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Su explosión expulsó una gran cantidad de vapor de agua que actúa como un potente gas efecto invernadero
El 15 de enero de 2022 se produjo la explosión del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha’apai en el archipiélago de Tonga, que expulsó una enorme cantidad de vapor de agua. Según Francisco Martín, meteorólogo de Meteored, las últimas investigaciones estiman que la cantidad de vapor inyectado a la estratosfera representa unos 150 millones de toneladas métricas que están todavía flotando a día de hoy. Este vapor actúa como potente gas efecto invernadero y la cantidad inyectada podría estar presente durante años, cubriendo con parte de la Tierra en los niveles superiores y añadiendo algunas décimas de grado a las temperaturas. Tras la erupción del Hunga Tonga-Hunga Ha’apai el vapor adicional, que se había concentrado en latitudes medias sur, se ha extendido a ambos hemisferios.
La reducción desde 2020 de las emisiones de ciertos aerosoles relacionados con el azufre, ligados a los motores de los barcos mercantes, parece que también juega un papel decisivo en el calentamiento de las aguas marinas. Estas partículas ayudaban a reducir la energía solar que llegaba a la superficie marina de forma eficiente.
Debido a la regulación internacional, estos aerosoles ya no están permitidos, por lo que los rayos solares llegan con más efectividad a ciertos mares. A esto se ha añadido también la reducción natural de las irrupciones y concentraciones de polvo africano sobrevolando las aguas del Atlántico Norte tropical, permitiendo el calentamiento de dichas aguas.
Hay muchos factores que están actuando desde hace tiempo provocando un calentamiento global. Son los máximos responsables de las súbitas tendencias al alza de estas altas temperaturas. Así, la concentración de gases de efecto invernadero generado por la quema de combustibles como el CO2 u otros de origen humano y natural como el metano.
Mares más cálidos, en los que se ha acumulado casi el 90% del superávit energético.
Un fenómeno de El Niño en marcha en el Pacífico tropical durante el 2023 con el aumento de las temperaturas del agua del mar en esa zona. Según las últimas mediciones sobre el balance entre la energía que recibe la Tierra y la que emite al espacio, ha aumentado de forma notable el calor que se queda en la Tierra. Con esto, es posible que el gran aporte de vapor de agua del volcán submarino de Tonga en la estratosfera pueda estar elevando la temperatura de la Tierra varias décimas.
En cualquier caso, hay muchos otros factores de fondo, con pruebas irrefutables, que están elevando la temperatura de la Tierra a valores nunca antes alcanzados. Por ello, cualquier otro factor positivo que contribuya a aumentar la temperatura de la Tierra, como el volcán de Tonga, puede realzar aún más esta subida.
Deforestación
La deforestación en la Amazonía destruyó casi 20.000 kilómetros cuadrados de vegetación en 2022, una problema que sigue en aumento y que quieren frenar los ocho países que comparten el bioma mediante un esfuerzo conjunto que empezará a concretarse en la cumbre de la próxima semana en Brasil, recoge Efe.
A excepción de Surinam y Ecuador, y a la espera de que a la mandataria peruana, Dina Boluarte, le dé permiso el Congreso, Bolivia, Brasil, Colombia, Guyana y Venezuela estarán representados por sus jefes de Estado en la cumbre que se celebrará los días 8 y 9 en Belém, según fuentes oficiales brasileñas.
Impulsada por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, la cumbre busca que los países amazónicos consoliden una posición unificada sobre la preservación del bioma para presentarla en la próxima cumbre mundial del clima (COP28), en noviembre.
El reto no será fácil teniendo en cuenta las necesidades de cada nación y uno de los asuntos centrales será cómo detener la destrucción de la selva.
Con sus siete millones de kilómetros cuadrados, la Amazonía es el área de mayor biodiversidad del planeta y la principal reserva hídrica del mundo. Allí habitan más de 40 millones de personas y están asentadas más de 400 etnias indígenas. Todo eso está en riesgo. Y es que la deforestación del bioma viene en aumento. Sólo el año pasado aumentó un 21% frente a 2021, la cifra más alta desde 2004, según datos del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina.
La mayor devastación se dio en Brasil (72,8 %). Le siguieron Bolivia (12,4 %), Perú (7,3 %) y Colombia (4,9 %). Los incendios causados por las sequías y actividades como la minería ilegal y el comercio ilícito de madera son las principales causas de la deforestación en la Amazonía.
Sa cual sea la actividad ilícita que se lleve a cabo en la selva, todo comienza con la tala de árboles. Como señala Beto Mesquita, director de Florestas de RÍO: «Deforestar es una actividad cara que demanda inversión». Y, desgraciadamente, la hay.
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