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En la provincia de Cuenca podemos disfrutar de una ruta senderista única entre paisajes de pinares (y esculturas) en las inmediaciones del pantano de Buendía.
Viajamos hasta La Alcarria que tanto ensalzó camilo José Cela para descubrir un pueblecito de menos de medio millar de habitantes que nos ha conquistado gracias a una ruta senderista que nos sumerge en mundos fantásticos y nos hace soñar despiertos. Bienvenidos a Buendía.
Con el auténtico espíritu de un típico pueblo castellano, con sus calles empedradas, casas de piedra y una íntima atmósfera nos da la bienvenida Buendía, un lugar que merece ser explorado más allá de su famosa ruta escultórica.
Recorriendo Buendía: típico pueblo manchego
Vayamos por partes, ya que uno de los atractivos más importantes del pueblo es su plaza Mayor, centro social y cultural de Buendía. Rodeada de edificios históricos, el que más capta nuestra atención es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo gótico-renacentista. Ya en su interior, los amantes del arte sacro van a gozar con el retablo mayor y la colección de obras que alberga entre sus muros.
También el museo del Carro es otro de los lugares que conviene visitar. Este pequeño museo presenta una interesante colección de herramientas y carruajes antiguos, mostrando la importancia de las labores agrícolas y vinícolas en la comarca.
La ruta de las Caras: la joya de Buendía
Ahora bien, si hay algo que le ha valido a Buendía para gozar de amplia fama y reconocimiento es su ruta de las Caras, un itinerario artístico al aire libre en un paisaje natural privilegiado. Eso sí, antes de descubrir esta maravilla escultórica conviene acercarse hasta el embalse homónimo. El tiempo, ahora que estamos en otoño, no acompaña demasiado, pero en verano es un lugar perfecto para aplacar los calores estivales y practicar deportes acuáticos, como kayak, paddle surf o incluso la pesca.
El mirador del embalse también merece una parada. Desde allí, se puede disfrutar de vistas panorámicas impresionantes, especialmente al atardecer, cuando los colores del cielo se reflejan en las aguas y crean una atmósfera mágica para los amantes de la opacarofilia.
Y llega el momento de descubrir el mundo pétreo de Buendía y dar un paseo por caras de piedra. La ruta de las Caras se compone de una serie de esculturas talladas en piedra arenisca, distribuidas en un paraje junto al embalse. Creada por los artistas Eulogio Reguillo y Jorge Maldonado, esta ruta tiene una veintena de 18 esculturas y bajorrelieves que transforman el entorno en un museo al aire libre. Las figuras, espirituales y místicas, representan desde rostros de deidades hasta iconos de culturas antiguas.
Una de las esculturas más destacadas es la del chamán, una figura de más de dos metros que representa a un hombre con ojos cerrados. También contemplamos el krishna, con cuatro metros de alto por tres de ancho. Seguimos avanzando y nos topamos con la muerte, una calavera que mira a la salida del sol o la dama del pantano, una cara de mujer que se vuelve dorada cuando cae el sol.
El recorrido es apto para todos, y su dificultad es baja, lo que lo convierte en una actividad ideal tanto para familias con niños pequeños, grupos de amigos o senderistas con animales de compañía. El trayecto completo dura aproximadamente una hora y media, permitiendo a los exploradores detenerse a observar cada escultura y tomar fotografías del paisaje.
Y, una vez realizada la excursión, nada mejor que reponer fuerzas en alguno de los restaurantes del pueblo. Estos ofrecen platos típicos de la cocina manchega, como el morteruelo, las gachas o el cabrito asado.
En definitiva, Buendía y su mundo pétreo ofrecen una combinación perfecta de naturaleza, arte e historia. Un destino ideal tanto para una escapada de fin de semana como para una excursión de un día, que permitirá desconectar del caótico ritmo (y los infernales atascos) de las grandes urbes.
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