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Un auténtico arcoíris se dibuja en la superficie de uno de los géiseres más impresionantes del mundo. Nació a raíz de un error humano combinado con la presión geotérmica, que dio lugar a una formación de aspecto alienígena. Hace casi un siglo, el propietario de Fly Ranch (Nevada, Estados Unidos) quiso habilitar un sector del desierto para la agricultura -del mismo modo que Desert Modernism hizo para vivir-. Perforó el suelo para crear un pozo y en su lugar se encontró con agua geotérmica a una temperatura de 200 grados.
El principal objetivo, que era extraer agua para el riego, no fue posible, así que abondonó este géiser creado por accidente y se acabó formando un cono de carbonato de calcio a una altura de entre tres y tres metros y medio. Años más tarde, en 1964, una empresa de energía geotérmica volvió a perforar un pozo en la zona y se toparon con exactamente lo mismo. El agujero no se selló y se creó un nuevo géiser a cientos de metros del original, arrebatando al primero su presión de agua principal.
Por tanto, el que actualmente funciona como géiser es el segundo. Se conoce como Fly Geyser y en las últimas décadas ha crecido sobremanera, ya que los minerales de las pozas permanecen en la superficie. La encargada de estudiarlo afirmó que cuenta con una gran cantidad de sílice que, combinado con la temperatura, ha provocado que el cuarzo interior dé forma al montículo extremadamente rápido: el cuarzo tarda hasta 10.000 años en desarrollarse en el interior de estas formaciones.
Un géiser absolutamente único
Al haber varios cráteres, este no ha generado un cono como el primigenio. En su lugar ha tomado una forma que parece traída de otro planeta. Está cubierto de algas termófilas que crecen en entornos cálidos y húmedos y es la que le otorga los tonos verdes y rojos. El agua que libera alcanza el metro y medio de altura y se vierte entre unos 40 estanques que se reparten en una zona de 30 hectáreas. Tanto la temperatura como la composición química del agua son totalmente singulares.
En todo el desierto hay docenas de aguas termales, humedales, aguas frías y otros elementos que hacen del lugar algo único. El géiser se vislumbra desde la Ruta Estatal 34 y se encuentra en una propiedad privada. Sin embargo, el territorio puede visitarse y los fines de semana se organizan los Nature Walks. Está prohibido tomar fotografías durante el paseo con el objetivo de que los visitantes conecten con el entorno, pero no al final del trayecto, cuando devuelven las cámaras para inmortalizar este paraje extraterrestre.
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