Canal Viajar : El precioso restaurante escondido en una estación de tren en Inglaterra

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Entre un diseño de lujo se degustan platos de una calidad increíble, con quesos caseros y productos sacados de la granja propia.

Una locomotora a vapor entra en la estación y varios caballeros ataviados con frac negro, sombrero de copa y bastón acompañados de sus damas vestidas con trajes victorianos blancos suben a su vagón. Aquella época de esplendor del ferrocarril cuando viajar en tren suponía uno de los mayores alardes de clase y glamour ya ha quedado muy lejos, pero nunca olvidada. Sigue habiendo trenes cuyo diseño se inspira en esa edad dorada, como el Seven Stars japonés, que replica el lujo de finales del siglo XIX y principios del XX.

En estaciones como la de Amberes en Bélgica todavía se pueden apreciar esos vestigios de épocas pasadas, pero no de la misma manera que en la de Castle Cary en Somerset, que además esconde un secreto gastronómico desde el pasado junio. Un restaurante abrió de la mano de la hostelera Karen Roos, una de las dos patas del dúo multimillonario sudafricano del sector hotelero que lidera junto a su marido Koos Bekker.

La ambientación de la nueva sensación de Somerset

Junto a las vías se erige un edificio de ladrillo rojo que se presenta como The Creamery, una mezcla de cafetería, lechería y tienda de productos agrícolas. Esta antigua fábrica de leche cuenta con más de cien años de historia, pues la fundaron los hermanos G&C Prideaux en 1912. Los granjeros locales llevaban enormes bidones de leche de sus animales y allí la convertían en quesos que se transportaban al mercado de Londres.

Era la Belle Époque, el mundo estaba inmerso en una revolución industrial sin precedentes y el ferrocarril estaba empezando a vivir el mayor auge de su historia. Esa es la atmósfera que se respira en The Creamery, cuyo interior alberga un bar de azulejos verdes o mesas con taburetes de cuero inspiradas en las cabinas tradicionales de los trenes. El jardín también ofrece un lugar perfecto, casi de cuento, para tomar el té mientras se espera a un tren real o imaginario.

Una carta basada en los quesos

El menú incluye platos típicos de la gastronomía británica, como salchichas de cordero merguez de Lloyds, hamburguesa smash o pescado del día. Aunque su comida estrella es la mozzarella casera, que se sirve con ralladura de limón y aceite de oliva Babylonstoren. Porque todavía hay una parte dedicada a la producción de lácteos, donde se puede ver a la quesera Margaretha Van Dam elaborar halloumi, feta y mozzarella. Otros ingredientes provienen de la granja de Newt, desde los tomates hasta las carnes.

Cuando se afirma que todo está cuidado al mínimo detalle no se hace en vano, ya que almorzar en un lugar como este ofrece al comensal la posibilidad de estar en un ambiente ideal para los amantes del mundo ferroviario. Ya sea a modo de parada en mitad de un largo viaje como si es una visita organizada o arbitraria, cualquiera que pise The Creamery no se arrepentirá de probar algunas de sus especialidades. Y viajar en el tiempo para sentirse como auténticas damas y caballeros de la Belle Époque.