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Una escapada sorprendente al corazón de los Balcanes: paisajes vírgenes, lagos de postal, herencia otomana y precios imbatibles. Así es Macedonia del Norte, el secreto mejor guardado de Europa.

Aunque los países del oeste de Europa hemos gozado, durante décadas, de una gran popularidad turística, todo apunta a que se nos va a acabar esta fiesta: el mundo está mirando hacia el este.
No es solo porque países como Albania nos voten en Eurovisión (que también), sino porque las naciones del centro y este de Europa juntan lo que todos queremos: paisajes maravillosos, escasa masificación y precios competitivos. Y es ahora, antes de que se pongan de moda y pierdan su sabor auténtico, cuando deberíamos visitarlos.
Nuestra propuesta de hoy entra en esta ecuación. Ya no hablamos de Albania, el destino favorito de los ahorradores; ni de Georgia, la joya que poca gente sabe incluso que existe. Hoy volamos hasta Macedonia del Norte.

Por qué deberías visitar Macedonia del Norte (pronto)
El turismo masivo todavía no se ha lanzado a devorar Macedonia del Norte. La experiencia del viajero sigue siendo verdadera y, esto es un plus importante, está libre de aglomeraciones. Además, como consecuencia de esto último, el precio de vida es muy inferior al resto de Europa. En Macedonia todavía es posible comer por 6 euros o dormir en un hostal modesto por 10.
Y todo esto no es porque el país no merezca la pena, sino porque todavía nadie se ha enterado. Macedonia del Norte, ubicada justo al norte de Grecia, ha recibido influencias helénicas, romanas, otomanas y eslavas. Esta lluvia de influencias ha dejado poso en su arquitectura, su gastronomía y sus tradiciones, convirtiéndola en un sinfín de detalles que no es fácil encontrar unidos en otras partes del mundo.

Qué ver en Macedonia del Norte
Las playas paradisíacas del interior de Europa
No, Macedonia del Norte no tiene mar, pero eso no le impide tener algunas de las playas más llamativas de Europa. El responsable es el Lago Ohrid, uno de los más antiguos y profundos del Viejo Continente. En el interior de sus aguas habitan montones de especies endémicas y, a su alrededor, hay multitud de iglesias medievales y de sitios arqueológicos.

El parque Nacional de Mavrovo
Es el más extenso del país, con 72.000 hectáreas de espacios verdes entre los que habitan especies endémicas únicas, como el lince de los Balcanes. Si te gusta el senderismo, esto te va a encantar.

Skopie, la capital
Entrar en Skopie es visitar un mundo de contrastes. La arquitectura moderna salpica una ciudad en la que todavía late su identidad histórica. No olvides pasear por el Antiguo Bazar y la Fortaleza de Kale para viajar en el tiempo, y hacer una lista de cuántas de sus 1.000 esculturas te encuentras.

Ohrid
La ciudad más espiritual de Macedonia del Norte, en la conocida como la “Jerusalén de los Balcanes” hay 365 iglesias (sí, una por cada día del año), un anfiteatro antiguo y un precioso casco histórico que se refleja en su lago de aguas cristalinas.

Bitola

Belleza natural, riqueza histórica y precios asequibles. ¿Necesitas más motivos? Ya sea explorando las aguas cristalinas del lago, caminando por las calles históricas de Bitola o degustando su variada gastronomía, este país balcánico promete una aventura inolvidable.
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