Canal Historia : 💥💥💥La historia de la emperatriz Irene

 

Karen Paola Díaz Talavera

la primera mujer bizantina en declararse soberana por nombre propio y que ocasionó el advenimiento de otro imperio, el de Carlomagno.

Nació en Atenas entre los años 750 y 756. Pertenecía a una familia noble griega, la de los Sarantapechos. Por la influencia de su tío Constantino, que era un influyente general de la thema de Hélade, se casó con el emperador León IV, con el cual concibió a su hijo Constantino VI. En el 780 el emperador León murió y su hijo de 9 años se convirtió en soberano, por lo que Irene ostentó la regencia de manera absoluta por 11 años.

En el 782 las tropas bizantinas fueron derrotadas por los musulmanes y sus tropas llegaron hasta el Bósforo. Irene se vio obligada a pagarles por tres años la cantidad de 70 o 90 000 dinares anuales. Irene restauró el culto a las imágenes, lo que había sido prohibido desde el 726 por el emperador León III. También nombró patriarca a su secretario Tarasio y convocó dos concilios, el primero en el 786, el cual, sin embargo, falló por la oposición del ejército, y el segundo en el 787, en Nicea, que tuvo éxito y donde se proclamó la condena a la iconoclastia. El éxito de ese concilio significó la reconciliación con la iglesia de Roma, ya que asistieron delegados del papa Adriano I.

En el 790 Constantino VI tenía 19 años y comenzó a reclamar el poder soberano, pero Irene se negó. El príncipe entonces comenzó a conspirar, pero fue descubierto y encarcelado. Irene obligó al ejército a jurarle fidelidad, pero la región de Asia Menor se negó y proclamaron a Constantino como único emperador.

La situación política siguió turbia y César Nicéforo, un hermano del emperador León IV, conspiró con sus otros cuatro hermanos para proclamarse emperador, pero fue descubierto por Irene y como castigo se le cegó.

La ambición de Irene no tenía límites y seguía viendo en su hijo un rival contra su poder, por lo que en el 797 lo mandó encarcelar y cegar. Al poco tiempo el príncipe murió. Tras el acto Irene se convirtió en la primera emperatriz soberana del Imperio romano de oriente, no como consorte ni regente, sino por su nombre.

Ese acto, sin embargo, tuvo consecuencias políticas en Europa Occidental, ya que el papa León III, por conveniencia y por la falta de apoyo de Constantinopla, coronó a Carlomagno como emperador, en ausencia de uno legitimo en Bizancio. En la corte constantinopolitana eso fue tomado como un sacrilegio.

Carlomagno no se sentía cómodo con su nuevo título, por lo que buscó legitimarlo y en el 802 le propuso matrimonio a Irene, pero esta, aconsejada, se negó. La posición de la emperatriz continuaba inestable, hasta que fue derrocada en el 802 y fue sustituida por Nicéforo I, su ministro de finanzas. Fue desterrada a la isla de Lesbos donde murió un año después, a los 46 o 52 años.