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Al igual que sucede en España, en el país luso todavía es posible encontrar lugares semi desconocidos y enclaves maravillosos que (aunque parece imposible) logran mantenerse al margen de la avalancha de turistas. Y uno de ellos, se encuentra muy cerca de Galicia. Se trata de El Pozo Azul de Gerês, una impresionante piscina natural de aguas turquesas donde se puede disfrutar de una desconexión total en plena naturaleza.
Un acceso algo complicado
Disfrutar de la belleza de este paraje de aguas cristalinas y verde esmeralda de El Pozo Azul (Poço Azul) requiere un esfuerzo, ya que el camino de llegada no resulta fácil. Eso sí, te aseguramos que merece la pena. El trayecto dura unas 2 horas, y como el tamaño de esta piscina natural es inversamente proporcional a su belleza, te recomendamos que lo visites entre semana (y mejor a primera hora) para poder disfrutar de este lugar idílico en soledad. Al ser un espacio más bien pequeño, enseguida da la sensación de que se llena de gente. Está situado en una zona parcialmente protegida, por lo que hay que tener en cuenta que existen restricciones de acceso para grupos.
La ruta para llegar a la piscina natural de Poço Azul
El recorrido completo para llegar a Poço Azul, ida y vuelta desde Cascatas do Arado, es de unos 8 kilómetros. Te aconsejamos aparcar en el Miradouro das Rocas y luego tomar la carretera de la cascada durante más de un kilómetro hasta llegar a una zona de tierra. El camino está marcado con signos rojos y amarillos para facilitar el trayecto.
Tras pasar la Fuente de las Letras, en un kilómetro se llega a una bifurcación donde se gira a la derecha. Se continúa hasta el Curral y la Fuente da Malhadoura. Y tras una caminata de 1 kilómetro, hay que dejar el Curral dos Portos a la izquierda y un campo agrícola a la derecha. Continúa recto hasta que veas un cartel que pone 'Tribela', entonces gira a la izquierda. A partir de ese momento hay que seguir las señalizaciones blancas y rojas. Tras atravesar el puente de Servas, sube unos 50 metros por la carretera y gira a la izquierda siguiendo la indicación del pozo. Durante 1 kilómetro tendrás que caminar por un sendero bastante estrecho, y una vez cruzado el río Conho, por fin, llegarás al destino.
Qué visitar en Gerês
Si quieres descubrir toda la belleza de Gerês, lo único que tienes que hacer es calzarte las botas y caminar. Durante tu estancia en este rincón portugués no solo encontrarás cascadas y piscinas de agua cristalina por todas partes, también bonitos pueblos y pequeñas aldeas que son un oasis de tranquilidad, y en las que se mantienen vivas tradiciones muy antiguas. Pero sobre todo, adentrarse en la Serra de Gerês es sumergirse en un bello paraje natural que se conserva en estado puro.
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