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El ayuntamiento identifica 16 áreas de gran afluencia, pero empieza a implantar 33 medidas para controlar las tres más concurridas
Con el turismo no solo recuperado tras la pandemia, sino marcando nuevos récords en grandes destinos como Barcecelona, el ayuntamiento ha definido 16 espacios de gran afluencia (EGA) tanto turística como en algunos casos de residentes para desarrollar un nuevo modelo de gestión específico para estas zonas que abarca de los flujos a los usos o la seguridad en el espacio público de la ciudad. El plan ha arrancado ya priorizando las tres zonas de más saturación: el entorno de la Sagrada Familia, el Park Güell y la zona comprendida entre el mercado de la Boqueria y la plaza de la Gardunya. La puesta en marcha del Plan de EGA se traducirá en un despliegue de 33 acciones concretas en los tres ejes con una inversión de como mínimo 44,2 millones de euros durante todo el mandato, que incluye algunas acciones de ciudad, como una oficina técnica y una campaña para promover el turismo cívico.
El teniente de alcalde de Promoción Económica Jordi Valls ha señalado durante su presentación que ciudades como Amsterdam, Venecia y otros grandes destinos como Barcelona están registrando cifras de visitantes superiores a la prepandemia, con una recuperación muy superior a la esperada. Ha admitido que la capital catalana está "al límite" en algunas zonas y es necesario intervenir en los espacios públicos. "El turismo es una fuente de riqueza" pero "no aporta valor" cuando supera unos límites. "No podemos controlar la demanda porque es imparable, pero sí la oferta", ha insistido.
En este sentido, ha opinado que Barcelona no puede acotarse como Venecia, que tiene puntos concretos de entrada, y que "la gestión se ha de hacer llevando a la gente a otros ámbitos". Con "instrucciones y sugerencias" a partir de datos. Un ejemplo: la Boqueria a reventar "no es una experiencia positiva para el visitante", por lo que el ayuntamiento quiere manejar los datos de flujos para poder alertar mediante app para el turista de momentos de saturación.
Para gestionar ese excesivo éxito turístico y sus externalidades negativas, el ayuntamiento planea en conjunto intervenir en las 16 zonas de más afluencia, aún a sabiendas de que en algunas su principal usuario no es el visitante sino los propios barceloneses. Las zonas eminentemente turísticas son el Park Güell, la Sagrada Familia, Boqueria–Gardunya, Paseo de Gràcia–Plaza Catalunya, barrio Gòtic, la Rambla, Sant Pere–Santa Caterina–La Ribera y la Barceloneta.
Normativa para actuar
Valls ha explicado que el primer paso de este plan --ya validado en Comisión de Gobierno-- es blindar "el reconocimiento normativo en el ambito municipal" de las EGA, que permitirá implementar decisiones específicas en estas zonas, desde la movilidad a las actividades o la limpieza. Esa definición posibilitará planes de usos ceñidos a cada núcleo caliente. Así como definir un entorno de seguridad, o la posibilidad, por ejemplo, de tener drones en un futuro circulando para conocer la afluencia. Todo ello en coordinación con el propio sector y los operadores privados, ha enfatizado el edil.
Las 33 medidas se dividen en cinco ámbitos: las que afectan a la ocupación del espacio público (21 millones), la mobilidad y distribución de flujos (9,6); la transformación, actividades y usos (6 millones), la vida cotidiana y la gestión de datos. Muchas de estas ya se han implantado anteriormente o puntualmente.
De momento, la primera ofensiva se ciñe a las tres zonas más concurridas. Según el consistorio, en Sagrada Família --que recibe 4,7 millones de visitantes a su interior, pero que sumando la afluencia al exterior suma 20 millones de personas-- se ha empezado a trabajar en la definición del proyecto de urbanización de las calles de Provença y Marina y de mejora de los accesos al metro, con la previsión de destinar 11 millones de euros; la inversión de unos 2,75 millones de euros para la reforma de la plaza Pablo Neruda; la reordenación del espacio público y de los elementos urbanos existentes alrededor del templo con un coste de unos 150.000 euros; el soterramiento de líneas aéreas de suministro con 800.000 euros; medidas de apoyo al comercio de proximidad para fortalecer el Eje avenida Gaudí o el análisis de la accesibilidad a la zona; al margen de otros ya activados como la reordenación del estacionamiento de autocares turísticos.
En la Rambla
En cuanto al EGA Gardunya–Boqueria, se destinarán 1,8 millones de euros a la mejora de los Jardines del Doctor Fleming e intervenciones puntuales en la plaza de la Gardunya; la contratación de cuatro nuevos agentes cívicos al mercado de la Boqueria y sus entornos; la reforma y consolidación del porche de los jardines de Rubió y Lluch y la fachada del recinto de la calle del Hospital; más un plan específico para cambiar las dinámicas de convivencia y seguridad en la plaza de La Gardunya.
En el Park Güell, algunas medidas previstas en el plan ya se han presentado, como la ampliación del área de restricción del tráfico al barrio de la Salut, la reordenación de las paradas de taxi, la introducción de refuerzos en las líneas de bus 24, V29 y 116, así como la instauración de la venta de entradas únicamente por internet. Se contemplan también otras medidas como los siete millones de euros para la reurbanización de los entornos del Park Güell (como la calle del Torrent de Remei, la Font del Carbó o la conexión de la calle del Repartidor con el pasaje Turull).
Oficina técnica y campaña
Entre las medidas de ciudad, figura la creación de una Oficina de Coordinación Técnica de los EGA que gestiona la empresa municipal Foment de Ciutat junto la dirección de Turismo del Ayuntamiento, con un presupuesto de 150.000 euros anuales. La oficina de datos permitirá conocer y analizar los impactos. Habrá una dotación de recursos extraordinarios de un millón de euros procedente de la tasa turísticas.
La gestión de datos deberá servir para tratar de intervenir en los flujos de movimientos de visitantes, ha incidido la gerente de Economia y Promoción Económica, Laia Claverol. Advirtiendo sobre los espacios que están llenos en cada momento, con ayuda de la tecnología.
También se amplía la dotación de agentes cívicos hasta los 70 efectivos durante la campaña de verano respecto a los 58 que hay el resto del año; la puesta en marcha de un programa de apoyo al comercio de proximidad en estos espacios; la intensificación durante estos meses de la campaña de control de la venta ambulante o bien los refuerzos de los operativos de limpieza y seguridad, entre otros.
Las acciones incluyen una campaña de comunicación específica dirigida a los turistas con el lema ‘Barcelona, our home. And yours’ y el subtítulo de ‘Everyone is welcome. Be respectful and you'll be respected’, que podrá verse en diferentes formatos y lugares de la ciudad hasta finales de agosto. Se ha optado por un tono "no agresivo" y tiene un presupuesto de 400.000 euros.
Lanza siete consejos concretos para concienciar las personas visitantes sobre el descanso nocturno, el uso del agua, el civismo y que no se tolerarán conductas molestas.
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