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El cambio a moneda local hace que los precios sean casi absurdos para europeos: Uzbekistán es barato y está absolutamente lleno de encanto.

Camboya, Indonesia, Bolivia... todos tienen una cosa en común: son países muy baratos para viajar. A la lista queremos sumar uno que está menos masificado, que se encuentra más cerca y que, además, tiene una cultura impresionante. Hablamos de la joya oculta de Uzbekistán.
Cuando aterrizas en Uzbekistán y cambias tus euros a soms, te sientes el protagonista de un truco de magia. Tus 200 euros rápidamente se convierten en unos 2,5 millones de soms. Sí, millones. Además de haberte hecho instantáneamente rico, este sorprendente país ofrece gastronomía, monumentos y paisajes fascinantes a precios que parecen de otra época.
Te contamos todo lo que puedes conseguir por solo 200 euros en el País de las Cúpulas Azules.

Alojamiento en Uzbekistán: dormir entre alfombras, patios y mosaicos
Viajamos al corazón de la ruta de la seda visitando los alojamientos tradicionales de las ciudades de Samarcanda, Bujará o Jiva. Ubicados en casas históricas con patios interiores y azulejos de color turquesa, muchos de los hoteles de Uzbekistán han conservado el encanto del pasado.
Si te alojas en un hotel de este estilo, la noche te puede salir por entre 150.000 y 200.000 soms (unos 12-16 euros), pero puedes quedarte en un hostal o una casa de huéspedes por cerca de la mitad. En muchos de ellos se incluye el desayuno y, claro, la posibilidad de conectar con viajeros de otros países o con los propietarios locales.

Comer en Uzbekistán: una fiesta de especias
Sabemos que viajar es comer, y la gastronomía uzbeka es una fiesta para el paladar. Sus platos más conocidos son el plov, un arroz especiado que se cocina en caldo, normalmente con pierna de cordero; los shashliks, que son brochetas de carne asadas; o las samsas, unas empanadillas de hojaldre al horno que se pueden hacer con diferentes rellenos. Estos platos se consiguen por entre 20.000 y 40.000 soms (1,5 a 3 euros) en restaurantes locales, donde además te ofrecerán un té verde cortesía de la casa para acompañar. Por supuesto, puedes picotear por aún menos dinero en los bazares y puestos callejero.

Cuánto cuestan las visitas turísticas en Uzbekistán
El país entero es un museo al aire libre. Desde el Registán de Samarcanda hasta las callejuelas de Jiva, la historia y la arquitectura islámica se han encargado de convertir cada rincón en una explosión de color y ornamento. Pero es que además las entradas a los principales monumentos rara vez superan los 50.000 soms (unos 4 euros), y muchas veces, con un único tíquet accedes a varios espacios.

Moverte dentro de las ciudades es también muy económico. Los trayectos en taxi suelen rondar entre 10.000 y 20.000 soms (menos de 2 euros). Para los más aventureros, el transporte público, compuesto principalmente de autobuses y tranvías, ronda los 2.000 soms, apenas unos céntimos.
Los trenes que comunican cuidades sí son algo más costosos, pero lo habitual es que los trayectos más largos no lleguen a los 10 euros.

En total, podríamos viajar a Uzbekistán durante una semana completa alojándonos en hoteles decentes, visitando monumentos y comiendo fuera por 200 €. A esta cantidad habría que sumarle los vuelos, que rondan los 400 € con destino a Taskent, aunque este precio puede fluctuar dependiendo de la época y la antelación con la que se reserve el viaje.
Uzbekistán no es el país más barato del mundo si hablamos en términos absolutos. Pero es, sin duda, uno de los destinos donde más se nota el rendimiento del dinero. No se trata solo de cómo puedes sobrevivir con 200 euros, sino todo lo que puedes llevarte a casa por ese dinero: gente hospitalaria, un patrimonio deslumbrante y una poderosa identidad cultural. Y sí, también la satisfacción de pagar tu cena con un fajo de billetes como un verdadero jeque.
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