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Hoy descubrimos un precioso pueblo de alta montaña que sirve de puerta de entrada al Parque Nacional de Ordesa Monte Perdido.
El último pueblo antes de cruzar la frontera con Francia es una joya medieval que sorprende a los viajeros gracias, entre otros muchos encantos, a la iglesia románica con las mejores vistas de todos los Pirineos. Bienvenidos a Torla. O, si hablamos con propiedad, a Torla Ordesa, desde hace una década.
Este pueblo pirenaico está considerado la puerta de entrada al espectacular Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, uno de los primeros espacios naturales protegidos de Europa, en el que abundan flora y fauna endémica, y donde los viajeros amantes del senderismo encontrarán su edén particular.
Pueblo medieval enclavado en los Pirineos
Torla conserva el encanto de un pueblo medieval, con calles estrechas de piedra, casas tradicionales de arquitectura pirenaica y balcones que en verano se adornan con flores que nos transportan a otra época. Situado a 1.032 metros de altitud, este pequeño pueblo de 335 habitantes es un paraíso tanto para los amantes de la historia como del senderismo y la fotografía.
Una de las principales joyas arquitectónicas del pueblo es la iglesia de San Salvador. Construida en el siglo XIII, poco conserva de su época románica, siendo reconstruida en el s. XVI en estilo gótico tardío. Su campanario domina el horizonte, ofreciéndonos las mejores vistas de todos los Pirineos.
Debe saber el viajero que, durante la Guerra Civil, la iglesia de San Salvador resultó seriamente dañada. Las cubiertas exteriores fueron reconstruidas por la Dirección General de Regiones Devastadas, que también reconstruyó la torre de la iglesia en 1943.
Las mejores vistas de los Pirineos
El campanario de la iglesia de San Salvador no solo es un lugar histórico, sino también uno de los mejores miradores de los Pirineos. Desde aquí, se pueden contemplar vistas de 360 grados que incluyen el cañón de Ordesa, las cumbres nevadas de Monte Perdido y los valles que se extienden más allá de donde la vista alcanza.
Aunque la iglesia de San Salvador es una de las principales atracciones de Torla, el pueblo ofrece muchas otras actividades para los viajeros. Desde aquí, se puede acceder al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, un paraíso natural en el que disfrutar de rutas como la que lleva a la Cola de Caballo o el Circo de Soaso.
Además, Torla cuenta con varios museos pequeños y centros de interpretación donde los visitantes pueden aprender más sobre la cultura, la fauna y la flora de los Pirineos. El museo etnológico de Torla, por ejemplo, nos acerca a la vida tradicional de los habitantes de la región.
En definitiva, Torla es mucho más que la puerta de entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Su iglesia de San Salvador y su icónico campanario nos deleitan con las mejores vistas de todos los Pirineos, convirtiendo a este pequeño pueblo en un destino imprescindible que conviene visitar antes de que acabe el año.
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