viajar.elperiodico
Es un neologismo que cada vez escucharemos más: ¿quién no quiere viajar fuera de las principales rutas turísticas?
La Organización Mundial del Turismo, sitúa al subturismo en primer lugar de su lista de medidas para mitigar el fenómeno del turismo masivo. Ámsterdam pone coto al alquiler de bicicletas, Venecia ha anunciado una tarifa de entrada para los turistas y el precio del alojamiento en Lisboa nunca ha sido tan alto. Todo esto demuestra de qué manera afecta a muchas ciudades el incremento anual descontrolado de visitantes. Ante esta complicada situación ha surgido un movimiento denominado subturismo, una opción que se caracteriza por viajar a destinos que se encuentran fuera de las principales rutas turísticas.
“Cuando viajamos a estos destinos menos populares consumimos productos locales, lo que ayuda a preservar las tradiciones, desarrolla la economía local y mantiene la autenticidad de estos destinos”, nos cuentan desde la empresa Indie Campers, que nos ha ayudad a elaborar esta lista. Es normal, por otro lado, que aboguen por este tipo de turismo, dedicándose a lo que se dedican. En una caravana puedes llegar adonde muchos no llegan.
Y ahora sí, estos son los destinos que hemos elegido para empezar a practicar el subturismo.
Ragusa, otra manera de empaparse de Italia.
Reconstruido después del terremoto de 1693, Ragusa se divide en Ibla y Ragusa Superior, dos centros urbanos conectados por una densa red de escaleras y puentes. Una visita obligada es la Catedral de San Giorgio, símbolo de la ciudad. En los alrededores también podemos encontrar joyas como Modica, Scicli o Ispica.
Cómo llegar: a 100 km del aeropuerto de Catania.
¿Tienes pensado ir a Machu Picchu? No dejes de visitar Kuélap
Más allá de Venecia: Bolzano
Conocer una momia de más de 5.000 años en el Museo de Arqueología del Tirol del Sur no es un plan muy habitual. Y sus tres teleféricos te permitirán acceder a lo alto de las montañas que rodean este lugar de cuento, y acceder a paisajes que nunca habías imaginado.
Cómo llegar: a tres horas en coche del aeropuerto Marco Polo de Venecia.
Rastoke, esencia croata.
Como alternativa a los famosos lagos de Plitvice, el pueblo de Rastoke combina la tradición, la naturaleza y es el escenario de un fenómeno evocador: el río Slunjcica que, cuando se une con el río Korana, crea cascadas inmersas en un paisaje de cuento de hadas. Una visita nocturna obligada es Rijeka, Capital Europea de la Cultura 2020.
Cómo llegar: a 110 km del aeropuerto de Zagreb.
No te quedes en Oporto: visita Guimarães
Una pequeña ciudad al norte de Oporto, cuna de reyes (el primero, Afonso I, nació aquí hace nueve siglos). Mantiene su esencia medieval intacta. No dejes de visitar su castillo del siglo XI.
Cómo llegar: a 40 minutos en coche del aeropuerto de Oporto.
Delft, la joya oculta de Países Bajos.
En lugar de Ámsterdam, hoy muy masificada de turistas, puedes escaparte a Delft. Hogar de Guillermo III de Inglaterra (antes de su reinado), esta pequeña pero encantadora ciudad es conocida por su cerámica, cervezas artesanales y numerosos canales. Es imprescindible visitar Prisenhof, un museo histórico que muestra la edad de oro holandesa y el Nieuwe Kerk donde se celebran la glamurosas coronaciones de la familia real holandesa.
Cómo llegar: a 50 kilómetros del aeropuerto de Ámsterdam.
¿Tienes Sevilla muy vista? Zahara de la Sierra es una buena alternativa.
Este encantador pueblo de casas blancas, situado muy cerca de Sevilla, aún no se ha visto afectado por el auge del turismo que sí vive el resto de Andalucía y es el lugar perfecto para un fin de semana relajante, acompañado de buena comida y mejores paseos. Una característica única es el lago artificial donde se puede nadar o practicar kayak.
Cómo llegar: a 100 kilómetros del aeropuerto de Sevilla
Lauterbrunnen, Suiza aún más espectacular.
Este pequeño pueblo está escondido en uno de los valles alpinos más impresionantes, rodeado de gigantescos muros de roca y altas cumbres. Su peculiaridad son las cascadas que lo rodean, unas 72, que ofrecen un espectáculo natural para perder el aliento.
Cómo llegar: a 140 kilómetros del aeropuerto de Zúrich
Moustiers-Sainte-Marie, o perderse en Francia.
Oculto entre los maravillosos campos de lavanda de la región francesa de Provenza, Moustiers-Sainte-Marie es uno de los pueblos más bellos y pequeños de la región. Su posición privilegiada en el corazón del Parque Natural de Verdon, a 630 metros sobre el nivel del mar y en la costa norte del lago Sainte-Croix, ofrece a sus visitantes una de las vistas más espectaculares de la región.
Cómo llegar: a 120 kilómetros del aeropuerto de Marsella
Smögen, o la colorida Suecia.
Smögen es un tranquilo pueblo de pescadores en el lado oeste de Suecia. El puerto está salpicado de viejas cabañas de diferentes colores, transformadas en tiendas de todo tipo y para todos los presupuestos. Si viajas después del verano podrás aprovechar para comer langosta ya que la temporada de pesca comienza en septiembre.
Cómo llegar: a 150 kilómetros del aeropuerto de Gotemburgo
Dover, o las mejores vistas de Reino Unido.
Conocido principalmente por sus acantilados blancos que crean una defensa simbólica contra los invasores al otro lado del Canal, Dover es también el lugar donde el artista Banksy se expresó sobre el Brexit con un mural que representa la eliminación de una estrella de la bandera de la UE. Antes de regresar a casa, visita el Castillo de Dover, el más grande de Inglaterra y base de los comandos secretos aliados durante la Segunda Guerra Mundial.
Cómo llegar: a 100 kilómetros del aeropuerto Heathrow (Londres)
No hay comentarios:
Publicar un comentario