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Circular por dentro de la Barceloneta es una auténtica carrera de obstáculos para conductores en general, pero sobre todo para los de camiones y vehículos de grandes dimensiones. La orografía del barrio marinero, con calles y aceras estrechas, hace que muchos conductores tengan que invadir las aceras para hacer giros o para salvar vehículos estacionados.

Pero además de los vehículos, los peatones sufren también los inconvenientes y riesgos que provoca esta orografía. Hay vecinos que aseguran que pasean por el barrio siempre pendientes de qué o quién viene detrás suyo para evitar sustos. Aceras rotas, árboles dañados por golpes de vehículos y fachadas cortadas son otros testimonios de esta realidad.

Calles y aceras estrechas, binomio complicado

La estructura de las calles de la Barceloneta no es una realidad nueva. Los vecinos conviven de siempre, lo que ha cambiado, tal y como explica Elena Vila, es que "ahora se han multiplicado los vehículosse ha complicado mucho caminar por el barrio estos últimos años". Esta vecina detalla que, actualmente, deben "vigilar con las motos, las bicicletas, los monopatines y con los camiones grandes".

La confluencia en un espacio reducido de tantos vehículos provoca situaciones de riesgo, como la que rememora Carlota Ramírez: "Iba por la calle del Baluarte con mi cuñada y tuve que cogerla y meterla hacia dentro de la acera porque si no nos coge un camión". A pesar de los sustos, los vecinos son conscientes de que por el barrio deben circular camiones. "Tenemos el mercado en el centro del barrio", explica Mercè Ballester, quien también se queja de que "pasan demasiado por estas calles tan estrechas".

Fachadas cortadas y aceras invadidas

Las huellas del paso de los vehículos de grandes dimensiones por el barrio son visibles en muchas fachadas. Hay quien se ha visto obligado a rehabilitarla, como Manel Martínez: "Un camión nos dio un golpe tan fuerte que dejó dañada la fachada hasta el punto de que la Guardia Urbana nos dijo que por seguridad se tenía que arreglar".

Martínez, además de vecino, es miembro de la AV Barceloneta. Cree que "el Ayuntamiento debería hacer algo para que los peatones vayan más seguros y para evitar que fachadas, árboles y mobiliario urbano continúen dañados". Sabe, sin embargo, que la solución no será fácil. "Aquí no nos pueden sacar el aparcamiento de la calle que tenemos para los residentes porque no hay parkings asequibles".

Intervenciones para mejorar la movilidad

El distrito de Ciutat Vella es consciente de la problemática y, por ello, ha hecho intervenciones para mejorar la movilidad de los camiones más grandes, como la colocación de pilones en la acera o convertir el aparcamiento de motos de semibatería en línea en la calle de Sant Miquel, 21, y en la calle de Mestrança, 28. Un cambio, sin embargo, que no respeta a todos. Además, el consistorio asegura que seguirá haciendo "las actuaciones que sean necesarias".

Motocicletas incumpliendo la normativa de estacionamiento

El ingenio como recurso y prevención

Mientras llega una solución que acontezca a todo el mundo, es decir, que no se pierdan aparcamientos para los vehículos ni motos de los residentes pero que sea más fácil, cómodo y seguro circular por la Barceloneta, hay quien ha hecho caso del dicho de más vale prevenir que curar.

Hay un edificio en el que se han colocado unas barras de hierro pintadas de un color muy visible para que los conductores lo vean y no topen con la fachada. Y es que el balcón que sobresale de la fachada ya tiene muestras de haber tenido una topada con algún camión.

Edificio con barras de hierro de color relámpago para evitar que los vehículos estropeen el balcón