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Historia y naturaleza se dan la mano en esta ruta de senderismo impresionante que pasa por uno de los lugares más bonitos de Andalucía.

El caminante que practica senderismo suele ir en busca de los paisajes más bonitos para deleitarse durante su excursión. En Andalucía se esconden algunas de las rutas más impresionantes de todo el país, rodeadas de montañas gigantescas y con una historia muy interesante. Una de las regiones más bonitas de la comunidad es Granada y su Sierra Nevada. Hasta allí viajamos hoy.
Este paraje natural alberga paisajes impactantes mucho más allá de los picos nevados que suelen ser la postal habitual de la zona. En sus más de 85.000 hectáreas de extensión, Sierra Nevada presenta múltiples caminos con diferentes características. El más conocido es el que lleva hasta lo más alto del Pico Veleta, pero hay otros que gozan de menor popularidad, pero no de belleza.
Una ruta de paisajes preciosos
La Vereda de la Estrella es uno de esos lares desaprovechados por el caminante que lo desconoce. Se trata de un trayecto histórico que se creó en el siglo XIX para permitir a los mineros llegar hasta las minas de plata, hierro y cobre que había en la zona y cuyos restos están todavía allí. Se extiende por un total de 22 kilómetros y transcurre por la cara norte de Sierra Nevada, una de las más bonitas.

La dificultad es media, pero puede llegar a durar hasta siete horas, por lo que hay que ir algo preparado. El sendero suele comenzar en el Barranco de San Juan, donde vemos la confluencia de los ríos San Juan y Genil. Aunque también se pueden añadir doce kilómetros más y empezar en el pueblo de Güejar de la Sierra, una localidad a más de mil metros de altitud que es parada obligatoria en la zona.
Cómo es la Vereda de la Estrella
El principio de la senda transcurre junto al río Genil y atraviesa un bosque repleto de vegetación. Dejando atrás el puntal de los Dinamiteros, aparece ante el senderista el castaño popularmente conocido como 'el Abuelo', uno de los puntos más emblemáticos de la Vereda de la Estrella. Después se debe subir la cuesta de los Presidiarios para contemplar las vistas sobre el Mulhacén y la Alcazaba.

En esta pared casi totalmente vertical, nos topamos con un secreto muy bien guardado de Sierra Nevada: la Cueva Secreta, que es también la meta de la ruta. A partir de aquí se puede regresar por el mismo camino por el que se ha llegado o continuar hasta el refugio forestal La Cucaracha -donde se puede pasar la noche- o el cortijo de los Hornillos, donde ampliar los conocimientos sobre el lugar.
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