Un 19 de setiembre de 1517, el joven príncipe Carlos de Habsburgo, que llegaría a ser el emperador Carlos V y el hombre más poderoso de la tierra en aquella época, desembarcó en Tazones con su corte, sin que estuviera previsto y empujado por las malas condiciones de la mar en ese momento. El joven flamenco, hijo de Juana y Felipe el Hermoso, tuvo un singular recibimiento por parte de aquel pueblo de pescadores que era hace quinientos años esta villa marinera.
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