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Las fresas están de plena temporada en España y, antes de que dejen de ser la fruta estrella del mes, vamos a compartir una receta sencilla y saludable que las combina con chocolate. Sí, habéis leído bien, fresas y chocolate forman un binomio triunfador no sólo desde el punto de vista organoléptico, sino también saludable.
El fruto del que hablamos hoy, con esa forma de corazón tan atractiva, su color rojo y su exquisito sabor es rico en fibra, ácido fólico y manganeso, además de vitamina C y polifenoles. Esta última cualidad la comparten con el chocolate amargo, el que es rico en cacao, que aporta también gran cantidad de polifenoles.
Para mejorar aún más el perfil gastronómico y saludable de las fresas cubiertas con chocolate, sólo debemos fijarnos en la materia prima escogida y en unos consejos fáciles para que el postre quede perfecto.
Las fresas, una fruta deliciosa con un perfil nutricional envidiable
Para comenzar a entender cada uno de los dos productos de la receta que nos ocupa, vamos a analizar sus propiedades (y variedades) y ventajas nutricionales por separado.
Por lo que respecta a la fresa, la gran cantidad de vitamina C que contiene refuerza el sistema inmunitario al actuar como potente antioxidante. Gracias a este nutriente, las fresas protegen las células del cuerpo del daño que provocan los radicales libres. Al mismo tiempo, también favorece la producción de colágeno para la cicatrización de las heridas, y mejora la absorción de hierro de los alimentos de origen vegetal.
De todas las frutas disponibles en el mercado, las fresas son una de las fuentes más poderosas de folatos, una vitamina B necesaria para la división celular y la síntesis del ADN, así como un nutriente esencial durante el embarazo. Completan su perfil saludable el manganeso, mineral involucrado en la energía y también en el correcto mantenimiento de la salud ósea.
Numerosos estudios clínicos han demostrado que el consumo regular de fresas podría tener beneficios cardiovasculares, puesto que mejora la función de los vasos sanguíneos, la resistencia a la insulina y la presión arterial.
Para finalizar, habituarnos a comer fresas ahora que están de plena temporada puede aportarnos la fibra necesaria, que también tiene cierto efecto saciante.
¿Quién dijo que el chocolate no puede ser saludable?
Por lo que respecta al otro producto de la receta de fresas, el chocolate, lleva implícitos los beneficios de su ingrediente básico: el cacao. Los granos de cacao son famosos por su gran aporte de polifenoles, y presentan niveles más altos de estos compuestos beneficiosos con propiedades antioxidantes que muchos otros alimentos.
¿Dónde está entonces el problema de la 'mala prensa' del chocolate? En que la mayoría de fabricantes reducen el amargor característico de los granos de cacao añadiendo un exceso de azúcares refinados a la formulación.
Si queremos aprovechar todas las propiedades beneficiosas para la salud del cacao, debemos buscar siempre chocolates con alto contenido en este ingrediente y sin azúcares añadidos, que no los necesita.
El cacao en general es rico en minerales como cobre, hierro y magnesio. El chocolate negro contiene más hierro (necesario para producir hemoglobina, la proteína de los glóbulos rojos que transporta oxígeno desde los pulmones a todo el cuerpo) que el chocolate con leche.
Además, en ensayos clínicos se ha demostrado que el consumo de chocolate negro amargo reduce el azúcar en sangre y los niveles de colesterol LDL (el 'malo'). Estos ensayos han puesto de manifiesto también que el chocolate amargo puede reducir la fatiga física y mental, lo que mejora la calidad de vida y la salud cerebral.
Fresas con chocolate, sí, pero con moderación
Bien, pues llegados a este punto en el que quedan claros los beneficios saludables de ambos alimentos, es importante hacer una salvedad. Y es que el chocolate, incluso aunque sea negro, tiene un alto contenido en grasa y algo de azúcar, por los que no deberíamos abusar de su ingesta para no añadir demasiadas calorías.
Desde el punto de vista gastronómico, el sabor natural de las fresas, combinado con el amargor del chocolate negro aporta una gama de matices deliciosos y contrastados, así como una mezcla de textura muy interesantes. El emplatado no puede ser más atractivo. Así pues, la moderación es la clave para una dieta equilibrada.
Formas saludables de hacer fresas bañadas con chocolate
La mejor manera de asegurarnos del aporte exacto de nutrientes, y también del control de calorías es que optemos por hacernos este postre delicioso en casa.
Una opción interesante y divertida, que le otorgara un topping crujiente consiste en, una vez bañamos la mitad de la fresa en chocolate puro caliente, mojemos el resultado antes de que se seque en nueces troceadas, o bien en semillas de chía para obtener aún más fibra.
Otra sugerencia para que nuestras fresas con chocolate resulten lo más saludables posible es mojarlas en yogur griego de vainilla de manera que quede una textura de color blanco extra cremosa, así como un aporte extra de calcio. Nada más tenerlas, las meteremos en el congelador para que el yogur se endurezca.
A modo de resumen, concluimos que las fresas cubiertas con chocolate brindarán a nuestro postre una combinación de sabores y texturas muy recomendable. Más allá de su exquisitez para el gusto y la vista, estas pequeñas delicias aportan saciedad y un perfil nutricional saludable, siempre y cuando controlemos en casa la producción (y la ingesta) para asegurarnos de que no llevan azúcares refinados añadidos ni un chocolate con poca cantidad de cacao y muchas grasas saturadas.
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