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Viajamos hasta un pueblo de 28 habitantes que puede presumir de tener la que fue la fortaleza de origen andalusí más grande de toda Europa durante el Califato de Córdoba.
Tan solo 63 kilómetros separan Soria del diminuto pueblo que albergó la mayor fortaleza califal de Europa. Poca gente se anima a visitarlo y, desgraciadamente, es uno de esos pueblos que forman parte de la España Vaciada. Tan solo 28 vecinos pueblan las calles de un enclave que en su periodo de máximo esplendor (desde que hay registros) fue hogar de 245 habitantes.
Ponemos un pie en Gormaz, a tiro de piedra de El Burgo de Osma. Y, lo primero de todo es aclarar que hablamos de Gormaz a secas, no de San Esteban de Gormaz, también en Soria, pero a una distancia de 20 kilómetros y con muchos encantos que le han valido un amplio reconocimiento entre los viajeros.
Antes de que Gormaz pudiera presumir de tener la mayor fortaleza de origen andalusí en toda Europa durante el califato de Córdoba también fue un enclave interesante. Las primeras manifestaciones de la ocupación del cerro de Gormaz se dieron en la Edad de Bronce. También hay restos de una necrópolis prerromana del siglo IV a. C. situada en el paraje cercano de La Requijada y formada por unas 1200 tumbas. Y seguimos, porque, además, se han encontrado restos de un castro celta, así como restos romanos y visigodos.
Qué ver en Gormaz
Antes de descubrir la ‘joya de la corona’ de Gormaz podemos maravillarnos con el puente de origen romano que cruza el Duero. Actualmente, cuenta con 18 ojos y fue reconstruido por los árabes en 1864.
La ermita de San Miguel es otro de esos puntos en Gormaz que hará que empieces a hacer un montón de fotos, ya que es de lo más evocadora. Si necesitas consejos de experto para sacar las mejores imágenes de esta ermita levantada en el siglo VI, puedes leerlos aquí.
La ermita, que fue declarada Bien de Interés Cultural en 1996, sirvió en el pasado para guardar el ganado. Lo que los habitantes del pueblo desconocían es que tras sus muros se escondían unas pinturas excepcionales que se mantuvieron ocultas durante varios siglos y que, según cuenta la leyenda, fueron tapadas cuando diversas epidemias azotaron el pueblo y mermaron su población.
Y ahora, sí que sí, llega el momento de descubrir la que fue la mayor fortaleza califal de Europa durante el Califato de Córdoba: el castillo de Gormaz.
Los historiadores creen que la fortaleza se levantó sobre una estructura anterior, si bien la actual data del Califato de Córdoba. Debemos remontarnos hasta el año 965, cuando el califa al-Hakam II ordenó al general Gálib levantar este fuerte siguiendo la tradición andalusí. El castillo se convirtió rápidamente en una pieza clave de la defensa musulmana contra los reinos cristianos del norte gracias a su estratégica situación y sus excelentes condiciones de visibilidad.
Para descubrir las primeras menciones del castillo hay que remontarse hasta el siglo XVI o a la piedra fundacional que se encontró en la ermita de San Miguel con el nombre del califa y que hoy se conserva en la catedral de El Burgo de Osma, uno de los pueblos más bonitos de España.
No vamos a enredar al viajero con lecciones de historia, pero sí es interesante saber que las últimas remodelaciones de la fortaleza por parte de los musulmanes se llevaron a cabo en torno al año 1060. Después, tuvo lugar la conquista cristiana y el monarca de la época (Alfonso VI de León) nombró al Cid como señor de Gormaz en 1087. Es en esta época cuando se funda Gormaz a los pies del castillo.
En definitiva, tanto si te apasiona la historia como los castillos y fortalezas que han formado parte de la misma, Gormaz es el enclave perfecto para una escapada otoñal. Eso sí, hay que tener en cuenta que, si se quiere hacer noche, habrá que alojarse en alguno de los pueblos cercanos, como El Burgo de Osma o Berlanga de Duero.
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