Canal Viajar : El Bali de Europa: paisajes de infarto a un paso de España

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El claro ejemplo de que no hace falta irse lejos para encontrar algunos de los lugares más alucinantes del mundo. Nos paseamos por el Bali de Europa, una joya plagada de naturaleza, cascadas y paisajes de infarto. 

Hay paraísos tan cercanos a nuestras fronteras que, muchas veces, pasan desapercibidos para casi todos los viajeros. Lugares especiales, con esencia natural, con paisajes imposibles y cascadas que quedan eclipsados por grandes destinos turísticos como puede ser Bali. Y sí... Bali es un destino de ensueño que, creemos, todo viajero debería visitar una vez en la vida, pero también debemos decirte que no debes irte muy lejos para encontrar lugares tan alucinantes como la joya de Indonesia. Solo deberás ir hasta Portugal. 

Todos los encantos del Bali de Europa

Si quieres conocer uno de los lugares más alucinantes de Europa, sentirte como en Bali, y disfrutar de unas vacaciones diferentes... entonces tienes que ir a Madeira. Allí podrás maravillarte con un auténtico oasis en el que se suceden los bosques, pueblos, playas y montañas de ensueño. 

Esta isla, fácilmente accesible en vuelo desde las principales ciudades europeas, está en pleno Océano Atlántico, al norte de Canarias. Un destino tan idílico como completo, en el que encontraremos 5 zonas bien diferenciadas: la costa norte, la sur, la este, la oeste y la cordillera central. Cada una de ellas nos esperará con una identidad propia y con unos cambiantes paisajes en los que hay, literalmente, de todo. 

Todos los encantos de Madeira

La costa norte de Madeira está dominada por las montañas verdes, donde el bosque de laurisilva, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, tiene una vivacidad sorprendente debido a la abundancia de agua en la zona. Uno de los lugares más especiales de la isla que tiene una antigüedad de 20 millones de años. Pero no solo esto, pues esta costa es conocida por la presencia de cuevas volcánicas, playas de guijarros, piscinas naturales, arroyos y cascadas que te transportarán hasta el mismísimo cielo.

La costa sur de Madeira, en cambio, nos esperara con unas aguas bañadas por un mar transparente y unas temperaturas suaves durante todo el año. Aquí nos toparemos con Funchal, una de las ciudades con más vida de Madeira, a la que acompaña la armonía de playas de arena y sus paisajes montañosos que crean una postal única. 

La puerta de entrada de la isla es la costa este, donde se encuentra el Aeropuerto Internacional Cristino Ronaldo de Madeira. Este es el lugar donde encontrar la autenticidad de la isla, en la que emergen los pueblos con las tradiciones históricas más arraigadas y donde la naturaleza se revela en toda su magnitud a través de miradores, playas y monumentos.  

Para los amantes del sol, de las playas, de los deportes acuáticos y del surf: vuestro destino está en la costa oeste de Madeira. La costa Oeste está considerada la zona más soleada de la isla, ofreciendo al viajero innumerables puntos de interés que combinan sus contornos paradisíacos con las tradiciones centenarias de Madeira. Es aquí, además, donde se cultivan algunos de los productos más destacados de la gastronomía regional, como la batata, la caña de azúcar o el plátano. 

Si eres de paisajes de infarto entonces tienes que visitar la Cordillera Central de Madeira, también conocida como los Picos de Madeira. Estos se encuentran a 1.4000 metros de altitud y se dejan ver como paisajes inigualables en los que encontrar las mayores joyas naturales de la isla. Esta se delimita en dos zonas: por un lado, la parte oriental con los picos más altos de Madeira: Pico Ruivo (1862 metros) y Pico do Areeiro (1818 metros), y por otro la occidental, con el Pico Ruivo do Paúl (1640 metros) y la zona de Bica da Cana (1620 metros). 

Esta zona, además de ser considerada una Reserva Geológica y de Vegetación de Altura, es el único lugar identificado para la nidificación de un ave marina poco común, el petrel de Madeira. Un lugar único en el mundo en el que disfrutarás de una de las vistas más privilegiadas de Madeira (y, posiblemente, de toda Europa).