Una ruta por la costa asturiana siempre es buena idea. Esta región del norte de España tiene paisajes de postal, pueblos llenos de encanto y una gastronomía de lujo a un precio más que razonable. Son casi 500 kilómetros de costa en los se pasa de acantilados en los que apreciar la fuerza del mar Cantábrico a la tranquilidad de sus playas cuando baja la marea y la arena gana terreno al agua. Para ponerlo fácil, te proponemos una ruta de oeste a este con las paradas imprescindibles.

En Asturias nunca faltan los paisajes de postal, pueblos llenos de encanto y una gastronomía de lujo a buen precio
Vista de Castropol.
Vista de Castropol.

1. Castropol, el pasado glorioso

Este pequeño pueblo preside la desembocadura del Eo desde la suficiente altura para que sus vistas sean espectaculares. En su ría siempre hay una actividad frenética ya que allí los deportes acuáticos, como las canoas, son uno de los grandes reclamos. Ya en sus calles, los palacetes y casas indianas nos recuerdan el pasado glorioso que vivió esta villa marinera.

Playa de Barayo.
Playa de Barayo.

2. Puerto de Vega, la costa romántica

Seguimos adentrándonos en Asturias hasta llegar al concejo de Navia, donde haremos parada en Puerto de Vega. Está considerado uno de los puntos más románticos de la costa y para muestra de ello solo hay que comprobar la de artistas que han pasado por allí buscando inspiración.

Puerto de Vega es famoso por sus percebes y por los artistas que han recalado allí buscando inspiración

Pero Puerto de Vega es también famoso por sus percebes. Allí presumen de que tienen los mejores del mundo… y para opinar solo hay un requisito: ir hasta allí y probarlos. Y muy cerquita del pueblo se encuentra la reserva natural de Barayo. Su playa, encajonada entre acantilados, es una excelente opción para aprovechar un día de sol.

La villa marinera de Cudillero.
La villa marinera de Cudillero.

3. Cudillero, el icono marinero

Gracias a sus casas de colores que parecen abrazar a su pequeño puerto, Cudillero es uno de los pueblos marineros más famosos de Asturias y, solo por eso, tiene una parada en esta ruta. Merece la pena madrugar un poco solo para vivir el ajetreo del puerto, barcos que entran y salen, unos arreglan sus redes mientras otros empiezan a sacar el pescado que en unas horas se podrá degustar en sus restaurantes. Para hacer tiempo, siempre puedes perderte entre su laberinto de calles y subir hasta la parte más alta para obtener otra perspectiva igual de bonita de su puerto.

Playa de Luanco.
Playa de Luanco.

4. Luanco, gastronomía y playas

Su situación junto al cabo Peñas le ayuda a subir puntos en la lista de pueblos más especiales de Asturias. De hecho, para muchos es la joya imprescindible que no puede faltar en nunca ruta. Su puerto, que en el pasado fue un importante centro ballenero, hoy es un referente en la pesca de bonito, manjar que luego se puede disfrutar en sus numerosos restaurantes. Además de recorrer las calles del pueblo y disfrutar con su gastronomía, hay que buscar tiempo para conocer sus playas.

Calles de Lastres.
Calles de Lastres.

5. Lastres y sus miradores

Damos un buen salto para pasar la zona de Gijón y volver a disfrutar de pueblos pequeños que miran al mar. Lastres vivió su momento de fama gracias a la serie de televisión “Doctor Mateo”, aunque ya se puede decir que han recuperado parte de su calma.

Las calles de Lastres son un reto ya que poco a poco se van separando del mar y subiendo la ladera. La buena noticia es que esto permite encontrar miradores estupendos cada pocos pasos.

Uno de los puntos más fotografiados de Lastres es su faro. Situado en una amplia explanada que termina en un abrupto acantilado. Un precioso mirador desde el que quedarse durante horas embobado mirando el mar.

Pueblo de Tazones.
Pueblo de Tazones.

6. Tazones, el pueblo de Carlos V

Pequeño pero tremendamente interesante. Por un lado destaca su cocina, que para muchos cuenta con los mejores pescados del Cantábrico. Por otro, hay que reservar unos minutos para recordar su historia. El primer viaje del emperador Carlos V a España estuvo a punto de terminar en tragedia debido a un fuerte temporal. Se les esperaba en Santander, pero bastante que pudieron llegar a Tazones. Cuando el emperador pisó tierra quedó prendado de su belleza y esta anécdota situó a este pequeño puerto en uno de los capítulos destacados de la historia.

En 1517 desembarcó en Tazones el emperador Carlos V con su corte empujado por las malas condiciones de la mar
Cueva del concejo de Ribadesella.
Cueva del concejo de Ribadesella.

7. Ribadesella y sus cuevas

Es el más grande de la lista, pero Ribadesella merece estar por méritos propios. Unos conocerán a esta villa marinera por la fiesta que organizan con motivo del descenso del Sella, actividad que puedes realizar también en otras fechas. Otros la tienen en el mapa por las cuevas de Tito Bustillo y sus pinturas rupestres. Y seguro que todos relacionan Ribadesella con su paseo marítimo, donde la primera parte está repleta de opciones para degustar lo mejor del mar junto a una sidra y la segunda es ideal para bajar esa comida mientras se aprecian los murales que dibujó Mingote sobre la historia de este pueblo marinero.