Metropoli
Francesc Guàrdia Vidal diseñó un edificio modernista con predominio del ladrillo visto y un toque monumental e inspirado en la Casa del Pueblo de Lerroux
Ocupa la mitad de una estrecha manzana de casas de planta rectangular, típica del barrio de la Barceloneta, enmarcada por las calles Escuder, Pescadors, Comte de Santa Clara y Sant Carles. Desde 2001 alberga la Biblioteca Barceloneta-La Fraternitat, pero la historia de este emblemático edificio se remonta a finales del siglo XIX, cuando en 1879, una veintena de obreros fundaron la Cooperativa Obrera La Fraternidad para autobastecerse mediante el servicio mutuo entre los asociados. Con ese objetivo se instalaron en 1885 en la calle de Sant Carles y empezaron a hacer realidad su proyecto: en 1899 ya abrieron su propia panadería, en 1910 compraron el edificio y, siete años después, lo derribaron para construir una nueva sede.
Le encargaron el proyecto al arquitecto Francesc Guàrdia Vidal. El resultado fue este espectacular edificio modernista de planta rectangular con fachada a tres calles, de planta baja, tres alturas y cubierta a doble vertiente, que destaca por su fachada de ladrillo visto, excepto en la planta baja. El modelo de edificio se basa en la Casa del Pueblo ideada por Lerroux: la bodega, el almacén y la tienda, a la que se accedía por la calle Sant Carles, ocupaban la planta baja. En la primera planta estaban el café y la biblioteca; en la segunda, la sala de actos, y en la tercera, el almacén y los locales para la administración, la sala de juntas y la secretaría.
DISOLUCIÓN DE LA COOPERATIVA
A partir de 1960, la cooperativa perdió importancia hasta su disolución en 1974. Más tarde, la Caixa abrió una sucursal en la planta baja, y, en 2001, el edificio se convirtió en la Biblioteca Barceloneta-La Fraternitat. En el interior las plantas libres y diáfanas originales, diseñadas por Guàrdia Vidal, a base de pilares y jácenas de hierro, ayudaron mucho a la hora de adaptar el edificio a su función actual.
Pero volvamos al exterior. A la tienda de la Cooperativa se entraba por la calle Sant Carles, a través de un espacio con tres aberturas (hoy cerradas con cristal), enmarcadas por cuatro columnas dóricas. Las fachadas laterales quedan unidas en la planta baja por un balcón corrido con barandilla de hierro, que en origen era de terracota. El toque monumental del edificio está en la planta superior, donde una serie de aberturas quedan englobadas bajo un arco de medio punto. ¿No os recuerda un Arco del Triunfo?
Escultóricamente, en la fachada principal destacan dos figuras femeninas y, entre ambas, dos manos entrelazadas inscritas en un triángulo, el sello de La Fraternitat y el emblema de la Alianza Cooperativa Internacional, respectivamente. O no, Xavi Casinos ve en esas manos esculpidas un claro símbolo masónico… Quién sabe, lo cierto es que las autoridades franquistas las mantuvieron ocultas en su momento. La imaginación es libre, cada cuál lo interprete como quiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario