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Si crees que conoces Granada, prepárate para descubrir estos rincones desconocidos incluso para algunos granadinos.
Granada, esa ciudad que gira en torno a uno de los monumentos más espectaculares de la geografía española, la Alhambra, y con un pasado tan remarcadamente árabe que destaca con diferencia sobre otros destinos del país. Andalucía presume orgullosa de su urbe más bella. Al pasado árabe se suma el sefardí y, más recientemente, el gitano. Cada uno de ellos con su respectiva representación en forma de barrios que pudiera parecer que pertenecen a ciudades distintas.
O también en construcciones que se conservan como si hubieran sido erigidas ayer mismo. Eso es lo que más caracteriza a Granada. El eclecticismo, la convivencia, la multiculturalidad. Sin embargo, al ser uno de los lugares más visitados y amados de España, hay mucha gente que afirma erróneamente que la conoce. Lo que no sabe es que hay miles de rincones ocultos a punto de ser descubiertos, mucho más allá del Sacromonte, el Generalife o el Paseo de los Tristes.
Palacio de los Olvidados
Una vez se conoce su belleza es imposible de olvidar, por mucho que así lo indique su nombre. Es una antigua casa palacio del siglo XVI ubicada en la Cuesta de Santa Inés, en el barrio del Albaicín. Está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1984, pero ha quedado oculto tras la grandeza de la Alhambra y el Generalife. En su interior alberga un museo cuyo objetivo es recuperar el pasado sefardí de la ciudad.
El legado nazarí es el que ha quedado en el recuerdo de todos los granadinos, ya que, tal y como se dice, los ganadores son los que escriben la historia. Sin embargo, los judíos sefardíes también habitaron Granada hasta que fueron expulsados de la región por los Reyes Católicos. Así, el Palacio ha hecho una gigantesca labor de recopilación de documentos y piezas que revelan la importancia de su cultura. Más allá del museo, también destaca el patio exterior desde el que se observa la Alhambra.
Palacio Real de la Almanjarra
Está localizado en el antiguo barrio judío, llamado El Realejo, concretamente en la Plaza de los Campos. Es también conocido como Cuarto Real de Santo Domingo y pese a estar en una zona antiguamente judía, es un palacio nazarí construido en el siglo XIII. Funcionaba como retiro para los musulmanes durante los días del Ramadán, donde podían disfrutar de un entorno muy agradable, rodeado de huertas reales y almunias, sin necesidad de abandonar la ciudad.
Carmen de los Mártires
Pese a encontrarse en el mismo entorno de la Alhambra suelen pasar bastante desapercibidos. Está compuesto de un palacete y varios jardines, entre los que destacan uno a la inglesa, otro del barroco francés. Fue construido por orden de Isabel la Católica para recordar a los cristianos capturados y encerrados por los árabes. En sus orígenes se denominó Corral de los Cautivos.
La monarca quiso construirlo en lo más alto de la colina, incluyendo una ermita que se transformaría posteriormente en iglesia y después en convento de carmelitas descalzas, que añadieron un claustro y varias capillas. Cuenta también con esculturas, un bosque-laberinto que sirve para conectar todos los jardines, dos isletas, un lago, un embarcadero de piedra de estilo medieval y un Patio Nazarí.
Alcázar de Genil
Se conoce también como Palacio de Abú Said o Jardín de la Reina. Se trata de un palacete del siglo XIII en el que habitó la reina Aixa, madre de Boabdil y de quien toma el nombre. Está situado al lado del río Genil, que actualmente funciona como sede de la Fundación Francisco Ayala. Aun así, se pueden visitar la huerta, los jardines y alguna de sus estancias. Además, en 2010 salieron a la luz restos arqueológicos que desvelaron una alberca y que se exponen restaurados en el vestíbulo de la estación de metro.
Baños árabes de 'El Bañuelo'
Esta joya oculta de Granada data de entre el siglo XI y XII. Recibe el apodo de 'Bañuelo' ya que, al compararse con el tamaño de los Baños Reales de la Alhambra, queda reducido a una miniatura. Sin embargo, su nombre original es Hammam al-Yawza o Baño del Nogal, uno de los baños públicos de arquitectura árabe mejor conservados y los más antiguos de toda la península. Se accede a ellos a través de un patio con alberca y su sala principal está recubierta de arcos de herradura sobre capiteles romanos, visigodos y califales.
Casa de Zafra
En este palacete de nuevo sale a relucir la esencia nazarí que tanto caracteriza a la ciudad. El espacio es hoy la sede del Centro de Interpretación del Albaicín, pero realmente es el mejor lugar para comprender cómo era la vida árabe en Granada. De su apariencia primitiva se conserva la estructura y la alberca.
Así como su exterior sobrio pensado para ocultar las riquezas que escondían los aristócratas andalusíes en el interior. El resto de espacios están perfectamente decorados para no desentonar con el conjunto. Estas salas emergen alrededor de un patio central rectangular que ofrece unas vistas insuperables a la Alhambra.
El 'balcón secreto de Granada'
La panorámica que ofrece una de las ciudades más bonitas de Andalucía puede disfrutarse desde un inmenso número de miradoresque van desde el mítico de San Nicolás hasta el de San Miguel Alto, pasando por San Cristóbal. La disposición de sus calles en distintas alturas provoca que se formen todos estos miradores. Pero hay uno oculto al que se conoce como el 'balcón secreto de Granada'.
Se ubica en el camino del sendero Barranco de la Silla del Moro, uno de los caminos del Parque Periurbano Dehesa del Generalife. Para llegar a él hay que seguir la ruta hacia el Aljibe de la Lluvia. Desde lo más alto se alcanza a ver una panorámica única, con vistas a las vegas del Darro y los barrios de Sacromonte y el Albaicín. Una manera muy diferente de contemplar el antiguo reino nazarí.
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