El pueblo menos conocido de Baleares es Patrimonio de la Humanidad y solo tiene 203 habitantes

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Debido a su clima extremo este pueblo no esta conformado por una gran población, sin embargo tiene playas impresionantes, senderos y monumentos que son una maravilla y hasta un cañón de 3 kilómetros de longitud. No hace falta irse lejos para encontrar un destino paradisíaco, está en España y es una joya muy bien escondida de las Islas Baleares.

Cuando pensamos en un sitio idílico, al que ir de vacaciones o en el que disfrutar de un tiempo de tranquilidad y descanso, ¿qué se nos viene a la cabeza? Pues una isla, ¿verdad? En España tenemos la suerte de contar con ciertos destinos que representan y ofrecen todas estas características. Estoy hablando — como no— de las islas que forman parte de nuestro país. Por un lado, tenemos la gran oportunidad de disfrutar de un clima subtropical gracias a las Islas Canarias, donde son miles las maravillas con las que puedes deleitarte estando en ellas, y también, por otro lado, tenemos las Islas Baleares, con un clima mediterráneo, que resulta ser el placer culpable de muchos peninsulares y extranjeros que deciden pasar por aquí para tener unas vacaciones perfectas.

Aunque estos últimos solo decidan hacer una visita a los hoteles y lugares más turísticos en Ibiza, Menorca o Mallorca, a nosotros nos gusta mucho descubrir sitios increíbles que son verdaderas joyas escondidas esperando a ser descubiertas. Por eso hoy os presentamos un pequeño pueblo de la Isla de Mallorca que ha sido noticia a lo largo de los últimos años por ser uno de los más pequeños de las islas. Pero esta no es su única característica, porque con apenas 203 habitantes, tiene entre sus parajes monumentos y secretos naturales que quitan el aliento hasta al viajero más experimentado. Conozcámoslo.

Una joya escondida: así es el municipio menos poblado de Mallorca

En el corazón de la Sierra de Tramuntana, en Mallorca, existe un pequeño municipio que hasta ahora ha permanecido escondido para el turismo. Ubicado en la cordillera de la costa norte de la isla, es un lugar idílico que ha pasado desapercibido para la mayoría de turistas que viajan a la isla, pero que es un lugar de referencia para senderistas y amantes de la naturaleza. Y es que, en el término municipal de este pueblo, se hallan los cuatro picos más altos de Mallorca: el Puig Mayor, el Puig de Massanella, el Puig Tomir y el Puig Galileu. Estos picos, como ya hemos adelantado, nos los encontramos en la conocida Sierra de Tramuntana, un enclave que ha sido nombrado como Patrimonio de la Humanidad en el año 2011. Pero a esto llegaremos más tarde. Porque lo que nos interesa descubrir es este pequeño pueblo que se esconde entre los árboles y montañas de Tramuntana. Su nombre es Escorca, y deriva del románico primitivo "lugar de vigía" según el historiador Joan Coromines.

Su clima entre todos estos picos es extremo, algo que ha dificultado bastante que la población creciese: su máximo fue registrado en el año 1857 con unos 441 habitantes, en la actualidad solo cuenta con 203. Este lugar tan aislado e idílico fue el lugar perfecto para la construcción de uno de los santuarios más importantes de la isla: el Monasterio de Lluc. En su interior encontramos la virgen de Lluc, la patrona de Mallorca, el principal atractivo de peregrinación a este edificio. Construido en el siglo XIII, es un impresionante monasterio de estilo renacentista que cuenta con hospedería, restaurante y jardín botánico.

La impresionante riqueza natural que rodea a Escorca

Pero si hay algo que destacar de este municipio es, sin duda, la naturaleza que lo rodea. No hace falta irse a las Islas Maldivas o a Tailandia para encontrar bellezas paisajísticas parecidas. Los monumentos naturales de Escorca son impresionantes, y quizás por lo que más se conoce a este municipio. Recorrer el increíble Torrent de Pareis es una de las experiencias y excursiones más bonitas que vas a poder hacer en toda tu estancia en la isla. Hablamos de un cañón de 3 kilómetros de longitud, declarado Monumento Natural desde 2003 y que termina en la preciosa playa de Sa Calobra.

Otra de las playas que adoran los locales es la Cala Tuent, una playa apartada y muy tranquila con la Sierra de Tramuntana como telón de fondo. Está muy cerca de la otra playa que acabamos de mencionar, la Cala Sa Calobra. Y siguiendo con los parajes únicos tenemos el embalse de Gorg Blau, arropado por las faldas del Puig Major y del Puig de Masanella. El torrente que parte de este embalse artificial es el que desemboca en el monumento natural de Pareis.

Por último, no te olvides de disfrutar de la maravillosa gastronomía que pueden ofrecerte los restaurantes en Escorca. Puedes pedir platos tradicionales que van desde el tumbet o el frito mallorquín. Pero el plato estrella de este lugar es el pa amb oli, una sencilla combinación de pan con aceite de oliva, embutidos y tomate. Simple pero deliciosa.