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Conocer la historia de nuestros territorios es, también e inevitablemente, conocer cuál fue el hogar de nuestros antepasados. Y en Euskadi eso hace que sea imprescindible empaparse de todo lo que tienen que contarnos sus 'baserris' o caseríos, que se pueden ver repartidos de un simple vistazo por sus verdes y fértiles tierras. Entre todos ellos hay uno que destaca por encima de los otros, más si estamos descubriendo los encantos rurales de Bizkaia, y es el de Landetxo-Goikoa.
Este caserío, que se encuentra en el interior del Centro de Interpretación de la Mitología Vasca del pueblo de Mungía, está considerado el más antiguo de la provincia y data del año 1510. Un ejemplo perfecto de baserri en el que conocer como era el día a día, la cultura, el folklore y las creencias en torno a lo desconocido de los habitantes de esta porción del norte de España.
Un imprescindible: conocer la mitología vasca
Pero para llegar hasta este caserío hay que atravesar un camino repleto de seres mitológicos que habitan las tierras de Euskal Herria desde tiempos inmemoriales. Un recorrido en el que iremos saludando a algunas de estas famosas criaturas que, aunque no se muestren a los humanos, todavía pasean por las moradas de una tierra que nos muestra su historia a través de diversos personajes que es necesario conocer.
Porque quizás hayamos oído hablar de sirenas y minotauros, de trolls y elfos o de unicornios. Pero aquí no nos toparemos con ninguno de ellos. En cambio, podremos conocer a otros interesantísimos seres mágicos a los que encabeza Amari (o Mari, o Ama-Lur), considerada la Diosa Madre de la cultura vasca y creadora de todo: lo que se ve y o que no se ve, los bueno y lo malo, lo conocido y lo desconocido. A ella se le atribuye ser la creadora del sol y de la tierra, y en su poder se encuentra el control de las fuerzas de la naturaleza. Es una de las primeras a las que podremos conocer en este recorrido por el Centro de Interpretación de la Mitología Vasca, en el que también podremos saludar a las Lamiak, unas hermosas mujeres con una larga melena rubia que esconden un secreto... sus extremidades inferiores tienen forma de pato o de pezuña de cabra. Ellas habitan en las orillas de los ríos, en las lagunas, en los remansos de los arroyos o en los manantiales, y tienen una función clara: son defensoras de la honradez y luchan en contra del fraude. También a los Iratxoak, los famosos duendes vascos, los Erraldoiak, unos gigantes de una fuerza descomunal, las Sorginak, sus malvadas brujas o su Mariteiletako, una mariquita que atesora los dientes de los niños al estilo del ratoncito Pérez.
Todos ellos, además, nos llevan hasta el Olentzero, el célebre Papa Noel vasco, que durante las semanas previas a la navidad hace del caserío Landetxo-Goikoa su hogar para que familias, niños y visitantes puedan ir a conocerlo en primera persona. No sin antes pasar por una puerta presidida por el Eguzkilore, una flor tan hermosa que hacía que los seres de la noche se quedaran prendados de ella hasta que volviera a salir el sol, protegiendo así las casas.
Conocerlos a todos ellos es conocer la cultura vasca y sus tradiciones. Pero también es asistir a un pedazo de su historia: a aquellos momentos en los que la gente transformaba sus preocupaciones en personajes mitológicos, leyendas y cuentos que, durante siglos, fueron los protectores o los adversarios de sus tierras. Y eso es, precisamente, lo que hace de este centro uno de los imprescindibles en una visita al País Vasco.
Otros encantos de la comarca de Uribe
Hay que conocer que esta comarca abarca los valles de Txorierri y de Butrón y que recorre municipios costeros de una excelsa belleza. Pero quizás debemos apuntar las miras a lugares que, normalmente, no aparecen en los recorridos turísticos por la zona. Y uno de ellos es el coqueto pueblo de Mungía, capital de esta comarca y, para nosotros, una parada imprescindible.
Este pueblo de unos 17.000 habitantes ha sido, históricamente, un cruce de caminos. Y eso le ha otorgado la personalidad que hoy se puede ver en un agradable paseo por sus calles. Una de las cosas más curiosas es la cantidad de casas torre que todavía se pueden ver en sus lindes que, en la antigüedad, servían como torre de defensa ante los ataques y, a su vez, como un hogar. Una de las más famosas y conocidas es la Casa-Torre de Torrebillela, el edificio más antiguo del pueblo construido durante el medievo.
Este tesoro arquitectónico se suma a otros como el ayuntamiento, una preciosa construcción con elementos barrocos y góticos, pero también con toques de un regionalismo neoclásico, neovasco y señorial. Pero, quizás, una de las cosas que más sorprenden de este edificio público, y como no podía ser de otra forma en el País Vasco, es que tiene un frontón en su interior. Este, que se construyó en el 1929, habla de la importancia de este deporte para el pueblo vasco durante toda su historia.
Otra parada imprescindible en Mungía es la iglesia de Andra Mari, la que debió ser durante siglos una iglesia con un aspecto de ermita de gran tamaño, con un tejado de maderas sujetas sobre muros de mampostería. Ahora más que una iglesia es un punto de encuentro en el que los baserritarras (o habitantes de los caseríos) comercializan sus productos de la huerta cada viernes del año, en el “Barikuetako plaza”.
Para los más golosos hay un lugar en el que se debe parar: Leku Ona. Una pequeña pastelería de Mungía que se ha hecho famosa por tener, como dicen sus propios habitantes, los mejores bollos de mantequilla de todo el mundo. Y, sin ser expertos en la ardua materia de ser catadores de estos dulces, podemos decir que están realmente exquisitos.
El imponente Castillo de Butrón
No hace falta irse muy lejos de Mungía para encontrar un lugar que parece sacado de una película de ciencia ficción: tan solo tendrás que desplazarte unos 13 minutos en coche para toparte de frente con el imponente Castillo de Butrón, en el municipio de Gatika.
Solo hay que verlo para quedarse sin palabras: cuatro torreones, siete plantas y una altura que te deja sin habla. Un magnífico monumento del romanticismo que constituye el mejor ejemplo de recreación moderna de un castillo medieval del estado y, junto a su emplazamiento, es indudablemente una de las postales más bellas de Bizkaia. En la actualidad la edificación ha sido comprada por un particular, que ha decidido convertirla en su soñada residencia privada. Eso sí, asegurando que sus jardines serán para siempre de acceso público.
Otros imprescindibles
Otros encantos de la comarca se completan con el Flysch de Bizkaia, un impresionante paisaje que ha moldeado el agua de mar; el Cinturón de Hierro de Uribe, un recorrido en el que encontramos búnkeres, trincheras y restos de la línea defensiva construida por el Gobierno Provisional de Euskadi cuando protegían Bilbao durante la guerra civil española; o San Juan de Gaztelugatxe en el que transportarte al mismísimo Rocadragón de Juego de Tronos mientras se presencia uno de los espacios paisajísticos más bonitos de todo el mundo.
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