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Sepultada en una posición erguida, con las piernas cruzadas, la última cazadora-recolectora de la historia parece haber sido una chamana antigua en Suecia.
El entierro se realizó, según la información que arrojaron sus huesos, hace al menos 7 mil años. La mujer fue enterrada con el torso erguido por completo, seguramente por los miembros del clan al que pertenecía. Las personas que llevaron a cabo su ritual funerario en aquel pasado remoto decidieron que, para descansar perpetuamente, debería de estar sentada con las piernas cruzadas. Milenios más tarde, así se encontraron sus restos.
¿Cómo era la vida de los cazadores y recolectores?
Oriunda del sur de la actual Suecia, esta mujer prehistórica habitó la región más pantanosa del país. Después del hallazgo de sus huesos, el Museo de Trelleborg realizó una reconstrucción de su sepultura en noviembre de 2019. Sobre un lecho de astas, como lo describe National Geographic España, de la cintura le colgaba todavía un cinturón con más de 100 dientes de animales diferentes.
Sobre la espalda, llevaba una capa de plumas de aves antiguas. Al morir, la mujer debió de haber tenido a lo mucho 40 años. Para la época, sin duda era una edad avanzada. Entorno a ella, en el mismo sitio arqueológico se encontraron a los que posiblemente fueron los integrantes de su grupo.
A partir de los análisis genéticos que se les aplicó, los científicos suecos confirmaron que los cazadores y recolectores del lugar tenían la tez oscura y los ojos claros. Y lo que es más: es probable que otros pueblos mesolíticos en Europa compartieran estas características físicas. Por ello, los restos encontrados en el yacimiento de Skateholm, al sur de Suecia, podrían ser representativos de los seres humanos primitivos en el continente.
¿Dónde vivían los cazadores y recolectores, y cuáles eran sus actividades?
Los primeros registros de cazadores y recolectores que existen se encontraron en África. Por medio de los movimientos de migración humana, alcanzaron Asia. Tendrían que pasar un millón de años antes de que llegaran a Europa, donde algunos de ellos se asentaron de manera definitiva.
Aunque el hallazgo de la última cazadora recolectora no es nuevo, sigue siendo representativo de las formas de vida humanas durante la Prehistoria en Europa. Según los arqueólogos del Museo de Trelleborg, lo más probable es que este grupo de cazadores y recolectores haya vivido entre los años 5500 al 4600 a.C.
Uno de los elementos que más sorprendió a los científicos fue la variedad de entierros que se aprecian en el sitio arqueológico. De acuerdo con la corresponsal de ciencia Kristin Romey, había «personas enterradas en parejas o con perros y perros enterrados con ofrendas funerarias lujosas«. La tumba de la última cazadora recolectora de la historia destaca entre todas ellas.
Pensamiento ritual sofisticado en la Prehistoria
La sepultura de la última cazadora-recolectora fue la única en la que el cadáver fue enterrado completamente erguido. Lo más probable es que tuviera un puesto de alto mando en su clan, como chamana o cabeza del grupo. Por ello, los científicos de la Universidad de Lund decidieron exhumarlo completo, en un mismo bloque.
Según Lars Larsson, líder de la investigación, esto es evidencia suficiente de que los homínidos no eran brutos e insensibles, como se les representa generalmente en los medios:
«La gente suele pensar que los cazadores-recolectores eran humanos incivilizados, pero ¿por qué pasarían a la agricultura si ya vivían en una situación buena con la caza, la recolección y la pesca?», afirma Larsson.
Por el contrario, que tuvieran ceremonias funerarias tan elevadas revela que ya habían desarrollado un pensamiento mágico y ritual sofisticado. Tanto así, que respetaron la jerarquía de su lidereza incluso tras su deceso. Lo que es más: es probable que este arreglo funerario tuviera algún tipo de significado trascendental para ellos, en un mundo posterior a la muerte.
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