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Maravillas que puedes encontrar en este país del tamaño de Galicia.
Es uno de los grandes desconocidos y, sin embargo, atesora algunos de los más bellos parajes naturales que se cuentan en el Viejo Continente. Desde una cordillera imponente hasta una pequeña salida al mar, pasando por un hermoso catálogo de bosques, cuevas, lagos y ríos.
Si a ello le sumamos una vibrante capital, un jugoso legado histórico y una sofisticación culinaria que está pisando bien fuerte, ya tenemos la fórmula perfecta: Eslovenia, este discreto país del corazón de Europa con un territorio inferior a la comunidad de Galicia, es el destino ideal para esta primavera. Aquí van (al menos) cinco motivos que así lo confirman:
Liubliana, encanto urbano
Emplazada en el centro geográfico, la capital eslovena es una ciudad amable, dinámica y con una elevada conciencia ecológica. Una ciudad que tiene en el arquitecto Joze Plecnik su particular Gaudí y que cuenta con hitos como la Plaza Presernov, junto al icónico Puente Triple, el castillo medieval, el mercado central y, sobre todo, el fabuloso ambiente de sus restaurantes, tiendas de diseño y bares de moda.
Piran, la Venecia eslovena
La pequeña salida al mar de la que goza Eslovenia consta de apenas 47 kilómetros, encajados entre Croacia e Italia, y ocupa un escaso 7% de la península de Istria. Aquí, además de playas estupendas, descansa una de las mayores joyas del país: Piran, la coqueta localidad a la que, por su romanticismo decadente, a menudo se la compara con la ciudad italiana. Una joya de la arquitectura gótica que debe su existencia a los 500 años de dominio veneciano. Su plaza, ovalada y pavimentada en mármol, es una de las más bonitas del Mediterráneo.
El lago Bled, bucolismo supremo
Es la imagen más fotografiada: un lago verde, un islote coronado por una iglesia y una fortaleza medieval colgada de un acantilado. Y todo ello, con el telón de fondo de unos picos nevados que añaden más romanticismo si cabe. Nada extraña que sea un imán para los enamorados, que podrán dar un paseo en barca de remo o a bordo de una pintoresca góndola tradicional. Eso, o lanzarse a la aventura a través de su vertiginosa oferta de actividades (piragüismo, submarinismo, pesca, trekking …).
Senderismo en el Parque Nacional del Triglav
Bajo el majestuoso murallón de los Alpes Julianos encontramos montañas, desfiladeros, cañones, ríos, bosques, praderas alpinas… y también pueblos encantadores. Así es el escenario que dibuja el único parque nacional esloveno, que ocupa unos 840 km2, el 4% de la superficie del país. Una explosión de naturaleza cuya joya de la corona es el monte que le da nombre, de 2.864 metros de altura. Ascenderlo tiene un valor casi espiritual: según la mitología eslava, es la morada de un dios.
El río Soca, paraíso del rafting
Ningún río pide más a gritos que se practique este deporte en sus aguas. Será por su intenso color esmeralda o por su espectacular localización en un valle tapizado de frondosos bosques bajo el marco imponente de las montañas.
Una aventura que atrae a viajeros de todo el mundo y que se completa con trekking y esquí en los meses más fríos.
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