se conservan algunas pinturas originales que datan del Siglo XVIII, de una época anterior a la edificación. El templo ha sido objeto de varias restauraciones y procesos de conservación a lo largo de los años para preservar su valor histórico y cultural. Fue donado por los duques de Santo Mauro al pueblo de Las Fraguas para que fuera utilizada como parroquia, función que sigue desempeñando hoy en día. Aún así, los libros de historia apuntan que, durante la Guerra Civil, fue utilizado como cárcel por el bando republicano.
Esta iglesia atrae a turistas y visitantes interesados en el arte y la historia de la región, pero también a aquellos que se sienten atraídos por la naturaleza. Además de su importancia arquitectónico e histórica, este edificio se encuentra en un entorno natural rodeado de verdes campos y frondosas montañas. El hecho de estar ubicado en la cima de una colina, lo convierte en un mirador ideal del valle de Iguña. Esto lo convierte también en un destino atractivo para aquellos que buscan explorar la naturaleza de Cantabria mientras disfrutan de la riqueza histórica y cultural de la región, motivo por el que atrae a visitantes con múltiples intereses.
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