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Noruega protege más de un millón de semillas por la llegada de un posible fin del mundo.
La Bóveda del Juicio Final es una de las armas más importantes que existen en el mundo a día de hoy, en su frío interior se conservan más de 1.125.000 semillas, unas 5.500 especies y 89 bancos de genes. El objetivo de este lugar es resguardar la base de nuestra alimentación frente a un posible futuro apocalíptico, ya sea por una guerra, un meteorito o que el cambio climático llegue a su punto más crítico.
Viajamos hasta las frías tierras noruegas para adentrarnos en este búnker, concretamente al archipiélago de Svalbard, que acoge esta imponente instalación que lleva en funcionamiento casi 15 años. Se construyó con una idea muy clara, evitar que los cambios de fuera afectasen al interior.
Las instalaciones son perfectas, conservan el frío en el caso de que la electricidad desaparezca, se eligió una montaña del Ártico a más 100 metros del nivel del mar para evitar que el aumento de las aguas estropease este importante lugar. Además, está muy lejos de las zonas con más actividad sísmica del planeta y son muy pocas las personas que tienen acceso.
Tal es el mimo con el que se cuida la Bóveda del Fin del Mundo que sus puertas se abren muy pocas veces al año, así se evita que las semillas congeladas entren en contacto con el mundo exterior. Un posible colapso mundial acabaría con todo, menos con el Banco Mundial de Semillas.
Todos los países colaboran en esta empresa de conservación de la biodiversidad agrícola, y es que a lo largo de la historia ha habido guerras y desastres naturales que han supuesto grandes pérdidas medioambientales. Por este motivo, es imprescindible que sigan llegando ingresos anuales de todo tipo de semillas y genes, solo en 2022 se recibieron más de 22.000 muestras nuevas.
La gran cantidad de colecciones que posee la bóveda ayudan a cumplir su segundo objetivo, la mejora genética. Esta segunda función pretende ayudar al desarrollo de nuevas formas de cultivo e intentar evitar la escasez de alimentos.
Es cierto que no podemos visitar este punto de la geografía noruega, pero podremos ir viendo la evolución de este búnker, considerado por los expertos como el futuro de la conservación de la biodiversidad.
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